¿Cuál de las dos es la “obscenidad moral”, como dice John Kerry? ¿Qué parámetros definen una “obscenidad moral”: la intensidad, las cifras, la intención…..?
Siria es algo más que una cuestión de armas químicas, pero la verdad es que han sido éstas las únicas que, hasta el momento, pueden acercar la posibilidad de infringir un “castigo” a Bashar al-Assad. Por eso no he podido evitar rescatar un Comentario Elcano que se publicó a mediados de mayo de este año.
Bajo el título “Obama, Siria y la delgada línea roja”, se abordaba la retórica de Obama sobre las armas químicas desde agosto de 2012, las preocupaciones por mantener a salvo los arsenales sirios, y la reinterpretación de sus propias palabras adaptadas a las circunstancias de cada momento. Su publicación en mayo coincidía con una nueva escalada de informaciones de los servicios de inteligencia occidentales sobre ataques químicos a pequeña escala en el país. No hubo consecuencias. La ambigüedad para unos o la prudencia para otros lo dejó pasar. Había donde escudarse: ¿eran contundentes las evidencias, se utilizó una cantidad significativa, su uso fue deliberado? Siempre hay un margen para la duda.
Pero las dimensiones del ataque del 21 de agosto parece que han cambiado el juego. Nadie duda de que se ha traspasado esa enigmática “línea roja”, aunque aún no se sabe cuáles serán las consecuencias de tal acción. Algunas de las posibilidades que se barajaban en el análisis mencionado sobre qué hacer ante el uso de las armas químicas pueden seguir siendo válidas: ¿controlar el arsenal químico? ¿ establecer una zona de exclusión aérea?¿ armar de forma adecuada a los miembros de la oposición?¿ debilitar las fuerza siria?¿ existen aún posibilidades diplomáticas?
Mientras esperamos el debate en el Congreso norteamericano, no viene mal echar un poco la vista atrás.