Tema[1]
Los seis países del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo han adquirido una importancia creciente en las relaciones económico-financieras globales, al tiempo que han emprendido ambiciosos proyectos para la diversificación de sus economías. Eso ofrece a España unas oportunidades interesantes para su propio desarrollo económico y para la creación de empleo y riqueza.
Resumen
Este análisis es el primero de una serie con los que se pretende explorar las relaciones económico-financieras que mantienen España y los seis países del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo (también conocido como Consejo de Cooperación del Golfo o CCG). En los sucesivos análisis se ofrecerán claves sobre la naturaleza de esas seis economías, sus proyectos de diversificación, las relaciones económico-financieras que mantienen con España, las potenciales oportunidades para las empresas españolas, así como los riesgos de seguridad que sus proyectos de inversión pueden plantear, sobre todo en sectores estratégicos de nuestro país. En esta serie de análisis se aportará información, contexto y algunas recomendaciones para tratar de aprovechar las oportunidades que ofrecen los países árabes del Golfo, incluido el potencial de inversión de sus fondos soberanos.
Análisis
El movimiento de la empresa pública de telecomunicaciones saudí STC para hacerse con el 9,9% del capital social de la empresa española Telefónica en septiembre de 2023 ha generado gran interés, debate público y algunos retos para los decisores políticos en España en materia de autorización de inversiones con origen fuera de la Unión Europea (UE) y donde se sabe que hay un gobierno extranjero como último inversor. Sin embargo, tanto a nivel de la opinión pública como en diversos ámbitos de la administración, existe un déficit en el conocimiento de esos países, sus trayectorias económicas y políticas, su creciente apertura, sus planes de diversificación y sus visiones geopolíticas del mundo cambiante que nos rodea, en el que aspiran a tener un mayor peso.
Principales características de las economías de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo
El Consejo de Cooperación del Golfo está compuesto por los siguientes seis países (por orden de mayor a menor PIB): Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Qatar, Kuwait, Omán y Bahréin. Arabia Saudí representa más del 50% del PIB del grupo y EAU algo más del 23%. Es decir, los dos países líderes desde el punto de vista económico suponen conjuntamente casi tres cuartas partes del PIB de la región.
El 2022 fue un año de crecimiento muy dinámico para esta región, especialmente para Arabia Saudí, cuyo PIB creció un 8,7%, siendo la economía del G20 que mayor crecimiento económico presentó. Kuwait (con un 8,2%) y EAU (con un 7,4%) también presentaron tasas de crecimiento muy sólidas. En un siguiente nivel se encontraron Bahréin (4,9%), Qatar (4,8%) y Omán (4,3%).
En términos poblacionales, Arabia Saudí también es el país de mayor relevancia, con más de 36 millones de habitantes en 2022, lo que representó casi el 62% del total de la población de la región.
Figura 2. Población por país en el Consejo de Cooperación del Golfo, 2022
País | Población (millones de habitantes) | % Población |
---|---|---|
Arabia Saudí | 36,4 | 61,8% |
EAU | 9,4 | 16,0% |
Omán | 4,6 | 7,8% |
Kuwait | 4,3 | 7,3% |
Qatar | 2,7 | 4,6% |
Bahréin | 1,5 | 2,5% |
Desde la perspectiva del PIB per cápita, Qatar se encuentra a la cabeza de los seis países, con un PIB per cápita cercano a los 110.000 dólares, casi un 30% superior al segundo mejor situado, EAU, con casi 85.000 dólares. A la cola se halla Omán con menos de 40.000 dólares al año de PIB per cápita. A modo de comparación, el PIB per cápita a precios corrientes en dólares en España en 2022 fue de algo más de 50.000 dólares, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En lo que al Índice de Desarrollo Humano[2] respecta, todos los países del CCG registraron en 2021 unos niveles muy elevados, superiores al 0,8. Destacan EAU, con un Índice del 0,911, superior al nivel de España, que en 2021 fue del 0,905.
Figura 4. Índice de Desarrollo Humano, 2021
País | Índice de Desarrollo Humano |
---|---|
EAU | 0,91 |
Bahréin | 0,88 |
Arabia Saudí | 0,88 |
Qatar | 0,86 |
Kuwait | 0,83 |
Omán | 0,82 |
Las tasas de desempleo de estos países también son muy reducidas, siendo la más alta en 2022 la registrada por Arabia Saudí, por encima del 5%, que, sin embargo, ha seguido reduciéndose desde entonces. Cabe destacar que la población de algunos de estos países no es muy grande y que los gobiernos suelen conceder ayudas a la población nacional, un porcentaje importante de la cual suele estar empleada en el sector público. Con el fin de fomentar un mayor empleo de su población en el sector privado, algunos gobiernos requieren que las empresas extranjeras contraten a un determinado número de trabajadores locales.
