La inversión extranjera directa en España ofrece datos muy positivos, que contrastan con la evolución a nivel internacional, y a pesar del clima de inestabilidad e incertidumbre política que el país ha vivido en los últimos tiempos.
Así se pone de relieve en el último informe sobre la inversión extranjera directa (IED) en España que ha publicado hace algunas semanas la consultora SIfdi, un informe que se publica anualmente y que se ha convertido ya en una referencia fundamental para el seguimiento del tema.
Récord de inversiones extranjeras
En 2018 los flujos de inversión extranjera directa recibidos por España alcanzaron una cifra récord, de 46.828 millones de euros, con un crecimiento del 71% respecto al año anterior.
Por el contrario, a nivel mundial los flujos de IED descendieron en 2018 un 19%, tercer año consecutivo que se produce un descenso. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que buena parte de este descenso se debe a las repatriaciones de fondos que ha llevado a cabo las empresas de Estados Unidos como consecuencia de las reformas fiscales introducidas en este país.
España se mantiene en una posición destacada como receptor de inversiones extranjeras, así como emisor de inversiones en el exterior (en ambos casos, en el puesto 13 mundial en cuanto a stock).
La importancia de la inversión extranjera en la economía española se pone de relieve con algunas cifras básicas. El stock de IED equivale a un 48% del PIB español. En España están presentes más de 14.000 empresas con capital extranjero, que generan 1,36 millones de empleos directos (cifra del último año del de que se disponen datos, 2016) , lo que equivale a un 7,3% de la población ocupada.
Madrid ha sido con gran diferencia la comunidad autónoma que en 2018 ha recibido un mayor flujo de inversiones extranjeras, con 39.925 millones de euros. Estas cifras, como señala el estudio de SIfdi, “hay que interpretarlas con cautela debido al significativo impacto de la operación sobre Abertis en los flujos totales, operación que se podría haber anotado en Cataluña si la empresa no hubiese cambiado su sede”. Ahora bien, “independientemente de dicha operación (14.000 millones de euros) el año ha sido excepcionalmente bueno en la comunidad de Madrid, con prácticamente una decena de sectores superando los 1.000 millones de inversión en el año”. Madrid acumula un 66% del stock de IED existente en España.
Percepciones positivas de los inversores
Las estadísticas ofrecen pues unos resultados muy positivos. Pero las valoraciones de los inversores internacionales en relación con España dan lugar también a un razonable optimismo, lo cual apunta favorablemente hacia el futuro. Hace pocas semanas se publicó la última edición (2019) del Foreign Direct Investment Confidence Index que elabora la consultora A.T. Kearney. Este estudio, que tiene una gran relevancia entre empresas y agentes económicos en general, se elabora a partir de una encuesta entre ejecutivos de empresas internacionales, y en él se identifican los 25 países más atractivos para la inversión extranjera.
Estados Unidos lidera una vez más el ranking de países más atractivos para la inversión extranjera, seguido de Alemania y Canadá. España se sitúa en el puesto 11, mejorando cuatro posiciones respecto a la edición de 2018. Cabe mencionar que entre estos 25 países más atractivos para la inversión extranjera todos son países desarrollados con la excepción de tres emergentes: China, India y México.
La inversión extranjera es una fuente de crecimiento económico e innovación, un factor claramente positivo para la economía española, en la que tiene un peso determinante. Pero hay que permanecer atentos. Esta importancia de la inversión extranjera justifica que se le preste una mayor atención. No faltan ideas y sugerencias al respecto; lo que sí hace falta, quizás, es prestarles una mayor consideración.
Multinacionales por Marca España, una organización que agrupa a una serie de empresas multinacionales implantadas en España, publicó el pasado mes de marzo un interesante estudio sobre “Medidas para facilitar la inversión extranjera”. En este estudio se encuentran recomendaciones de gran interés, que pueden servir para mejorar no sólo el marco de negocios para los inversores extranjeros, sino en general para la economía nacional.
Interesante es también el comunicado que emitió la Cámara de Comercio de EEUU en España ante las elecciones del pasado 28 de abril, en el que se recogían recomendaciones para mejorar el marco económico. En este comunicado se mencionan como temas prioritarios la calidad institucional (“En España se perciben usos partidistas de muchas instituciones públicas”), la innovación, la educación (“la educación española está quizás demasiado basada en formatos memorísticos, con poca flexibilidad académica, deficiente introducción de las Tecnologías de la Información y donde los “soft skills” –hablar en público, negociar, idiomas, etc.– brillan en muchos casos por su ausencia”), la necesidad de reducir el endeudamiento público y el endeudamiento exterior, etcétera.
Como en tantos otros temas, existe en España un déficit de debate sobre el papel de las inversiones extranjeras. Basta mencionar, a modo de ejemplo, el debate que se ha abierto en la Unión Europea en los últimos tiempos sobre la necesidad de supervisar las inversiones extranjeras, en especial en sectores críticos, y que ya se ha traducido en la adopción de un mecanismo europeo de supervisión de estas inversiones. España ha estado hasta ahora en gran medida ausente de este debate, tanto a nivel de los poderes públicos como de la sociedad civil.