Tema: “El español en el libro” ha sido lema del VI Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Ciudad de Panamá.
Resumen: Desde 1997, con aparente periodicidad trienal, se celebra el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) y en este documento se recogen las ideas más destacadas ofrecidas en los diferentes congresos a lo largo de los años. En todas sus ediciones expertos hispanistas y demás intelectuales discuten acerca de la lengua española, su situación actual, sus dilemas y sus desafíos de futuro. En su última edición, los debates han girado en torno al libro, en todos sus formatos, como herramienta de educación, de aprendizaje y de difusión del idioma español.
Análisis: Los Congresos Internacionales de la Lengua (CILE) son, con toda seguridad, los más importantes, por su transcendencia en cuanto a difusión, que se celebran en la esfera de la lengua española. Todos ellos han sido auspiciados por el Instituto Cervantes y las 22 Academias de la Lengua, la Asociación de Academias de la Lengua Española y, adicionalmente, por otros actores locales que colaboran en el acontecimiento.
Cada simposio presenta y apuesta por unas claras ideas y objetivos, ya en desarrollo o bien como objetivos para el futuro. Los datos avalan la realidad de que el español es la segunda lengua materna después del chino, la tercera más empleada del planeta, con cerca de 500 millones de hispanohablantes (pudiendo, en breve, desbancar a la inglesa, situada en segundo lugar). Hay que destacar que en Brasil y en EEUU más de 35 millones de personas hablan el español.
Desde sus inicios, cada edición se ha celebrado bajo una temática o lema en torno a la lengua española, pero en realidad cada congreso podría numerarse con una edición posterior ya que, en el año 1992, Sevilla celebró el Congreso de la Lengua Española y fue allí donde el entonces presidente mexicano, Ernesto Zedillo, sugirió su celebración de una forma regular. Los lemas elegidos hasta la fecha han sido los siguientes:
- “La lengua y los medios de comunicación”, en Zacatecas, México (1997).
- “El idioma español en la sociedad de la información”, en Valladolid, España (2001).
- “Identidad lingüística y globalización”, en Rosario, Argentina (2004).
- “Presente y futuro de la lengua española. Unidad en la diversidad”, en Cartagena de Indias, Colombia (2007).
- “América en la lengua española”, en Valparaíso, Chile (2010) (suspendido por el terremoto que asoló parte del país días antes).
- “El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur”, en Ciudad de Panamá, Panamá (2013).
Aportaciones en cada Congreso: Zacatecas, 1997
México fue el país idóneo para celebrar el primer congreso, pues es ahí donde se asienta la comunidad hispana más grande del mundo. Se recuerda por el discurso inaugural en el que García Márquez bromeaba contra la ortografía del español y propuso jubilar, con el fin de simplificar, a parte de la gramática: “esas haches rupestres”, y con la diferencia entre la “ge” y la “jota”, o entre la “be de burro y la ve de vaca”; esas letras, dijo, “que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos, y siempre sobra una”.
La adolescencia de las nuevas tecnologías hacía presagiar que la lengua inglesa se impondría en la web, siendo vista como un posible enemigo en detrimento del español. Otro aspecto comentado en aquel primer congreso, dedicado a las nuevas tecnologías, fueron las inquietudes que se desprendían de la televisión, Internet, la radio y el cine, sobre aquellos que usan la pluma para expresarse.
También se presentó el Diccionario geográfico universal, en el cual se incluían los topónimos generales del español, escrito por el académico mexicano Guido Gómez de Silva. Y como apoyo al crecimiento económico se propuso la libre circulación de libros por los territorios iberoamericanos, línea estratégica que no se ha llevado a cabo con los años y que fue recordado en el Segundo Congreso. Finalmente, con el fin de unificar las reglas del juego se propuso la elaboración de unas pautas grafemáticas comunes para todos los medios de comunicación en español.
Valladolid, 2001
El segundo CILE se centró en la situación del español en la red, fomentándose por ello el acceso a la red de los países hispanohablantes con el objetivo de crecimiento del contenido en español, de su calidad y diversificación. Se aportaron datos sobre la presencia del español en la red. En aquellos años, un 45% de sus usuarios (cerca de 220 millones de personas) la utilizaban en inglés, frente a poco más del 8% que lo hacían en español, lo que equivalía a más de 25 millones de internautas; a eso se añade el hecho de que más de dos terceras partes de las páginas web estaban en inglés y sólo un 2,4% (30 veces menos) en español.