Figura 5. Tasas de desempleo, 2022
País | Tasa de desempleo en 2022 |
---|---|
Qatar | 0,1 |
Bahréin | 1,4 |
Omán | 2,3 |
Kuwait | 2,5 |
EAU | 2,8 |
Arabia Saudí | 5,6 |
Las finanzas públicas de estos países están muy saneadas, con la excepción de Bahréin, donde la ratio de deuda pública sobre el PIB se acercó en 2022 al 120% del PIB y el déficit público sobre el PIB superó el 6%. Muy destacable es la posición fiscal de Kuwait, con una ratio de deuda pública sobre el PIB ligeramente superior al 3% y un abultadísimo superávit fiscal en 2022 de casi el 20% del PIB.
La posición internacional de estas economías también es muy sólida, con muy importantes superávits por cuenta corriente sobre el PIB, que van desde el 6,4% de Omán hasta el 36% de Kuwait.
Las reservas de petróleo de estos países están entre las más elevadas del mundo, con Arabia Saudí ocupando la segunda posición a nivel mundial, detrás de Venezuela, Kuwait en sexta posición, EAU en la séptima y Qatar en la decimocuarta. Sin embargo, sumando las reservas de petróleo de todos los miembros del CCG, esta región estaría en primer lugar a nivel global. En lo que se refiere al gas natural, Qatar cuenta con las terceras mayores reservas mundiales, que representan cerca del 12,8% del total, mientras que Arabia Saudí cuenta con el 4,2% y EAU el 3,1%. La abundante riqueza generada por los hidrocarburos es uno de los elementos que determinan la importancia geopolítica de este bloque de países, así como su capacidad financiera para realizar cuantiosas inversiones fuera de su región a través de los fondos soberanos.
Esta abundante riqueza en hidrocarburos ha supuesto una especialización económica de estos países en todas las actividades relacionadas. Por ejemplo, el peso que las exportaciones de petróleo representan sobre el total de exportaciones de mercancías es muy elevado en estos países. Destaca, sin embargo, la caída reciente en el caso de Bahréin, lo que no se ha debido a la diversificación súbita de su economía, sino a que prácticamente el país se ha quedado sin reservas de petróleo.
Otros indicadores confirman la fuerte dependencia económica de la región con respecto de los hidrocarburos. Por ejemplo, el porcentaje que las rentas del petróleo suponen sobre el total del PIB sigue siendo elevado para estándares internacionales, aunque ha ido cayendo en los últimos años. La progresiva pérdida de importancia del sector de los hidrocarburos gracias a la diversificación económica es destacable en el caso de EAU, que se ha convertido en un hub comercial, logístico y financiero de la región.
Planes de diversificación y fondos soberanos
Ante la fuerte dependencia de los países del CCG de los hidrocarburos, todos ellos se han embarcado en planes para la diversificación de sus economías con el objetivo de reducir dicha dependencia. Para ello, se fijan como meta la sustitución gradual de la producción de petróleo y gas por la producción de bienes y servicios que no dependan de forma directa o indirecta del sector energético. Esos planes también implican reemplazar los ingresos estatales provenientes de los hidrocarburos por otras fuentes de ingresos, como pueden ser los sectores no vinculados al petróleo y los impuestos al consumo. A pesar de los avances logrados durante la última década, los hidrocarburos siguen representando porcentajes elevados de las exportaciones, del PIB y de los ingresos estatales, salvo la excepción mencionada de la economía emiratí que empezó mucho antes esta política de diversificación. De hecho, otras actividades económicas pujantes en los países del CCG, como la construcción y el desarrollo de infraestructuras, están directamente vinculadas a los ingresos generados por los hidrocarburos.
