Tema: La visita a Madrid del viceprimer ministro chino, Li Keqiang, ha acrecentado una estratégica relación bilateral que se puede potenciar más aún acercando a líderes y personalidades de ambas partes.
Resumen: Este análisis se propone, en primer lugar, destacar la importancia de la visita a España en enero del viceprimer ministro Li Keqiang, que ha precedido a variadas delegaciones chinas en Madrid. En segundo lugar, sintetiza y discute algunas percepciones recientes sobre el poder e influencia a escala mundial alcanzados por los líderes chinos. En tercer lugar, reflexiona sobre la suerte de que España cuente con personalidades globalmente visibles y con potencial para hacer una aportación, al más alto nivel, a la relación bilateral.
Análisis: La visita a España del viceprimer ministro chino Li Keqiang, a inicios de enero, subraya la gran importancia de la “asociación estratégica integral” vigente entre ambos países. Li encabezó la firma de varios acuerdos comerciales. A la vez Pekín anunció una relación financiera que apuntala a la economía española.
Los dos líderes que han estado en España en los últimos tres meses, Xi Jinping y Li Keqiang, previsiblemente serán elegidos como líderes máximos en la prevista sucesión de la administración actual (dirigida hasta ahora por Hu Jintao y Wen Jiabao) y que se inicia el año próximo. Con su presencia en la firma de varios acuerdos internacionales que acrecientan notablemente la influencia de China, se hacen a la vez más conocidos entre distintos actores clave de nuestro país como nunca antes ha ocurrido en la historia de las relaciones chino-españolas.
Por otra parte, esos dirigentes, así como los nuevos tipos de líderes emergentes en la China actual, lo son de una potencia global que sigue perteneciendo al Tercer Mundo. Desean aproximarse a otros saberes y escuchar opiniones útiles. Las personalidades de alcance mundial con que cuenta España pueden incidir acompañando más en una relación bilateral importantísima para nosotros.
La importancia de la visita de Li Keqiang a España
La visita de la delegación china a Madrid encabezada por el líder Li Keqiang, a inicios de enero, parece marcar un punto de inflexión en el panorama de países altamente estratégicos para España. Durante ella destacó el compromiso de compra de deuda pública española por parte china y la firma de varios acuerdos comerciales. La visita fue el preámbulo de otras cuatro operaciones estratégicas chinas en el mismo mes.
Una fue la apertura de la primera oficina en Madrid del mayor banco de China y el más grande en capitalización bursátil del mundo, el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). La segunda, la alianza que inmediatamente firmó con la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) para canalizar negocios entre emprendedores interesados en las economías china y española. La tercera, el anuncio de Telefónica y su socia china Unicom de aumentar sus participaciones cruzadas y aceptar a un representante de esta última en el consejo de la española. La cuarta, la visita de las autoridades del fondo soberano de China conocido como China Investment Corporation (CIC), el cuarto del mundo, que actualmente estudia oportunidades de inversión en el sistema financiero español.
Importa recordar que Li Keqiang, actual viceprimer ministro y miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, muy probablemente será designado primer ministro en la próxima transición de poder. Vale decir un cargo desde el que supervisará una economía crecientemente expuesta a los vaivenes de la economía mundial y en la que el gigante asiático alcanzó la segunda posición en 2010.
En Madrid la delegación encabezada por Li se comprometió a comprar bonos españoles, griegos y portugueses por un valor cercano a los 6.000 millones de euros, y a adquirir más si fuera necesario. Es una decisión estratégica porque de momento China ya acumula cerca de un 20% de la deuda española en manos de no residentes (casi cinco veces más que la que acumula EEUU). En tanto, en las dos semanas siguientes a la visita de Li Keqiang (que incluyó también a Alemania y el Reino Unido) la muestra de confianza financiera china hacia los países del sur de la UE llevó a Japón a prometer un apoyo similar al conjunto de la eurozona. Y, con esos antecedentes a su vez Rusia declaró que revertiría su decisión de noviembre de no comprar deuda soberana española.
Durante la visita de Li, igualmente se firmaron 16 acuerdos comerciales por un valor de unos 5.650 millones de euros, que incluyen los sectores de las energías renovables, la banca, el tráfico aéreo, la innovación y la industria alimentaria. Asimismo, ambos países acordaron aumentar durante este año el comercio bilateral para alcanzar los 40.000 millones de euros y también a incrementar la visita de turistas chinos a España, intentando pasar de los 90.000 en 2009 a los 300.000 en 2012. Incluso la delegación visitante sugirió alcanzar la cifra de dos millones de turistas chinos para 2020.
A nivel empresarial destaca el significativo acuerdo para incrementar la cooperación bilateral para ampliarla a terceros países, no sólo en América Latina sino al resto del mundo. Es el caso de la alianza entre Repsol y Sinopec, que representa un 97% del valor total de los acuerdos rubricados oficialmente durante la visita de Li a Madrid.
