Se cumple este 9 de marzo los 45 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y China. Repasamos los hitos clave de ese camino, los momentos y las acciones más relevantes y determinantes de la trayectoria de España y sus empresas.
1. Los pioneros: Incoteco y ALSA
Las dos empresas que podemos considerar como las pioneras en China son Incoteco y Alsa.
A fines de los años 70 empezó a funcionar Incoteco, que algún tiempo después abrió una oficina en Pekín. Se trata de la primera oficina de una empresa española en China. Durante muchos años Incoteco fue una de las empresas más significadas en el comercio entre España y China. Incoteco llevó a cabo una importante labor de trading de los productos que entonces formaban el núcleo del comercio bilateral: materias primas, químicos y farmacéuticos, entre otros, para entrar posteriormente en labores de consultoría y asesoramiento.
La primera empresa española que llevó a cabo una inversión significativa en China fue Alsa, que a comienzos de los años ochenta inauguró una empresa mixta de taxis en la provincia de Cantón, en la zona económica especial de Shenzhen. Poco después de su implantación, sería seguida por otras empresas españolas que realizaron importantes inversiones en China, como Agrolimen y Nutrexpa.
Desde entonces Alsa ha sido una de las empresas españolas más emblemáticas de todas las que operan en China, y ha seguido creciendo, en especial estableciendo empresas de transporte de autobús en numerosos lugares de la geografía china.
2. El viaje de Felipe González a China en 1985
En 1985 el entonces presidente del Gobierno realizó un viaje oficial a la República Popular China. En este viaje el presidente González fue acompañado de una importante delegación empresarial, con el objetivo de explorar las oportunidades comerciales que se estaban abriendo en la nueva China de la reforma.
El viaje de Felipe González a China es probablemente una de las acciones más destacadas de lo que podríamos llamar diplomacia comercial española. Durante ese viaje comenzaron las negociaciones para una serie de importantes proyectos, aunque hay que señalar que posteriormente la negociación de la mayoría de estos ambiciosos proyectos no fructificó.
El viaje tuvo una importante repercusión mediática en España, y sirvió para poner a China en el mapa de un número, reducido pero de importancia significativa, de empresas españolas.
3. Los primeros grandes contratos
En 1988 se firmó, por fin, un gran proyecto por parte de una empresa española: se trata de la planta petroquímica de Fushun (provincia de Liaoning).
Como he señalado anteriormente, los diferentes proyectos que se pusieron en curso de negociación durante la visita del presidente de Gobierno en 1985 habían ido fracasando, por unos u otros motivos. El desaliento había empezado a cundir entre las empresas, y también en la Administración. ¿Existía en realidad un papel para las empresas españolas en la China de la reforma?
El proyecto de Fushun fue el primer gran proyecto español, seguido poco después por otros, de equipos de telecomunicaciones, equipos para centrales eléctricas, etc. Fueron los primeros proyectos de gran envergadura que demostraban que sí había un papel para la empresa española en China.
4. El primer protocolo financiero
A principios de 1989 las Administraciones de los dos países decidieron sistematizar la oferta de financiación española, que hasta ese momento se iba ofreciendo proyecto a proyecto, y acordaron el primer protocolo financiero, por un valor total de 450 millones de dólares para un periodo de dos años.
El protocolo financiero, uno de los primeros que España estableció con un tercer país (los protocolos financieros se convertirían posteriormente en un mecanismo básico de la política comercial española), se renovarían posteriormente, y a su amparo se financiaron proyectos por muchos cientos de millones de dólares que fueron ejecutados en su inmensa mayoría con éxito, contribuyendo a la internacionalización de la empresa española y al desarrollo económico de China.
5. Tiananmen y la política española
En 1989 se producen los sucesos de Tiananmen, que tienen un enorme impacto en el mundo. Se adoptan sanciones internacionales. España, sin embargo, se significa porque adopta y defiende una política de moderación, de condena clara de los hechos, por un lado, pero de oposición a sanciones duras contra China que tuvieran como consecuencia aislar al país.
El razonamiento de España fue que sanciones económicas excesivamente duras podrían haber tenido efectos contraproducentes, contrarios a los buscados. Una política de sanciones que hubiera hecho sentirse acorraladas a las autoridades chinas, podría haberlas empujado a prescindir del freno exterior y a lanzarse tanto a una política de represión masiva como hacia el aislamiento exterior.