Los planes de diversificación económica de los países del CCG están plasmados en las llamadas “visiones nacionales” y “planes nacionales de desarrollo económico” con plazos temporales concretos (Arabia Saudí, Bahréin y Qatar tienen planes conocidos como Visión 2030; EAU tiene una Visión 2031; Kuwait cuenta con su Visión 2035; mientras que Omán ha presentado su Visión 2040). Entre los objetivos comunes a esos planes se encuentran la integración del sector privado en las actividades económicas de cada país, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes) como creadoras de valor económico y empleo, así como el establecimiento de agencias nacionales para facilitar el desarrollo y la financiación de las pymes. Además, se han establecido zonas de libre comercio y zonas económicas especiales que operan al margen de las regulaciones nacionales, con el fin de atraer inversión extranjera directa (IED) y actuar como polos de innovación que puedan ser integrados más adelante en las economías nacionales.
Desde el punto de vista financiero, la mayor muestra del intento de diversificación son los fondos soberanos creados a partir de los ingresos obtenidos de la venta de hidrocarburos. Seis de los 15 mayores fondos soberanos a nivel mundial pertenecen a países árabes del Golfo y concentran más de 3,4 billones de dólares (más de dos veces el PIB anual de España y casi tres veces el volumen de activos del mayor fondo soberano del mundo, el China Investment Corporation).
El papel de estos fondos soberanos para el crecimiento y desarrollo de las economías del Golfo es fundamental, especialmente a través de dos vías: por un lado, realizan una función de banco de desarrollo local financiando proyectos estratégicos y participando en el capital de algunas empresas públicas que hacen de tractores de ciertos sectores. Por otro lado, las actividades de inversión internacional de estos fondos están cobrando cada vez mayor relevancia por el creciente y cuantioso volumen de recursos que gestionan. Dichas inversiones buscan a su vez dos objetivos principales: uno es la pura rentabilidad financiera (una forma de diversificar las rentas del país a través de inversiones diversificadas en el resto del mundo, principalmente en países desarrollados), mientras que el otro objetivo tiene que ver con avanzar una visión estratégica, sea de índole política o económica. En el segundo caso, una gran parte de los fondos soberanos llevan a cabo inversiones en sectores de alto crecimiento y muchas veces buscan sinergias con sus economías, por ejemplo, a la hora de realizar joint ventures con empresas locales o bien a través de la transferencia de tecnología.
Entre las últimas inversiones con mayor repercusión se encuentra, como ya se ha mencionado, la de la empresa de telecomunicaciones saudí STC, propiedad mayoritaria del Public Investment Fund (PIF), sobre el 9,9% del capital social de Telefónica. Sin embargo, con anterioridad a esta operación, otros fondos del Golfo ya habían adquirido participaciones relevantes en otras empresas estratégicas españolas. Por ejemplo, Mubadala y Qatar Investment Authority (QIA) son los principales accionistas de las empresas estratégicas Cepsa e Iberdrola, respectivamente.
Inversiones de los países del Consejo de Cooperación del Golfo en España
En el caso español, se pueden extraer algunas conclusiones sobre la magnitud y composición de la IED de los países del CCG en España a partir de los datos proporcionados por el Registro de Inversiones del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa del gobierno de España.
En primer lugar, en términos de stock de inversiones en 2021, EAU es el principal inversor con 5.635 millones de euros, seguido de Qatar con 3.357 millones. Llama la atención que, a pesar de ser la economía con mayor peso de la región con diferencia, Arabia Saudí sea el tercer mayor inversor, con un stock de 1.009 millones de euros. En cualquier caso, es necesario resaltar que estas cifras reflejan solo la IED, es decir, aquella en la que se ha tomado al menos el 10% del capital social de una empresa.[3] En cuanto a la proporción de inversión pública y privada, más del 86% procede del sector público, lo que encaja con la importancia que tienen los fondos soberanos de estos países.
Figura 13. Stock de inversión, 2021 (millones de euros)
Arabia Saudí | Bahréin | EAU | Kuwait | Omán | Qatar | Total | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Inversión pública | 690 | 34 | 4.592 | 482 | 12 | 3.330 | 9140 |
Inversión privada | 319 | 22 | 1.043 | 33 | 0 | 28 | 1445 |
Total | 1.009 | 57 | 5.635 | 515 | 12 | 3.357 | 10.585 |
Por otro lado, en términos de flujos de inversión, se observa cierta volatilidad, especialmente en el caso de Qatar, donde se registraron importantes entradas en 2016, 2018 y 2020 y flujos muy reducidos durante el resto de los años. En todo caso, los países árabes del Golfo no figuran entre los principales inversores en España, al menos en lo que a la IED respecta, ya que EAU ocupa el puesto 17 y Arabia Saudí el 32.