La comunicación de Cela fue muy comentada al ser un autoplagio, muy similar al discurso que pronunció en el congreso de Zacatecas. Además, hubo sorpresas y presentaciones como en ediciones anteriores. La RAE, junto con el resto de Academias de la Lengua, anunció la creación de un Observatorio del Neologismo con el fin de ofrecer recomendaciones de uso ante los nuevos términos. También la RAE presentó el diccionario académico y se dio pistoletazo de salida para su versión en línea, a través de la página web de la Academia. Por lo que respecta a su clausura, se apostó por la promoción del idioma en Internet y confiar en el crecimiento, que años más tarde se ha apreciado, del español en la red.
Rosario, 2004
El tercer congreso se dedicó a analizar los problemas y los retos del idioma español bajo el lema “Identidad lingüística y globalización”. Ya siendo por aquellos años 400 millones los hispanohablantes, se expusieron las preocupaciones del empobrecimiento que sufre el español y la veloz reducción del número de palabras que se emplean para expresarse en el día a día, como por ejemplo en el uso del chat y de msn. Un panel destacable fue el desarrollado bajo el título “la enseñanza del español en el mundo, hacia una acción coordinada”, con el objetivo de crear bases comunes (modelos de exámenes, integración de recursos didácticos, combinación de enseñanza presencial y online, formación flexible adaptada a distintos colectivos, etc.) y para las cuales el Instituto Cervantes, junto con las Academias de las Lenguas, posee un papel primordial de asistencia y regulación. Destacable era, ya por aquel entonces, la gran presencia en la red del Instituto Cervantes. El CVC (Centro Virtual Cervantes) mantiene foros para tal efecto y actualiza los recursos didácticos digitales con el fin de regular la formación de profesores, potenciar y enriquecer el caudal léxico y elaborar propuestas. Se mostraron también varias presentaciones, como una edición popular del Quijote, en una sesión conmemorativa del IV centenario de la publicación de su primera parte. Además, se exhibió una muestra de la edición digital del Diccionario Panhispánico de Dudas, que contiene las 7.000 dudas más frecuentes del idioma. El broche final, en forma de emotivo homenaje al escritor argentino Ernesto Sábato, fue realizado por el Nobel Saramago.
Cartagena de Indias, 2007
El lema de la reunión fue “Presente y futuro de la lengua española. Unidad en la diversidad”, y generó la participación no sólo de académicos, lingüistas y escritores, sino también de políticos, periodistas, empresarios y científicos, entre otros. Como antesala, en el XIII Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua se aprobó el texto básico, de más de 2.000 páginas, de la “Nueva Gramática de la Lengua Española”, que, por primera vez, era representativa del español total.
Asimismo, se ratificó el Sistema Internacional de Certificación del Español como Lengua Extranjera compartido por la comunidad hispanohablante, con el fin de unificar los criterios y métodos de evaluación para la concesión de los Diplomas de Español a los no hispanohablantes, y estableció un sello común que avala la calidad de una garantía lingüística. Finalmente, en este IV CILE las Academias de la Lengua Española dieron luz en Medellín a la nueva Gramática Panhispánica, 76 años después de haber expedido el texto que hasta ahora dictaba las normas rectoras para la correcta utilización del idioma.
Valparaíso, 2010
El congreso fue suspendido debido al terremoto que asoló parte del país.
Ciudad de Panamá, 2013
La última gran asamblea del idioma no reunió sólo a académicos, lingüistas, escritores, estudiosos y profesores de la lengua española, sino también a políticos, empresarios y jefes de Estado deseosos de firmar fructíferos acuerdos. Tal ha sido la envergadura e intereses en esta edición, que el gobierno de Panamá cubrió prácticamente al completo los costes del acontecimiento.
Con el fin de ahondar y aportar al máximo, las jornadas de Panamá se organizaron alrededor de un eje común: el libro. Sobre el mismo, se trataron aspectos como los soportes, la tecnología digital, la industria editorial y la educación. Se generaron interesantes debates y reflexiones, siendo quizá los más polémicos y que ocasionaron más inquietud e intranquilidad los relacionados con los libros electrónicos, los nuevos soportes de lectura y los nuevos actores online.
Como en otras ediciones, se presentaron diversos aportes: el Diccionario de Americanismos, accesible en línea, y un nuevo manual de Ortografía Escolar, coordinada por el académico leonés Salvador Gutiérrez que, con solo 63 páginas, ofrece una síntesis de las normas de la ortografía de la lengua española de 2010 y de la ortografía básica del año 2012.