En 1990 el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, fue el primer ministro de la Unión Europea que visitó China tras los sucesos de Tiananmen.
China valoró y reconoció esta política española, y ello repercutió en una actitud más favorable, por parte de los interlocutores chinos, hacia las empresas españolas.
6. El nuevo papel de la comunidad china en España
Desde principios de este siglo comienza a consolidarse una comunidad de profesionales y empresarios de origen chino, que van a asumir un papel de creciente importancia en el comercio y las inversiones entre España y China, cambiando lo que había sido hasta entonces una identificación mayoritaria con restaurantes y tiendas.
El China Club nació en 2010 como una asociación que agrupa profesionales chinos de diversos sectores y alto nivel de cualificación, y ha contribuido de forma efectiva a potenciar el papel y la imagen de la comunidad de origen chino en España.
7. La expansión del turismo chino
El crecimiento del turismo chino ha sido otra de las manifestaciones de la potencia económica de China, y del aumento del nivel de vida de su población que está teniendo un gran impacto en la economía mundial. España también ha participado de este crecimiento: según algunas estimaciones, más de 700.000 turistas chinos visitaron España en 2017, multiplicándose por cuatro en los últimos cinco años.
Las cifras de turistas chinos son, sin embargo, inferiores a los de otros países europeos. Por ello, y porque la salida de turistas chinos al extranjero seguirá creciendo con fuerza, el potencial de crecimiento es muy alto.
8. Llegada de las inversiones chinas en España
Los últimos años han conocido una gran expansión de las inversiones internacionales de las empresas chinas. Su planteamiento ha cambiado en relación con las primeras oleadas de inversiones chinas en el exterior, que se dirigían fundamentalmente a asegurarse el suministro de materias primas y energía. Las inversiones chinas persiguen ahora el acceso a tecnologías avanzadas, el acceso a nuevos mercados, adquirir posiciones estratégicas en infraestructuras.
Las inversiones chinas han llegado a España más tarde que a otros países europeos. A partir de 2016 han dado un salto muy notable, destacando la compra de empresas como Urbaser, Eptisa, Albo y Noatum.
Este despegue plantea a nuestro país la necesidad de abrir una reflexión sobre el papel de las inversiones chinas, sus implicaciones sobre la seguridad y el control de activos estratégicos, el tipo de inversiones que más nos interesa, entre otros, un debate en el que nos encontramos retrasados en relación con otros países europeos.
9. España en la Nueva Ruta de la Seda
La Nueva Ruta de la Seda va a ser una de las grandes iniciativas económicas, con importantes connotaciones geoestratégicas. España ha manifestado su interés por participar en esta iniciativa, una cuestión que se expresó al máximo nivel con la participación del presidente del Gobierno español en el Foro de la Nueva Ruta de la Seda realizado en Pekín en 2017. Además, España se incorporó como miembro fundador del nuevo Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras, impulsado por China.
La Nueva Ruta de la Seda ofrece grandes oportunidades, pero también grandes incertidumbres, y plantea también la necesidad de diseñar una estrategia que tenga como objetivo apoyar una participación efectiva de las empresas españolas.
10. El despegue de la exportación española
Las relaciones comerciales con China han estado marcadas por un fuerte y persistente déficit. Durante un largo periodo de tiempo el crecimiento de las exportaciones españolas fue moderado. La presencia económica y comercial de España en China ha sido sensiblemente inferior a la de otros países europeos –algo que ocurre en general en relación con Asia: las exportaciones españolas a Asia representaron en 2016 un 2,1% de su PIB, frente al 6,3% de Alemania o el 3,7% de Italia).
Pero en los últimos años se ha consolidado una tendencia positiva, por cuanto las exportaciones españolas están creciendo con fuerza (así, se han cuadriplicado entre 2005 y 2017, pasando de unos 1.500 millones de euros en 2005 a más de 6.200 millones en 2017).
De todas formas, el déficit con China sigue siendo muy elevado: 19.400 millones de euros en 2017, que equivalen al 78% del total del déficit comercial de España.