Figura 14. Flujos de inversión (millones de euros)
Flujos de inversión | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 | Enero-junio 2023 |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Arabia Saudí | 17 | 445 | 46 | 9 | 15 | 38 | 12 | 18 | 47 | 80 |
Bahréin | 0 | 0 | 20 | 0 | 0 | 31 | 2 | 0 | 8 | 0 |
EAU | 55 | 247 | 543 | 451 | 83 | 318 | 73 | 107 | 269 | 92 |
Kuwait | 3 | 497 | 1 | 10 | 78 | 3 | 5 | 5 | 16 | 1 |
Omán | 0 | 0,004 | 0,23 | 0 | 0,55 | 0,03 | 0,27 | 0,08 | 0,09 | 0,01 |
Qatar | 187 | 2 | 677 | 18 | 1.972 | 12 | 1.218 | 8 | 4 | 0 |
Desde una perspectiva regional y sectorial, cabe destacar lo siguiente:
- La Comunidad de Madrid recibe más del 80% de los flujos de inversión públicos de EAU, que se concentran en más de la mitad en el sector de coquerías y refino de petróleo.
- La Comunidad Autónoma de Cataluña se beneficia de más del 90% de los flujos de inversión procedentes del sector público qatarí, focalizados principalmente en el sector de servicios de alojamiento.
- La Región de Murcia es destinataria de más del 90% de los flujos de inversión públicos de Arabia Saudí, que se destinan a la fabricación de productos de caucho y plásticos.
- Las Comunidades Autónomas de Madrid y Cantabria se reparten los flujos de inversión públicos de Kuwait, que se centran en el sector del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado.
Clima de negocios y oportunidades de proyectos para empresas españolas en los países del Consejo de Cooperación del Golfo
Los países del CCG, especialmente Arabia Saudí y EAU, compiten entre sí por la captación de inversiones extranjeras. EAU es uno de los países más dinámicos de la región, especialmente en lo que respecta a los emiratos de Dubái y Abu Dhabi. La diversificación económica de EAU comenzó antes que en cualquier otro país del CCG, lo que les ha permitido convertirse en un hub aéreo (el aeropuerto internacional de Dubái es el que más tráfico de pasajeros internacionales tiene) y portuario (el 40% de las importaciones de EAU se reexportan, lo que explica que el país maneje el 2,4% de la cuota mundial de comercio, frente al 1,8% de España, y que España exporte más a EAU que a la India o Australia), además de beneficiarse del denominado “efecto sede” (EAU cuenta con más de 40 zonas francas multidisciplinares). Además, en EAU existe el Dubai International Financial Center (DIFC), principal centro financiero de Oriente Medio, que actúa a modo de refugio seguro, y donde no se aplica la regulación nacional.
Este éxito temprano de EAU y el deseo relativamente reciente de Arabia Saudí, sobre todo a partir de 2016, de escalar posiciones explican algunas de las normas recientemente adoptadas en el reino saudí. Una de ellas es que, a partir de 2024, se exigirá que las empresas extranjeras que quieran contratar con la Administración saudí tengan su sede principal de Oriente Medio en territorio saudí. Además, en algunas ocasiones, la Unión Aduanera existente entre estos países no funciona plenamente y se observa la imposición de barreras no arancelarias por parte de algunas autoridades nacionales a la entrada de mercancías procedentes de otros países miembros del CCG.
La realización de negocios en estos países resulta mucho más fluida si se cuenta con contactos en los niveles políticos más elevados. Si bien el gobierno de Arabia Saudí ha puesto en marcha el Ministerio de Inversiones (MISA), que busca precisamente acompañar al inversor extranjero, y Omán inauguró recientemente su oficina Invest in Oman, los contactos políticos y personales son clave para llevar a cabo negocios. Esto facilita que empresas españolas de mayor tamaño y, por tanto, con mayor capacidad institucional para realizar y mantener contactos, tengan más facilidades para ser adjudicatarias de proyectos en estos países.