El eje temático común de las jornadas se articuló en cuatro secciones y, a su vez, estas se subdividieron en seis paneles. Por tanto, durante los tres días se celebraron 24 paneles, reuniendo a cerca de 200 participantes. Concretamente, el programa quedó fijado con la siguiente distribución:
- El libro entre el Atlántico y el Pacífico: (a) lenguas y manuscritos del Atlántico al Mar del Sur; (b) libros, libreros y mercados tradicionales; (c) una república de las letras: autores de ambos mundos; (d) bibliotecas históricas y esfera pública; (e) bibliofilias: coleccionismo de libros y edición; y (f) la RAE y las Academias de la Lengua Española (1713-2013): tres siglos de diccionarios, gramáticas y ortografías.
- La industria del libro: (a) escribir un libro; (b) propiedad intelectual y derechos de autor; (c) la cadena del libro; (d) edición digital y libro electrónico; (e) edición y canales de distribución; y (f) abrir lectores al idioma.
- Libro, lectura y educación: (a) el libro y la educación en la sociedad de la información; (b) alfabetización en contextos multiculturales; (c) la formación de profesores de español como lengua segunda y extranjera en Iberoamérica; (d) educación y divulgación científica; (e) las Bibliotecas Nacionales en la era digital; y (f) fomento de la lectura y bibliotecas escolares.
- El libro entre la creación y la comunicación: (a) literatura hispánica y redes transatlánticas; (b) creación, comunicación y traducción; (c) la crítica literaria: del papel al blog; (d) creadores, permanencias y exilios; (e) medios de comunicación: de la prensa a los recursos digitales; y (f) libro y lenguaje gráfico.
Los tres días dieron para mucho; se aportaron infinidad de datos, convicciones y propósitos. “Hay que abrir las ventanas del idioma para enriquecernos de otros lenguajes” destacó en la inauguración del Congreso el Nobel de Literatura Vargas Llosa, asegurando que el español se reafirma y se propaga de una forma ágil, pero no por ello se debe descuidar ni dejar de defender. El peruano afirmó también que el español “sigue creciendo, rebasando fronteras y ocupando con una fuerza natural cabezas de playa en muchos otros países”, un avance permanente que demuestra su “dinamismo, utilidad y fecundidad”.
El peso de la cultura, el peso de los libros
La cultura es el elemento por excelencia de cohesión de la sociedad iberoamericana. En América Latina la cultura cada vez tiene más peso, tanto en el PIB como en la propia vinculación con la sociedad. Tal es el caso que, en el año 2006, se creó el Sistema de Información Cultural del Mercosur (Sicsur), con el objetivo de poseer series relacionadas con el PIB cultural, entre otros indicadores. En términos generales, estos países poseen un PIB cultural que ronda el 4%, con una tendencia al alza. Algunos de ellos, en la actualidad, se sitúan en la esfera del 6% como Brasil, México y Argentina. Y es de indicar que el desarrollo social que se está produciendo en América Latina está directamente ligado a su mejora cultural y educativa y, en especial, a los esfuerzos dedicados al fomento de la lectura. Tales lecturas son obras escritas en la lengua española en la mayoría de los casos.
En cambio, en España el PIB cultural tiende a la baja aproximadamente desde 2008. En la actualidad, el 3% del PIB proviene de las industrias culturales y si se añaden otras variables y actividades vinculadas con la cultura podría llegar al 4%. Pero inevitablemente, al contrario que en América Latina, en los últimos años la crisis económica ha originado una disminución importante en todas las industrias relacionadas con la cultura.
Dentro del sector cultural, tanto en América Latina como en España, el área que más cuota posee es la relacionada con los libros y la prensa escritos en la misma lengua: el español. En el caso de España, estas industrias representan el 40% del conjunto de las actividades culturales, por lo que alrededor del 1,5% del PIB español proviene de la industria editorial y, según la Federación de Gremios de Editores de España, se mueven más de 5.000 millones de euros y más de 30.000 empleos se dedican al sector. Sólo en el año 2012 se vendieron más de 170 millones de libros y editaron cerca de 80.000 títulos con una tirada media por título de 3.540. En sentido inverso, tanto en España como en América Latina, cada vez se lee más y de forma habitual. El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac) detalla que los argentinos, con el 55%, siguen a los españoles; tras ellos se sitúan los chilenos y los colombianos, con el 45%, y los peruanos, con el 35%.
