Francia, Reino Unido y Estados Unidos son los países que ofrecen mejores condiciones para la internacionalización de las empresas españolas, según el Índice CaixaBank para la Internacionalización Empresarial (ICIE), cuya edición 2019 se ha publicado recientemente.
Estudiar las condiciones y perspectivas de los países es un asunto clave para la internacionalización de una economía. Los recursos no son ilimitados, y tanto las empresas como las Administraciones Públicas deben establecer unas prioridades.
Las empresas no pueden lanzarse a abordar todos los mercados del mundo, como es obvio. Deben realizar una labor de estudio y seleccionar unos mercados prioritarios, en los que sus productos tengan mejores oportunidades, los riesgos sean menores, los costes de desarrollar su actividad sean también más reducidos, etcétera.
Por su parte, los gobiernos, y por el mismo motivo de optimizar el rendimiento de unos recursos escasos, deben establecer unas prioridades en sus políticas de internacionalización. Deben por tanto estudiar las condiciones de los países y elegir aquellos que van a ser objeto de las prioridades de esas políticas.
Estudios de competitividad
Existen una serie de estudios de competitividad realizados por instituciones internacionales que constituyen una fuente de gran utilidad para llevar a cabo estos análisis. Por citar un par de ejemplos, está el Global Competitiveness Report del World Economic Forum y el Doing Business del Banco Mundial, probablemente los dos estudios internacionales más influyentes sobre competitividad de los países.
El tema probablemente más relevante para elaboración de este tipo de estudios es la metodología: cuáles son los criterios en base a los cuales se analiza y se clasifican los países. Y cuál es la importancia, o ponderación, que se asigna a cada uno de esos criterios.
El ICIE que elabora CaixaBank Research es uno de los estudios más importantes, serios y útiles que se realizan en España. En el ICIE se analizan 67 países, en base a unos criterios que se agrupan en cinco grandes pilares:
- La accesibilidad, en la que se valoran la distancia, comunicaciones y acuerdos con España, por un lado, y las infraestructuras, por otro.
- La facilidad de operar, pilar en el que se valoran la facilidad de desarrollo de negocio, las condiciones laborales, y las relaciones de inversión con España.
- El atractivo comercial, en el que se valoran el poder adquisitivo y hasta qué punto existen gustos parecidos a los de España.
- El entorno financiero e innovador, en el que se valoran el crédito y desarrollo financiero y la capacidad de innovación.
- La estabilidad, en el que se valoran la estabilidad institucional y la estabilidad macroeconómica.
El ICIE se refiere a la internacionalización en general, es decir, tanto a la exportación como a las inversiones en el exterior, u otras actividades de internacionalización. Lógicamente, la actividad de exportación tiene unas características y condicionantes distintas a la inversión. De ahí que, por ejemplo, Latinoamérica sea una zona muy importante para la inversión española en el exterior, pero tenga un peso muy pequeño en exportación (en 2018, sólo el 5,4% de la exportación española tuvo como destino la región; se exporta bastante más a Portugal que a toda Latinoamérica). Los criterios a tener en cuenta tanto por empresas como por Administraciones Públicas son diferentes entre la exportación y la inversión exterior.
Los pilares y subpilares del Índice tienen unas ponderaciones que indican la importancia de cada uno para la empresa española promedio (por ejemplo, el pilar de accesibilidad tiene una ponderación del 26% en el conjunto del índice). Una herramienta que incorpora el ICIE es la posibilidad de personalizar el índice según las necesidades de cada empresa, es decir, se pueden modificar las ponderaciones de cada uno de los factores, y obtener de manera automática la nueva valoración de todos los países.
El ICIE ofrece una valiosa información sobre los países analizados, que puede ser de gran utilidad para las empresas a la hora de diseñar sus planes de actuación comercial internacional.
El predominio de los países desarrollados
No podemos en este post, por simples razones de espacio, comentar a fondo toda la información que se puede extraer del ICIE. Pero hay una conclusión fundamental que destaca de manera clara: el predominio de los países desarrollados, y en particular de los europeos.
De los 10 primeros países del ranking con mejores oportunidades para la internacionalización de las empresas españolas, nueve son europeos. El otro país es Estados Unidos.
Entre los 20 primeros países del ranking sólo hay tres mercados emergentes: China (en el puesto 14), Turquía (en el 16) y México (en el 17). Catorce de los primeros 20 países son europeos. Corea del Sur, Canadá y Estados Unidos completan el grupo de países desarrollados entre los 20 primeros.
Puede llamar la atención la relativa baja valoración que tienen los países latinoamericanos. Como hemos apuntado, el país mejor clasificado es México, seguido de Brasil (en el puesto 26). Como se señala en el ICIE, “el atractivo de estos países se resiente de una calidad institucional y un nivel de competitividad claramente inferior a sus vecinos del norte, así como por una elevada complejidad burocrática. Además, Brasil sufre de otros lastres que reducen su atractivo de internacionalización, como un mayor grado de inestabilidad macroeconómica”.
“Finalmente, destaca el descenso en el atractivo de Argentina, un país que ha sido destino histórico de empresas españolas. En este sentido, el ICIE 2019 recoge la situación que atraviesa el país, con elevada inestabilidad macroeconómica, financiera e institucional, lo que relega a Argentina a la posición 42 del ranking global”.
Los resultados del ICIE llevan a cuestionar el “mantra” de los mercados emergentes que ha predominado en ciertos medios en los últimos años. Los mercados emergentes, según este “mantra”, eran el motor del crecimiento de la economía mundial, y debían ser un objetivo prioritario tanto para las empresas como para las políticas de internacionalización de los países. Crecer en estos mercados era la vía para aumentar las exportaciones y la internacionalización en general. A su vez, los mercados desarrollados, en especial los europeos y de América del Norte, cayeron en una cierta minusvaloración, como si su relevancia fuera secundaria y en decadencia.
El ICIE nos muestra, en cambio, que las empresas no deben minusvalorar la realidad y las oportunidades de los mercados de los países desarrollados, en los que están las mayores oportunidades de internacionalización para la economía española y sus empresas.