España no progresa en competitividad internacional, según el conocido estudio que realiza el World Economic Forum. Los factores institucionales lastran de manera determinante la valoración de la competitividad española.
El Global Competitiveness Report (GCR) que elabora el World Economic Forum es probablemente el estudio más importante –y más influyente: una referencia para empresas, bancos, analistas– que se publica sobre la competitividad de las economías del mundo. La última edición (2017-2018) se ha publicado a fines de septiembre. El GCR realiza un análisis a fondo de una amplia serie de indicadores que configuran la competitividad de una economía. Para la realización del estudio, el World Economic Forum cuenta con una serie de instituciones colaboradoras en los diferentes países. En el caso de España la institución colaboradora es IESE Business School.
En esta última edición del GCR los tres países más competitivos del mundo son Suiza, Estados Unidos y Singapur (que se mantienen en las tres primeras posiciones en los últimos años). De los diez países más competitivos del mundo, seis son europeos, y tres asiáticos.
En total son 114 los indicadores que se analizan en el estudio, agrupados en 12 apartados o “pilares”: instituciones, infraestructura, marco macroeconómico, sanidad y educación primaria, educación superior y profesional, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado de trabajo, desarrollo del sistema financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado, sofisticación de los negocios e innovación. En esta última edición han sido 137 los países analizados.
España, valoración deficiente
La primera conclusión sobre la valoración de España es que ésta no es buena:
- España figura en el puesto 34 mundial. Se encuentra en la cola de los países europeos, por detrás de República Checa, Irlanda, Estonia (y por supuesto muy por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido…). El pequeño consuelo es que España se sitúa por delante de Portugal (puesto 42) e Italia (puesto 43).
- España retrocede respecto a la edición del año anterior, en la que ocupó el puesto 32.
- En general, en los últimos años su valoración y posición se mantiene relativamente estancada. En 2012-2013 ocupó el puesto 36. Su puntuación, que el estudio establece sobre un máximo de 7, sólo ha subido una décima en los últimos cinco ediciones (de 4,6 en 2012-2013 a 4,7 en esta última edición).
En el cuadro adjunto vemos cómo ha evolucionado el ranking de España para los 12 pilares considerados entre 2012-13 y la reciente edición de 2017-18.
Vemos que en buena parte de estos pilares ha habido una notable mejora, como en “marco macroeconómico” -como consecuencia de haber remontado la crisis-, “eficiencia del mercado de trabajo” o “desarrollo del sistema financiero” –aunque el ranking en estos apartados sigue siendo malo.
Los pilares o apartados en los que España obtiene un buen ranking son «infraestructura» (puesto 12) y «tamaño del mercado» (17).
Sin embargo, se retrocede en estos años en el pilar de “instituciones”, pasando del puesto 48 al 54. También es preocupante el retroceso que se registra en “innovación” (del 35 al 42).
El lastre institucional
El marco institucional se ve de nuevo resaltado como uno de los lastres importantes de la economía española, un tema que ya hemos comentado en un post anterior en este blog.
En el siguiente cuadro hemos recogido el ranking de España en el Indice de Competitividad de 2017-18 para una serie de componentes. Como puede verse, algunos indicadores relacionados con la gestión política destacan por su mala clasificación. Es el caso de la “confianza pública en los políticos” (España se sitúa en el puesto 104, recordemos que sobre un total de 137 países), o el “favoritismo en las decisiones de los funcionarios del gobierno” (puesto 83).
Otros indicadores relacionados con el marco institucional de los negocios reciben también una clasificación mala. En “peso de las regulaciones públicas” España ocupa el puesto 113, en “número de procedimientos para iniciar una empresa” el 70, y en “prácticas para contratar y despedir trabajadores” el 115.
Se trata de aspectos que han sido también destacados en otros estudios sobre competitividad internacional o sobre el marco de negocios en España (entre estos últimos, cabe mencionar las encuestas realizadas entre empresas extranjeras que han invertido en España).
El estudio del World Economic Forum ha recibido una atención relativamente reducida en España. Sus resultados, que merecen desde luego recibir una mayor atención, ponen de manifiesto la necesidad –tantas veces mencionada- de abordar reformas. La competitividad de la economía española mejora muy lentamente, e incluso retrocede en algunos aspectos importantes. La retórica sobre las reformas realizadas es muy intensa; pero los estudios internacionales y nacionales no reconocen estos avances.