Las empresas españolas llegaron más tarde a esta región que las de sus socios europeos, si bien las exportaciones de España a esta región no han dejado de crecer en lo que llevamos de siglo. Las empresas españolas también se han aprovechado de importantes proyectos de infraestructura, energía, defensa, desalinización y gestión de recursos hídricos, entre otros sectores. En el caso de Arabia Saudí, por ejemplo, la construcción, operación y mantenimiento del AVE entre La Meca y Medina (línea ferroviaria de alta velocidad conocida como Haramain) corre a cargo de un consorcio con empresas españolas, al igual que la construcción de tres líneas de metro en la capital Riad. Estos países también tienen fuerte interés por abrirse al turismo internacional, sector en el que España es una potencia mundial, y donde se abren importantes oportunidades para empresas españolas.
En términos de seguridad jurídica y riesgo país, la puntuación varía entre los países del CCG (como se puede ver en la siguiente Figura), aunque países como Arabia Saudí, EAU y Kuwait, seguidos de Qatar, obtienen buenas puntuaciones, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Figura 15. Clasificación de riesgo, según la OCDE, de los países del Consejo de Cooperación del Golfo
País | Puntuación |
---|---|
Arabia Saudí | 2 |
Bahréin | 6 |
EAU | 2 |
Kuwait | 2 |
Omán | 5 |
Qatar | 3 |
Comercio de mercancías
Desde el punto de vista de las exportaciones de mercancías, según estadísticas del World Trade Integrated Solutions, los principales socios comerciales de los países del CCG en 2021 fueron los siguientes:
- Arabia Saudí:EAU (5,15%), China (3,83%), India (3,19%), Egipto (2,72%) y Estados Unidos (EEUU) (1,73%).
- Bahréin: Arabia Saudí (13,52%), EAU (8,92%), EEUU (7,34%), Egipto (4,01%) y Omán (3,13%).
- EAU: Arabia Saudí (6,25%), India (5,64%), Irak (3,35%), Hong Kong (2,52%) y Omán (2,38%).
- Kuwait: EAU (1,27%), Arabia Saudí (1,15%), China (1,13%), India (1,11%) e Irak (0,8%).
- Omán: EAU (8,62%), Arabia Saudí (3,88%), EEUU (3,82%), India (2,97%) y China (2,29%).
- Qatar: China (15,45%), Japón (13,58%), India (12,84%), Corea del Sur (12,83%) y Singapur (6,13%).
De estos datos se deduce que, a pesar de posibles rivalidades, las economías de Arabia Saudí, Bahréin, EAU, Kuwait y Omán están muy integradas desde el punto de vista comercial. Por otro lado, Qatar es una economía con gran exposición al continente asiático y, en principio, menos integrada desde el punto de vista de las exportaciones con el resto de la región del Golfo. Ningún país de la UE se encuentra entre los cinco principales destinos de las exportaciones de los países árabes del Golfo.
En cuanto a las importaciones de mercancías, los principales socios comerciales en 2021 fueron:
- Arabia Saudí: China (19,8%), EEUU (10,62%), EAU (8,17%), India (5,29%) y Alemania (4,91%).
- Bahréin: Brasil (14,13%), China (13,02%), EAU (7,39%), Australia (7,24%) y Arabia Saudí (6,84%).
- EAU: China (14,9%), India (6,01%), EEUU (4,86%), Japón (3,12%) y Turquía (2,76%).
- Kuwait: China (17,98%), EAU (11,89%), EEUU (7,99%), Japón (5,76%) y Arabia Saudí (5,32%).
- Omán: Arabia Saudí (35,56%), China (6,98%), India (6,56%), Qatar (6,42%) y Brasil (4,86%).
- Qatar: China (16,26%), EEUU (11,84%), India (6,35%), Alemania (5,78%) y el Reino Unido (5,65%).
Según los datos de importaciones, China es el principal socio comercial para cuatro de las seis economías del Golfo. Las excepciones son Bahréin, para quien Brasil es el principal origen de las importaciones, y Omán, con gran integración comercial con Arabia Saudí. El único país de la UE que aparece en esta clasificación es Alemania, que constituye el cuarto país de mayores importaciones para Qatar.
En lo que a España respecta, en 2022, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, Arabia Saudí fue el país del Golfo con el que se intercambió mayor volumen de mercancías, dando lugar a un saldo negativo superior a los 2.150 millones de euros y con una tasa de cobertura del 58%. Las tasas de cobertura en el comercio de mercancías están también por debajo del 60% en los casos de Bahréin, Omán y Qatar. Estas bajas tasas de cobertura se deben, sobre todo, a las importaciones de gas y petróleo por parte de España. Sin embargo, con EAU y Kuwait la tasa de cobertura es superior al 100%, lo que indica que el volumen de exportaciones de mercancías de España a estos países superó al de las importaciones.
