* Publicado el 3/8//2012 en Elpais.com .
Ni el perfil de los tres individuos detenidos ni su supuesta adscripción organizativa se corresponden con la caracterización habitual y las conexiones más frecuentes entre quienes han sido detenidos en España por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista desde la década de los noventa. La procedencia turca y euroasiática de aquellos contrasta con el origen argelino, marroquí e incluso paquistaní de la mayoría de las cerca de cien personas que han sido condenadas en nuestro país por ese tipo de delitos. Las vinculaciones de estos con organizaciones yihadistas, cuando no actuaban al margen de las mismas, han tendido a establecerse principal, aunque no exclusivamente, con entidades norteafricanas. No es tanto el enlace con Al Qaeda de los tres detenidos ahora lo que llama la atención como el trato que la policía atribuye a alguno de ellos con Lashkar e Tayiba.
Si este dato se confirma, una implicación conjunta de Al Qaeda y Lashkar e Tayiba para llevar a cabo atentados terroristas no debería sorprender. Al Qaeda ha estado cerca de Lashkar e Tayiba desde sus orígenes. Pese a que esta última, desde su base en Pakistán, tolerada si no facilitada por los servicios de inteligencia de dicho país, está detrás de los más importantes atentados ocurridos recientemente en India, destacados operativos de la misma vienen actuando en territorio afgano y disponen de asentamiento en las zonas tribales al otro lado de la frontera. Pero Lashkar e Tayiba se ha convertido progresivamente en una fuente de amenaza terrorista fuera del sur de Asia, más concretamente para las sociedades occidentales. Terroristas entrenados en campos de Lashkar e Tayiba situados en suelo paquistaní, o implicados en actos de terrorismo reclamados en su autoría por esa organización yihadista, han sido detenidos, en los últimos años, en Norteamérica, Europa Occidental y Australia.
Los numerosos ejemplos incluyen al cabecilla de los terroristas suicidas de Londres en julio de 2005, a un destacado miembro de la célula yihadista que intentó ejecutar actos de terrorismo en Sydney a finales de ese mismo año, a uno de los cabecillas del grupúsculo que quiso perpetrar atentados en Otawa en 2006 y a uno de los extremistas que colaboró en el fallido intento de hacer lo mismo en Copenhague en 2009. Incluso el iniciador de una célula yihadista desmantelada en Barcelona en el otoño de 2004 había sido con anterioridad militante activo de Lashkar e Tayiba.
Al Qaeda persiste como amenaza para el conjunto de Europa occidental. Un análisis de los atentados y de las tentativas más serias de atentados ocurridas en la región desde 2002 revela que Al Qaeda ha estado implicada en no menos de 10 incidentes. En unas ocasiones, ideando, planificando, preparando y tratando por sí misma de ejecutar atentados. En otras, en combinación con sus extensiones territoriales y elementos de organizaciones afiliadas. Como, desde el 11-M, Lashkar e Tayiba, la Unión de la Yihad Islámica o Therik e Taliban Pakistan. En estos casos queda de manifiesto la naturaleza compuesta que la amenaza del terrorismo yihadista adopta a menudo.
Fernando Reinares es investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos