El próximo mes de octubre habrá elecciones municipales en Brasil y Chile. El 2 de octubre votarán los brasileños y los chilenos harán lo propio el 23 de ese mes. Si bien siempre se insiste en la imposibilidad de extrapolar o comparar los resultados de los comicios locales con los presidenciales, los cómputos que se obtengan en esta oportunidad serán relevantes para observar el futuro político de los dos países. Los resultados alcanzados, más allá del número de alcaldías con que se alce cada partido o agrupación, influirán de manera notable en la carrera presidencial que se desarrolle en cada país. Chile elegirá su nuevo presidente el año próximo, mientras que en Brasil el evento ocurrirá en 2018.
Hay una serie de elementos comunes en ambos casos. En las últimas elecciones presidenciales habían sido elegidas dos mujeres de izquierda (Michelle Bachelet y Dilma Rousseff) encabezando amplias coaliciones electorales. Las dos habían visto en los últimos meses como descendían sus índices de popularidad y sus niveles de aprobación, un elemento que en Brasil facilitó que prosperara el impeachment contra la presidenta. Y finalmente las dos debieron afrontar serios escándalos de corrupción, más allá de no beneficiarse directamente de los mismos. Sin embargo aquí terminan las semejanzas y comienzan a primar las diferencias, comenzando por la existencia de sistemas políticos y un funcionamiento de las instituciones y los partidos muy diferentes.
¿Por qué son importantes las elecciones de Brasil? En primer lugar para poder medir a escala real el impacto que tuvo la destitución de Rousseff entre la población, más allá de la desinformación con la que jugó el PT (Partido de los Trabajadores), lo que le permitió hablar de forma reiterada de “golpe de estado”. Segundo, para ver el grado de aceptación de los partidos y candidatos a escala nacional, pese a las características esencialmente locales de la elección. Y tercero, porque a partir de aquí se puede comenzar a especular en torno a cuáles serán los ejes que permitirán recomponer las coaliciones electorales de cara a las presidenciales de 2018. En ellas también será importante ver hacia dónde se terminará inclinando el ahora gobernante PMDB.
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el PT tienen puestas grandes expectativas en recuperar el poder y su prestigio dentro de dos años. Para ello deben, en primer lugar, tener unos más que buenos resultados electorales en las municipales. Una de las peculiaridades de los comicios locales brasileños es que en las 83 ciudades mayores a 200.000 habitantes la elección es a doble vuelta. Será en ellas donde podremos tener mayor información de las preferencias populares. Actualmente el PT controla 15 de estas grandes urbes, incluyendo São Paulo, y habrá que ver cuál es su saldo postelectoral.
En Chile prácticamente ha comenzado la carrera por las presidenciales y algunos de los principales candidatos ya han comunicado su decisión de presentarse. Entre ellos destacan los ex presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera. También ha mostrado su intención de participar en las primarias de la Nueva Mayoría Isabel Allende, la actual presidente del Partido Socialista de Chile. Si bien aún no se sabe el formato definitivo de la coalición de centro izquierda –con o sin el Partido Comunista (PC), con o sin la Democracia Cristiana (DC) –, parece que sus elecciones primarias serán las más concurridas. De momento junto a Lagos y Allende se ha apuntado José Miguel Insulza y el diputado del Partido Radical Alejandro Guillier también podría estar por la labor. Una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) le da a Guillier una aceptación del 44%, frente a un 35% de Lagos y Allende y un 33% de Insulza. Falta por concretar la identidad del candidato de la DC.
Por su parte Marco Enríquez-Ominami, del Partido Progresista (PRO), anunció su tercera candidatura para las presidenciales, pese a estar investigado por el uso de un avión privado brasileño en la última campaña electoral, algo que no declaró ante el Servicio Electoral. En la coalición de centro derecha Chile Vamos competirán en las primarias candidatos independientes, como Piñera, con los de Renovación Nacional (RN) y los de la Unión Demócrata Independiente (UDI), aunque de momento, y de lejos, Piñera es el mejor posicionado.
Aún queda un año para las elecciones presidenciales en Chile y dos en Brasil. La disputa por las candidaturas está muy abierta en ambos casos y todo puede ocurrir. Pero, más allá de los movimientos que pueda haber o de los golpes de efecto que intenten dar algunos precandidatos, hay poca duda de que los resultados de las elecciones municipales servirán para poner muchas cosas en su sitio.