Figura 16. Comercio de mercancías del Consejo de Cooperación del Golfo con España, 2022
País | Exportaciones bienes (2022 millones €) | Importaciones bienes (2022 millones €) | Saldo comercio bienes (2022 millones €) | Tasa de cobertura |
---|---|---|---|---|
Arabia Saudí | 2965,3 | 5116,2 | -2150,9 | 58% |
Bahréin | 222,7 | 376,0 | -153,3 | 59% |
EAU | 2015,6 | 1444,6 | 571,0 | 140% |
Kuwait | 394,5 | 132,6 | 261,8 | 297% |
Omán | 262,3 | 455,9 | -193,6 | 58% |
Qatar | 419,4 | 917,1 | -497,6 | 46% |
Recomendaciones de política y diplomacia económica
España es un país que cuenta con varios puntos fuertes a la hora de seguir desarrollando sus relaciones económico-financieras y políticas con los países árabes del Golfo. Transmite una imagen de cercanía y afinidad histórico-cultural entre las élites y las poblaciones de estos países árabes, además de ser un país atractivo como destino turístico, cultural y deportivo. El hecho de ser una monarquía también contribuye a la imagen de proximidad y estabilidad. A favor de España juegan factores como tener una economía altamente internacionalizada, contar con empresas punteras en sectores de gran interés para los países del CCG, carecer de contenciosos históricos con dichos países y adoptar posiciones internacionales que son bien vistas allí (como el apoyo a la solución de los dos Estados en el conflicto palestino-israelí).
Aunque la presencia empresarial y las exportaciones españolas ya son relevantes y van en aumento en esta región (la exportación española a los países del CCG en 2022 fue de 6.280 millones de euros, en comparación con los 4.716 millones de 2021), existe un gran potencial para intensificar las relaciones económicas y comerciales entre España y el CCG que redunde en el aprovechamiento de las oportunidades que dichos países ofrecen. Para ello, España necesita fijar una estrategia integral hacia los países árabes del Golfo, en la que se potencie la diplomacia económica con dicha región, y que esta vaya acompañada de la necesaria dotación de recursos en las representaciones diplomáticas en dichos países. Esto pasa por la intensificación de las visitas oficiales de alto nivel y la celebración de foros especializados, al igual que hacen otros países del entorno europeo, con importantes retornos para sus economías. También sería positivo llegar a acuerdos bilaterales con el objetivo de potenciar la cooperación en áreas estratégicas.
A la hora de desarrollar una estrategia exitosa hacia los países árabes del Golfo, tanto para aumentar la presencia española allí como para atraer inversiones, es imprescindible contar con el asesoramiento y los conocimientos necesarios en aspectos culturales y empresariales. Eso implica que los actores gubernamentales y empresariales españoles cuenten con las claves necesarias en términos de sensibilidad cultural, atención al detalle y relevancia de los gestos y símbolos. Un aspecto que marca una diferencia importante a la hora de aprovechar las oportunidades de negocio es que se invierta tiempo en establecer relaciones de confianza a nivel personal. Eso transmite seriedad en las intenciones y contribuye a mitigar los conflictos y malentendidos cuando estos surjan. Las administraciones y empresas españolas podrían aprovechar la creciente presencia de ciudadanos hispanoárabes con buena formación, conocimiento de idiomas y sensibilidad cultural para hacer de puente entre nuestro país y los países árabes del Golfo. Asimismo, la colonia española en estos países está creciendo considerablemente debido a las numerosas oportunidades laborales que existen, lo que también se puede utilizar como un activo para potenciar los lazos económicos, ya que hay ciudadanos españoles ocupando posiciones relevantes en entes y empresas locales.
Por otra parte, es esencial contar con estadísticas granulares y depuradas en materia de inversiones exteriores, especialmente en un contexto geopolíticamente agitado como el actual. A modo de ejemplo, el presente análisis no podría haberse realizado sin los datos extraídos del Registro de Inversiones del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. Estos datos permiten la detección de tendencias y la extracción de conclusiones relevantes. Sin ellos, resulta imposible conocer cuál es el verdadero propósito de las inversiones extranjeras en nuestro país.