No cabe duda que los cerca de 500 millones de hispanohablantes, con sus retoques lingüísticos, impulsan a la cultura como una de las áreas económicas más rentables, siendo por tanto la lengua común empleada en la veintena de países el mejor factor para el favorecedor desarrollo de la cultura.
También es incuestionable que en el sector cultural, las nuevas tecnologías se articulan de una forma cotidiana y necesaria en el día a día, habiendo ganado terreno a las acciones tradicionales del sector. Como indicó el peruano Iván Thays en su ponencia, la palabra clave de la industria editorial ha cambiado: se ha transformado el “publicar” por el “compartir”. Los debates prolíficos sobre si los documentos en papel se sustituyen por los de formato electrónico quedaron patentes en el último CILE.
Así las cosas, no cabe duda de la inquietud e incluso el temor de la industria tradicional del libro ante la activa penetración de los soportes electrónicos. La intranquilidad se acentúa al conocer de cerca a quien maneja las riendas del negocio online. Los balances económicos muestran a la perfección los volúmenes de negocio que se manejan en ambos sectores (papel y digital), y lo más alarmante es que el monopolio o megacontrol lo poseen tanto la empresa Amazon como Apple, que controlan el 70% de las descargas de Internet. En América Latina diverge, dependiendo de los países; por ejemplo, en Argentina, debido a sus altos impuestos de compras en el exterior, se emplea de una forma reducida a estas empresas; en el lado contrario, en Brasil y México las utilizan de una forma vigorosa.
El grupo de hispanohablantes que más convive con las lecturas electrónicas es el de los hispanos instalados en EEUU. En la actualidad, cerca del 15% de los 50 millones de hispanos que vive allí posee ereaders personales (cabe destacar que todos pueden hablar y ver la televisión en español, pero no todos lo pueden leer), y es este el país que más libros electrónicos vende en español. Ante estos datos, las políticas editoriales de los países de habla hispana (fundamentalmente Argentina, México y España) en un futuro cercano se disputarán esta situación.
España, donde el crecimiento medio del libro electrónico ha sido del 200%, ocupa un lugar medio con el 3% de la cuota del mercado continental, con crecimientos del 13% respecto al año 2011, disponiéndose a finales del año 2012 algo más de 20.000 títulos en formato digital en español. Para el año 2013 no hay cifras oficiales, pero se estima que el crecimiento será algo menor que durante 2012, ya que la Agencia del ISBN ha registrado, en el primer semestre de 2013, 7.378 títulos en formato digital.
América Latina es, de las cinco regiones globales, la que muestra en la actualidad un mayor crecimiento de uso y acceso a Internet. Aun así, la brecha digital es un obstáculo: la diferencia entre unas zonas y otras es muy amplia. Como dato positivo se sitúa el potencial de estos países, con una gran capacidad para consumir literatura electrónica. El desarrollo tecnológico y el nuevo papel que los editores tienen que mostrar, generarán cambios desconocidos en muchos de estos países. La penetración de los mismos, tanto en Centroamérica como en Sudamérica, ha originado crecimientos notables, aún disfrutándose todavía poco de los soportes. Brasil (la sexta economía del mundo) es el país que más “consume”: entre un 40% y un 50% del total de la tarta de esta parte del continente.
No cabe duda de que América Latina es un gran mercado que nadie se quiere perder y donde el proceso ha comenzado lentamente comparado con países como EEUU y el Reino Unido. Estos movimientos han puesto la voz de alarma en parte del sector, como se vio en el último CILE de Panamá.
En líneas generales, en todos los países de habla hispana el mercado está emergiendo, aunque su tendencia sea al despunte como en otros países. La literatura digital ha transformado el porcentaje de compras de libros escritos en español. En la época de las ediciones impresas, el 50% de las ventas se realizaban en España y el otro 50% se repartía entre la veintena de países hispanohablantes. Ahora conviven tanto la literatura en formato digital como en formato físico; como dato, se puede destacar que México ha vendido un número similar de descargas que España.
Aun así, en España las ventas están en claro crecimiento. De 2 millones de euros en 2011, la facturación se ha multiplicado por seis en 2012, y en lo que se lleva de 2013 el crecimiento acumulado es del 106%. Los 12 millones de euros de 2012 supusieron 1,5 millones de descargas, una cifra muy baja si se tiene en cuenta el número de dispositivos. Esto se debe dos motivos fundamentales: factores culturales y la piratería.
