Tras el leer el comunicado publicado el pasado lunes al finalizar en Pekín el tercer pleno del comité central del Partido Comunista Chino, hay motivos para un cauto optimismo. Parece que Xi Jinping y Li Keqiang van a intentar impulsar las profundas reformas económicas que llevan apuntando en los últimos meses y que se han anotado un tanto frente a los sectores más continuistas.
El modelo de desarrollo económico basado en mano de obra barata y una alta tasa de inversión se está agotando, debido al aumento de los costes laborales y el exceso de capacidad en muchos sectores. La salida que plantean las autoridades chinas es impulsar actividades de un valor añadido y desarrollar el mercado interno.
Para lograrlo deben vencer la resistencia de poderosos sectores del régimen, como los gobiernos locales y grandes empresas estatales, que tienen importantes intereses creados en la perpetuación del modelo anterior. Con vistas a superar esta oposición se han anunciado iniciativas novedosas como conferir al mercado un “papel decisivo” dentro de la economía o igualar las condiciones en que opera el sector privado y las empresas públicas. Y lo que es todavía más importante, se ha acordado el establecimiento de una comisión de alto nivel para supervisar la implementación de una nueva serie de reformas, que incluye reducir las restricciones sobre la inversión privada, mejorar los servicios públicos, equiparar las condiciones de vida de la población rural y la población urbana, y el reforzamiento del sistema legal.
Junto a la preocupación de los líderes chinos por reactivar la economía, también se vislumbra su inquietud por la creciente inestabilidad social, materializada la semana pasada en sendos atentados en Pekín y en Taiyuan. De ahí que hayan decidido establecer un comité de seguridad estatal, destinado a reforzar el control del Estado sobre la sociedad. Este movimiento refuerza la figura de Xi Jinping, al conferirle más control sobre el aparato de seguridad, y anticipa un incremento del gasto en seguridad nacional.
En cualquier caso, esto no es más que una primera valoración, y habrá que esperar a la publicación en los próximos días de un documento oficial más extenso y detallado, que nos permitirá evaluar con más precisión el alcance de las reformas propuestas.