La importancia económica y geopolítica de los países árabes del Golfo ha quedado sobradamente demostrada y sus perspectivas económicas a largo plazo son también prometedoras. Es especialmente interesante para las empresas españolas poder hacerse adjudicatarias de proyectos en esta región. La labor económica y comercial que realizan los embajadores de España en estos países, así como los consejeros y agregados Económicos y Comerciales allí destinados, es encomiable. No obstante, es necesario seguir potenciando la diplomacia económica por dos vías. Por un lado, sería recomendable reforzar las Embajadas y las Oficinas Económicas y Comerciales en toda la región y en especial la de Arabia Saudí, país con gran peso en la región y que se está abriendo cada vez más al exterior. Por otro lado, es crucial potenciar las visitas de alto nivel de miembros del gobierno de España y de la Casa Real para fortalecer las relaciones bilaterales, tanto en el plano económico como en el político. En este sentido, varios países europeos y asiáticos que han realizado rondas de negocios, con la participación de empresas y los ministros del ramo, han cosechado éxitos notables.
Captar inversiones del CCG debería ser un objetivo para nuestro país, siempre y cuando éstas persigan fines de rentabilidad y no de control de aspectos estratégicos. Desde esta perspectiva, la existencia de Invest in Spain como suerte de ventanilla única para la captación de inversiones exteriores es positiva. Sin embargo, es necesario continuar con los esfuerzos de consolidación institucional en España, de modo que los inversores extranjeros no tengan dudas sobre a dónde acudir.
Conclusiones
Los seis países del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo están teniendo una presencia cada vez mayor en las relaciones económico-financieras globales. Para ello cuentan con ingentes recursos financieros generados a partir de los ingresos obtenidos de la venta de hidrocarburos. Seis de los 15 mayores fondos soberanos a nivel mundial pertenecen a países árabes del Golfo y concentran más de 3,4 billones de dólares (más de dos veces el PIB anual de España). Además, los países del CGC se caracterizan por una relativa estabilidad geopolítica, favorable para la realización de inversiones.
La creciente importancia de los países árabes del Golfo en las relaciones económico-financieras globales ofrece a España unas oportunidades interesantes para su propio desarrollo económico y la creación de riqueza y empleo. Para poder aprovechar esas oportunidades, es necesario superar el actual déficit que existe, tanto a nivel de la opinión pública española como en diversos ámbitos de la administración, sobre el conocimiento de esos países, sus trayectorias económicas y políticas, sus planes de diversificación, su mayor apertura al exterior y sus visiones geopolíticas del mundo cambiante que nos rodea.
España es un país que cuenta con varios puntos fuertes a la hora de seguir desarrollando sus relaciones económico-financieras y políticas con los países árabes del Golfo, entre los que destacan los lazos históricos con el mundo árabe y una mayor afinidad cultural que la existente con otros países europeos. Si bien la presencia empresarial y las exportaciones españolas han crecido de forma considerable en los últimos 20 años, existe un gran potencial para el desarrollo de relaciones entre España y el CCG que redunde en el aprovechamiento de las oportunidades económicas que dichos países ofrecen. Estas serán mejor aprovechadas si se potencia la diplomacia económica a través del reforzamiento de los organismos e instituciones competentes, incluidas las Embajadas de España y las Oficinas Económicas y Comerciales en esos países. Asimismo, se requiere un plan estratégico ambicioso que fomente las visitas de alto nivel entre España y los países árabes del Golfo, así como que los actores gubernamentales y empresariales españoles cuenten con el asesoramiento y los conocimientos necesarios en aspectos culturales y en la forma de hacer negocios.
[1] Los autores quieren agradecer por su tiempo y aportaciones a una versión previa de este estudio a Javier Carbajosa Sánchez, Laura Cerezo Morillas, Ana de Vicente Lancho, Blanca Fernández Barjau, Miguel Hernando de Larramendi, Álvaro Martín-Aceña Hernández, Belén Moraleda García, Miguel José Moro Aguilar, José Vicente Pérez López, Eduardo Prieto Kessler, Carlos Rebato Barredo y Andrés Salinero Barbolla.
[2] El Índice de Desarrollo Humano es el indicador elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que toma en cuenta tres factores: (1) la esperanza de vida, (2) la educación y (3) los ingresos per cápita. 0 es el valor mínimo y 1 el máximo.
[3] De este modo, cuando se disponga de datos del año 2023, la inversión de STC en Telefónica no se encontrará recogida en estas estadísticas, al situarse en el 9,9% de su capital social, es decir, por debajo del umbral del 10%.