Conclusiones: Los CILE son probablemente la manera más adecuada de analizar, en pocos días, el estado de la lengua española en el mundo. Los habituales organizadores, la RAE, el Instituto Cervantes y las 22 Academias de la Lengua permiten demostrar su dinamismo y utilidad buscando evitar que el idioma se empobrezca y se degrade. El beneficio de los certámenes desarrollados hasta la fecha reside en una política común en torno a la lengua española, protegiendo la idea de que el español es un patrimonio compartido por los 21 países que lo emplean como lengua materna. En alusión, el escritor panameño Juan David Morgan señaló la aportación de Hispanoamérica al desarrollo y enriquecimiento del idioma, manifestando que el castellano legado por España al Nuevo Mundo en 1492, cinco siglos después ha sido “devuelto por Hispanoamérica… convertido en la lengua española”, entre otras cuestiones, con el aporte de nuevos vocablos.
Pero, en este sentido, no debe olvidarse que el español es un idioma que traspasa fronteras. Existen millones de ciudadanos que sin haber nacido en estos países lo hablan y lo escriben, destacando aquellos que viven en EEUU y en Brasil. Por tanto, el papel que juegan los países latinoamericanos en el enriquecimiento del idioma es máximo. Y como expuso Víctor García de la Concha, “no se puede ya navegar o militar bajo otra bandera que no sea el panhispanismo”.
Se ha reiterado que el español es una de las lenguas más vigorosas e importantes del mundo, situación anhelada por otras grandes lenguas internacionales. En este área, el Instituto Cervantes juega una baza crucial tejiendo un gran mapa a través de sus 70 sedes repartidas por el mundo, aunque la situación económica le ha obligado a modificar y orientar su “modelo de negocio”, donde las franquicias pasan por ser el modelo más acertado, al estilo de sus homólogos: la Alianza Francesa y el Instituto Confucio, con más de 1.300 sedes, respectivamente, repartidas por el mundo.
Pero en los CILE no todo es armonía y avenencias, pues existen disconformidades y críticas a los mismos. Por un lado, se sitúan aquellos que arman acontecimientos paralelos bajo el lema de una Iberoamérica pluricultural y multilingüe, enfatizando el papel de la diversidad lingüística. No debe olvidarse que la región de América Latina y el Caribe está formada por 41 países en los que viven más de 600 millones de personas. La diversidad cultural y lingüística es riquísima y variada; se hablan más de 600 idiomas, siendo el español el más empleado, seguido del brasileño. Los indígenas constituyen una porción relevante de su población, identificándose más de 650 pueblos indígenas y, en países como Bolivia, la población indígena representa más del 65% y en Guatemala el 40%. Por otro lado, el bombo y platillo con el que se festejan los CILE incita a que algunos críticos denominen a los acontecimientos como proyectos neocoloniales centrados en re-españolizaciones.
En alusión al libro, como eje de las sextas jornadas, no cabe duda de que el consumo del español en los libros está mutando y, gracias a las ediciones digitales, el idioma español cada vez circula con más rapidez y a sitios inimaginables. Esta nueva situación del mercado editorial se encuentra en aras de constantes avances tecnológicos, legislaciones nacionales, dificultades de distribución, piratería, etc. Ante este panorama, la práctica totalidad de los asistentes al último Congreso estuvieron de acuerdo en el total desconocimiento del libro, como soporte conocido hasta la fecha, a medio plazo. No cabe duda de la más que probable evolución o transformación, e incluso que en no muchos años se deje de tener libros de papel para tener sólo electrónicos, no sólo compuestos únicamente de escritura, sino también de imágenes y audios.
Es indudable que estos tiempos de cambios estructurales ofrecen detractores y adeptos a los actuales avances pero, para el deseo de que el uso, el aprendizaje y la instrucción del idioma español sigan creciendo y lleguen o puedan arribar a todos los rincones, es necesario un desarrollo tecnológico y la utilización de los nuevos soportes. Por ello, es incuestionable que la red de Internet va a dotar de más y mejor especializados profesores de la lengua española.
En definitiva, la propia continuidad de los congresos constituye la mejor demostración de su éxito. Es por ello que Puerto Rico aspira a ser la próxima sede del VII Congreso Internacional de la Lengua Española.
Juan José Prieto Gutiérrez
Doctor en Ciencias de la Documentación, licenciado en Económicas y colaborador del Observatorio de Imagen de España en el Área de Cultura