(*) Publicado el 15/2/2015 en ElPaís.com.
La yihad terrorista individual es una expresión de la amenaza terrorista característica de las sociedades occidentales. Su última manifestación parece haber tenido lugar el sábado en Copenhague, según la policía danesa. Esta modalidad de terrorismo, si de ello se tratara, remite a un replanteamiento de la estrategia del yihadismo global tras el 11-S especialmente elaborado por Mustafa Setmarian, conocido como Abu Musab al Suri, ciudadano español de origen sirio que en 1994 contribuyó a fundar una célula de al-Qaeda en nuestro país, fue detenido en Pakistán en 2005 y excarcelado en Siria a finales de 2011.
En 2004 Setmarian divulgó en foros yihadistas de Internet su Llamada a la Resistencia Islámica Global, donde sostiene que la yihad de Frentes Abiertos —como lo son en estos momentos Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, Yemen, Libia o Nigeria— es “fundamental para hacerse con un territorio y establecer la ley islámica”, pero debe complementarse con una yihad terrorista individual, fuera de esos Frentes Abiertos, “fundamental para agotar al enemigo y hacer que colapse y se retire”. Así, la yihad terrorista individual “ayuda y apoya” a la de los Frentes Abiertos. Pero el objetivo del proyecto yihadista es la victoria sobre cualesquiera enemigos en estos Frentes Abiertos.
En los países occidentales en general y en los europeos en particular se teme que los atentados relacionados con la yihad terrorista individual, en conjunto relativamente escasos hasta hace tres o cuatro años, estén incrementando su frecuencia. Ello obedecería a una serie de factores, entre los que cabe subrayar cuatro. En primer lugar, los reiterados llamamientos a jóvenes musulmanes residentes en países occidentales, para que atenten por su cuenta, que viene haciendo desde hace unos cinco años al-Qaeda como estructura terrorista global y que más recientemente hace el denominado Estado Islámico (EI).
En segundo lugar, obedece a los elevados niveles de movilización yihadista que desde 2012 registran numerosas sociedades occidentales y especialmente europeas. Esta circunstancia incrementa la probabilidad de que aquellos llamamientos consigan su propósito. Bélgica, Francia o Dinamarca se encuentran especialmente afectados por dicha movilización yihadista. En tercer lugar ocurre que, dado lo anterior, cada nuevo incidente implica un serio riesgo de emulación por otros individuos y en nuevos países. Un cuarto factor se refiere a la aparente facilidad con la que estos yihadistas consiguen sus armas.
A menudo, se aduce que es muy difícil detectar a estos yihadistas individuales, pero la realidad es que, cada vez que perpetran un atentado, se revela que eran conocidos por los servicios antiterroristas de su país. En otro sentido, aun cuando los obstáculos que al-Qaeda o el EI encuentran para planificar y preparar atentados espectaculares y altamente letales explican en parte su instigación de la yihad terrorista individual en nuestras sociedades, conviene no olvidar que esas organizaciones yihadistas siguen siendo fuente directa de amenaza terrorista.
Fernando Reinares es investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos y Adjunct Professor de Estudios de Seguridad en la Universidad de Georgetown | @F_Reinares