(*) Publicado el 24/6/2016 en bez.
Con una participación del 72% y una diferencia de más de 1,2 millones de votos y en torno a cuatro puntos a su favor (52%-48%), los partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea han vencido el referéndum en el que David Cameron se jugaba –y perdía- su posición como líder del partido conservador y como primer ministro del país. Según sus propias declaraciones de esta mañana, seguirá ocupando su posición en el Número 10 de Downing Street hasta el congreso que tendrán los Tories el próximo mes de octubre, en el que se renovará un disputado liderazgo. Por el resultado del plebiscito, los favoritos a día de hoy son el antiguo alcalde de Londres, Boris Johnson, y el actual ministro de Justicia, Michael Gove; no obstante, conviene no descartar a otros posibles candidatos como Theresa May, quien ostenta el cargo de ministra de Interior.
“La ciudadanía parecía que se inclinaba hacia el otro lado de la balanza, especialmente tras el terrible asesinato de la diputada laborista Jo Cox”
La caída de Cameron ha sido el primer efecto dramático del referéndum. Según los recientes sondeos (y en este caso también las casas de apuestas), la ciudadanía parecía que se inclinaba hacia el otro lado de la balanza, especialmente tras el terrible asesinato de la diputada laborista Jo Cox, que conllevó la paralización de la campaña y la pérdida de momentum de los partidarios del Brexit. Pero las encuestas, una vez más, han errado el tiro. La estrategia de los bremainers de centrar su apuesta en el pragmatismo británico y los temores a una situación económica compleja se ha demostrado fatal, a pesar (o precisamente por ello) de contar con todo el apoyo del establishment. La conjunción de ilusión por un proyecto nuevo (a pesar de la falta de concreción) y la promesa de mayor soberanía respecto al control de fronteras y de legislación ha sido más convincente.
Sacudidas bursátiles
El segundo efecto más importante a corto plazo está siendo la volatilidad en los mercados y la depreciación de la libra. La Bolsa de Tokio caía el 8% mientras que el índice alemán replicaba se situaba sobre el -6% y el Ibex español se sitúa ahora en torno al -10%. Conviene de todas formas, no dramatizar en exceso esta cuestión, pues si bien las pérdidas son muy grandes, los mercados ya habían descontado el Brexit hace unos días, y que ante la recuperación del Bremain en los sondeos, índices como la Bolsa española se habían recuperado (aumentando el 10% en los últimos días). Respecto a la depreciación de la libra, se ha producido la caída más fuerte de la historia y ahora se encuentra en niveles de 1985. Esto último, entre otros efectos, puede provocar que el turismo británico se viese resentido (a 1,42 euros estaba el cambio el año pasado). Al mismo tiempo el oro (aumento del 4,25%) y los bitcoins (aumento del 7%) se posicionan como monedas-refugio.
Artículo 50
Pero el Brexit no será inmediato en ningún caso. Y esto es lo más importante. Para iniciar el procedimiento de salida, y como se señala en el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, el Estado miembro en cuestión (en este caso, el Reino Unido) debe notificar al Consejo Europeo su intención de salir de la Unión. David Cameron ya ha anunciado que él, a pesar de sus promesas en campaña, no lo va a hacer, y que será el próximo primer ministro quien tenga que lidiar con esta cuestión. En el horizonte está el ya citado Congreso Tory e incluso podría darse una convocatoria electoral, dado que el Parlamento británico tiene la soberanía para decidir si implementar los cambios legislativos que conllevaría la salida. En el Parlamento hoy no hay mayoría proBrexit y, por tanto, se podría generar una situación de bloqueo solo solucionable vía elecciones.
“Líderes como Geert Wilders, Marine Le Pen o Beppe Grillo están prometiendo referendos sobre su pertenencia en la eurozona o en la propia Unión”
Se produzca esta última cuestión o no, de lo que no cabe duda es del procedimiento una vez se invoque el artículo 50. Cuando eso suceda (y no antes), se abre la cuenta atrás de dos años (extensibles por unanimidad en el Consejo Europeo) para lograr un acuerdo de salida entre el Reino Unido y la Unión Europea, que requerirá de mayoría cualificada en el Consejo y del consentimiento del Parlamento Europeo. Mientras tanto, se seguirá aplicando todo exactamente igual que hasta ahora y no habrá efectos entre ciudadanos de un lado y otro de las islas. Y ante la gran cuestión sobre qué pasará después de que se concluya el acuerdo de salida, la respuesta solamente puede ser “depende”. Depende de: 1) Si se ha llegado también a un acuerdo de nuevo marco de relaciones o no; 2) Si ese nuevo marco de relaciones se inspira en el modelo noruego, el modelo suizo, el modelo turco u otros.
A tener en cuenta
En cualquiera de los escenarios, no obstante, conviene tomar en cuenta tres elementos: 1) El dramatismo económico está teniendo lugar en estos momentos, y es posible que dure algunos días, pero no para siempre por los enormes intereses que tienen todos los actores; 2) El futuro de la integridad territorial del Reino Unido no está garantizado, dado el resultado del referéndum en Escocia y el apetito de los independentistas por permanecer en la Unión Europea; 3) La propia continuidad del proyecto europeo está en juego. No solo va a perder la UE a su segunda economía y uno de sus países más implicados en la gestión de los asuntos globales, sino que líderes como Geert Wilders en Países Bajos, Marine Le Pen en Francia o Beppe Grillo en Italia están prometiendo referendos sobre su pertenencia en la eurozona o en la propia Unión, alentados por la decisión de los británicos. Tiempo de repensar también la UE, tras el game changer que supone el Brexit.
Salvador Llaudes
Investigador, Real Instituto Elcano | @sllaudes