¿Vamos hacia una desglobalización? El término se ha puesto de moda en los últimos tiempos. No cabe pensar sin embargo que la economía mundial vaya hacia una involución a medio y largo plazo en un proceso de globalización qué, con sus altibajos, ha predominado en los dos últimos siglos.
Ahora bien, la globalización está cambiando. Y estos cambios están afectando de manera muy directa a las cadenas globales de valor -la fragmentación de los procesos productivos entre diferentes localizaciones- que ha sido uno de los rasgos clave de la globalización en las últimas décadas.
Se está produciendo un cambio en los criterios de configuración de las cadenas de valor. Hasta hace poco el criterio dominante, casi el único, era el de eficiencia: se deslocalizaba, se trasladaba parte de los procesos productivos a otros países, con el fin de reducir costes, principalmente costes laborales.
Vamos camino de un nuevo equilibrio, en el que el objetivo de eficiencia debe compaginarse con la consideración de otros aspectos: resiliencia, seguridad en el control de sectores vitales de una economía, aspectos éticos.
Dos nuevos criterios: seguridad y ética
Estamos asistiendo a la emergencia de dos nuevos criterios, que se añaden al de eficiencia:
- Una seguridad que se puede denominar “geoestratégica”, es decir, la necesidad de garantizar un control de actividades vitales y estratégicas en la economía. El gran determinante en este sentido ha sido el auge de las inversiones de las empresas chinas, empresas estatales o privadas que dependen de un gobierno autoritario con un sistema de valores muy distinto al que existe en los países occidentales, un gobierno que sigue de forma creciente una política expansiva a nivel internacional.
Así, han empezado a implantarse sistemas de control de las inversiones extranjeras que, aunque no se diga explícitamente, han sido diseñados pensando sobre todo en las inversiones chinas. Uno de los ejemplos más claros es el mecanismo de control de inversiones (investment screening) establecido por la Unión Europea en 2019. - Un segundo criterio se refiere a la a la consideración de elementos de tipo ético. Alemania ha puesto en marcha una nueva legislación que obliga a las empresas a establecer códigos de due diligence sobre sus cadenas de suministro. Las grandes empresas tienen que supervisar estas cadenas, para evitar que se den situaciones de trabajo infantil, violación de los derechos humanos, condiciones laborales abusivas. La Unión Europea en su conjunto está estudiando la implantación de un sistema similar de due diligence, en un proceso que parece imparable en los países democráticos. Estados Unidos tramita la Uygur Forced Labour Prevention Act, que prohibirá la importación de productos de Xinjiang al presuponer que en esta región se utiliza trabajo forzoso.
Vertientes de la resiliencia
En cuanto al criterio de eficiencia, que hasta el día de hoy ha sido el más determinante, los trastornos causados por la pandemia no son la única causa de los cambios que se están registrando. Los posibles conflictos geopolíticos (guerra comercial China-Estados Unidos, Irán, etcétera), las catástrofes naturales, son otros elementos que impulsan la búsqueda de una mayor seguridad en los aprovisionamientos.
La relocalización, el retorno de las actividades productivas a sus países de origen, no es tampoco la única respuesta en lo que se refiere a localización. Otras soluciones son el acortamiento de las cadenas globales de valor, mediante el acercamiento de actividades productivas que se encuentren en zonas geográficas muy alejadas, la producción en proximidad o regionalización, otro concepto que está adquiriendo creciente popularidad.
Aparte de medidas referidas a la localización, hay otros dos tipos de respuesta que previsiblemente van a adquirir mayor importancia en la búsqueda de una mayor resiliencia:
- Un mayor grado diversificación en los suministros, de forma que problemas que puedan surgir con un determinado suministrador puedan ser compensados a través otros suministradores. Se trata de evitar que suministros vitales dependan de una única fuente.
- Mayores niveles de stocks, para asegurar el mantenimiento del ritmo de producción en caso de trastornos en los suministros. Las estrategias de just in time están dando paso a nuevas estrategias en la política de stocks de las empresas.
Claro está, mayores grados de diversificación y de niveles de stocks supondrán un aumento de costes, lo que puede reducir las ventajas del comercio internacional.
En suma, estamos avanzando hacia un modelo más equilibrado de globalización, en el que se consideren los beneficios de la eficiencia junto a otros factores -geoestratégicos y de seguridad, éticos, y de resiliencia- en las cadenas de aprovisionamiento de los bienes y servicios que las empresas necesitan para su actividad productiva.