(*) Publicada el 7/7/2015 en LavozdeGalicia.es.
Entrevista de María Cedrón en La Voz de Galicia.
Hace 75 años los griegos dijeron no a la invasión de su país por parte de Italia. Su veredicto les empujó de lleno a entrar en la Segunda Guerra Mundial. El domingo pasado volvieron a decir no. En este caso, a la última propuesta que habían puesto sobre la mesa sus acreedores. Qué pasará ahora, es la gran incógnita. El investigador principal de Economía Política Internacional del Real Instituto Elcano, el gallego Miguel Otero Iglesias (@miotei), tiene claro que «llegar a un acuerdo ahora es algo complicado».
-¿Qué consecuencias va a tener el no griego?
-Primero, tenemos que entender que el pueblo griego no es muy europeísta. Eso es lo que no entendemos. Están más cerca de la visión británica de la UE que la que tiene el resto del continente. Antes de la crisis los griegos eran de los que estaban menos a favor del euro. Fue justo después de la crisis cuando comenzaron a estar más a favor porque los mantenía en Europa y les daba nivel de vida. Luego, lo que ha demostrado el resultado es que las tácticas de introducir el miedo en la campaña del sí no han surtido efecto y se han vuelto en contra. La narrativa europea no sabe mostrar un camino de luz y esperanza a la población griega y eso es un problema serio. Muchos partidos radicales, tanto de derecha como de izquierda, están ganando la batalla con el discurso de que la UE no nos protege de la globalización.
-Hay gente que dice que en Grecia se está librando una batalla entre la democracia y la dictadura de Bruselas. ¿Qué opina?
-Es una falacia. Se trata de una batalla entre la democracia griega y otras dieciocho democracias porque todos los que están en el Eurogrupo fueron elegidos. No es Europa frente a los griegos. Lo que ocurre es que, a veces, en Europa no se acepta que la mayoría de la gente de la zona euro es conservadora y por eso en el Eurogrupo son conservadores. Lo que no puede ser es que venga alguien de Grecia de extrema izquierda y que diga que son los únicos demócratas. Ese fue el error de Tsipras, que no logró ningún aliado. En Europa no hay estructuras para resolver esa tensión entre acreedores y deudores.
-¿Quién tiene que decidir ahora en Europa qué va a pasar con el futuro de Grecia?
-Lo importante ahora mismo es que decidan dos personas. En concreto son Mario Draghi y Angela Merkel, quienes representan las dos visiones que hay de Europa. Por un lado, está la de la canciller: la disciplina fiscal, el trabajo, las reformas estructurales deben de ser prioritarias, es la visión de la Europa conservadora que tiene la mayoría todavía. La de Draghi es la que da una visión más federalista: la unión fiscal no se basa solo en el control de los gastos y quiere ayudar a las regiones más afectadas. Representa a la Europa más keynesiana. Pero finalmente va a ser Merkel quien decida.
-¿Cree que Grecia va a acabar saliendo del euro o, por el contrario, se mantendrá en la unión monetaria?
-Yo espero que se quede. Pero ahora mismo es muy complicado saber qué pasará porque, para los alemanes, además de otros acreedores del norte de Europa, Syriza representa cuatro características que están muy mal vistas en Alemania: populismo, nacionalismo, chulería y comunismo.
-Y eso me lo está contando desde Berlin…
-Es verdad. Democráticamente es muy complicado para Merkel llegar a un acuerdo. Mostrarse blanda con los griegos podría costarle muchos votos. Tiene una gran presión social.