(*) Publicado el 26/8/2016 en Expansión.
La economía española continúa creciendo a una velocidad de crucero superior a la prevista. En el segundo trimestre del año, la inversión, el consumo y las exportaciones hicieron posible un avance del PIB de un 0,8% intertrimestral. De seguir así, podríamos cerrar el año 2016 con un crecimiento superior al 3% y con otro medio millón de empleos nuevos. Si la economía es capaz de comportarse así de bien a pesar de que llevamos desde diciembre sin Gobierno, ¿qué no haríamos si tuviéramos Ejecutivo? Pero también podría ser, como se ha empezado a insinuar desde posiciones libertarias y hayekianas, que fuera la ausencia de gobierno lo que estuviera favoreciendo el crecimiento, por lo que no deberíamos preocuparnos por la parálisis política, al menos en lo que tiene que ver con la economía.
“Cuando la coyuntura es favorable como ahora […] no tener un gobierno durante un tiempo no es tan grave”
Determinar cuántas décimas más (o menos) crecería la economía española si ya tuviera un gobierno es imposible. Hay demasiados factores, la mayoría fuera del control del Ejecutivo, que determinan el crecimiento de una economía tan abierta como la española. Pero lo que también resulta evidente es que no tener un Gobierno que haga frente a los múltiples retos estructurales de medio y largo plazo que enfrenta la economía española es un problema. Por mucho que les pese a los más liberales, para que España aumente su nivel de crecimiento potencial es necesario abordar reformas en campos tan diversos como el educativo, el de la ciencia y la tecnología, el laboral, el fiscal o el del sistema de transferencias para los más desfavorecidos (para más detalles, vean el excelente diagnóstico de los problemas de la economía española de Rafael Doménech y Javier Andrés, En busca de la prosperidad, Deusto, que explica lo mucho que nos queda por hacer).
Confianza
Pero también es verdad que, aunque estas reformas no deberían esperar y deberían ser fruto de pactos de Estado que evitaran vaivenes como los que hemos visto en el ámbito de la educación, la economía española puede seguir creciendo gracias a los factores externos aunque no haya un gobierno que las aborde. No tener un gobierno en un momento de crisis es muy peligroso porque el principal enemigo del crecimiento económico es la falta de confianza, y solo un Gobierno con liderazgo puede restablecer la confianza cuando esta se ha perdido. Pero cuando la coyuntura es favorable como ahora, si se está creciendo a una velocidad de crucero aceptable, no tener un gobierno durante un tiempo no es tan grave. Con los actuales bajos precios del petróleo y el euro, la abundante liquidez que otorga el BCE mediante su programa de expansión cuantitativo, el excelente año turístico que estamos teniendo debido (en parte) a los problemas de seguridad en otros destinos del Mediterráneo, la constatación de que el Brexit no ha afectado demasiado a la economía europea y que la economía china parece haberse estabilizado, España puede seguir con el ‘piloto automático’ durante algún tiempo, aunque no indefinidamente. De hecho, el servicio de estudios de BBVA alertaba antes del verano de que la ausencia de Gobierno podría reducir el crecimiento de la economía española en varias décimas, pero que lo haría sobre todo en 2017 (y, para entonces, todo parece indicar que tendremos Gobierno).
“Aunque no sabemos cuál será el nuevo Gobierno ni cuándo se formará, parece claro que habrá un alto grado de continuidad en la política económica”
Por lo tanto, la clave para entender por qué crecemos tanto aunque no haya Gobierno podría tener más que ver con que se ha reducido la incertidumbre sobre qué políticas económicas tendrá España en el futuro (para ver por qué la incertidumbre política afecta negativamente al crecimiento véase la excelente conferencia de Jesús Fernández Villaverde en la Fundación Rafael del Pino).
Aunque no sabemos cuál será el nuevo Gobierno ni cuándo se formará, parece claro que habrá un alto grado de continuidad en la política económica, incluso aunque se repitan otra vez las elecciones. El temor que tenían algunos inversores ante posibles cambios radicales en las políticas públicas parece haber quedado disipado. Por lo tanto, la combinación de menores riesgos externos, mayor dinamismo económico global y reducción de la incertidumbre sobre las políticas económicas futuras explicarían el buen comportamiento de la economía española a pesar de la ausencia de Gobierno.
Cuanto antes tengamos un gobierno que aborde los retos de largo plazo que enfrenta nuestro país mucho mejor, pero, por el momento, todo parece indicar que seguiremos creciendo.
Federico Steinberg
Investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid | @Steinbergf