Así, se puede afirmar a inicios de 2011 que una relación bilateral como la chino-española ha alcanzado una significación tal que, exceptuando a la UE y a la noción global de comunidad iberoamericana (y exceptuando también al vínculo con EEUU), convierte a la relación chino-española en la más significativa de las que España mantiene con países extracomunitarios. Más aún, no hay otro país extraeuropeo con el que se haya logrado este vínculo en tan pocas décadas.
Lo anterior incluso encuentra correspondencia en el indicador poblacional, que sitúa a la inmigración china entre las 10 más representadas en España. Oficialmente son 156.607 personas (según algunas estimaciones quizá el doble). Vale decir casi tanto o más que la presencia de ciudadanos franceses, italianos, portugueses y argentinos, las nacionalidades culturalmente más cercanas a España.
Igualmente significativo es que los trabajadores autónomos chinos aumentaran un 17,4% en 2010, en claro contraste con actividades similares de otros colectivos extranjeros, según la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos. Manifiesto es el desempeño chino en las dos actividades clave que son la hostelería y en un comercio que progresivamente se va haciendo más refinado.
Pese a todo lo anterior, la asimetría cognitiva ha llegado a ser importante. Actualmente cualquier urbanita español conoce la importancia estratégica de China. Y además posee una noción general (también generalizadora) de la cultura, la gastronomía y la tecnología chinas. No ocurre así a la inversa. Persiste el reto de lograr una difusión más nítida de España en China, especialmente despegarla de algunos tópicos y de proyectar una cultura, en este último caso, tal como se hace desde el Instituto Cervantes en Pekín. En tanto, a nivel empresarial continúa el desafío de proyectar una notoria imagen de marca y una mayor credibilidad tecnológica.
A lo anterior se añade el más reciente reto de explicar en un país como China, a la vez tercermundista y potencia global, las condiciones reales de una economía como la de España, con un ingreso per cápita varias veces superior al chino y que ha entrado en la terminología de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia, España), discutida en influyentes círculos académicos y tecnócratas chinos.
La importancia actual del liderato chino
Pese a las complejidades expuestas, hay una serie de oportunidades a considerar. Llama la atención la dimensión política de la diplomacia bilateral. Como es sabido, las relaciones se califican como una “asociación estratégica integral”. Además, España es el único de los países grandes de Europa Occidental con el que Pekín dice no tener “un problema histórico” y al que califica como su “mejor amigo” en la UE. Aquí destaca la administración, campo en el que Madrid ha acordado convenios con la Escuela Central del Partido para formar personal, oportunidad de influencia que sólo tiene un puñado de países occidentales.
Así, un campo de acción de extraordinarias posibilidades es la relación con los líderes chinos. En este desafío destaca que la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, mantuviera en noviembre una cena de trabajo con Xi Jinping en Palma de Mallorca cuando éste concluía una gira oficial por otros países europeos. Xi es el más probable sucesor del actual presidente Hu Jintao en sus tres cargos principales. En tanto, en enero, dos días después de la visita a Madrid de Li Keqiang (el más probable futuro primer ministro), el gobierno nombró oficialmente a Eugenio Bregolat como embajador en Pekín. Bregolat atesora el infrecuente activo de una relación con destacados miembros de la elite china en cuatro décadas distintas.
En el terreno de las percepciones, en el último año la elite política china ha ganado una histórica notoriedad. En la edición de noviembre de 2010, la influyente revista Forbes incluyó al presidente chino Hu Jintao como el líder más poderoso del mundo. En esa lista que cubre 68 nombres hay cuatro compatriotas más de Hu. Pero a la vista de los últimos acontecimientos cabe pensar que ya está ligeramente desactualizada. Habría que incorporar en la lista a los dos líderes ya citados que han estado en España y en otros países europeos en los últimos tres meses. Y probablemente a más de un directivo de las grandes empresas multinacionales chinas que les han acompañado o que les han sucedido en posteriores visitas a nuestro continente.
En noviembre Forbes situaba tras Hu Jintao al gobernador del Banco de China, Zhou Xiaochuan, número 11, precediendo tanto al presidente ruso Dmitri Medvedev como a los magnates de las comunicaciones y el poder, Rupert Murdoch y Silvio Berlusconi (números 13 y 14), además de al primer ministro de la India, Manmohan Singh (18), al presidente de Francia (19), y a la secretaria de Estado estadounidense (20). Luego destacaba Lou Jiwei, presidente de la Corporación de Inversiones de China (30), quien precedía al líder norcoreano Kim Jong-il, que a su vez antecedía en sólo un puesto a Li Changchun, jefe de propaganda del Partido Comunista de China.
Luego se agregaba el magnate hongkonés, Li Ka-shing, número 36, antes que Dominique Strauss-Khan, director del Fondo Monetario Internacional. Li Ka-shing tiene intereses en Europa. Más allá de la clasificación de Forbes cabe añadir aquí la alta posibilidad de que el sucesor de Strauss-Khan sea su actual asesor, el economista chino Zhu Min, antiguo vicegobernador del Banco del Pueblo de China. En fin, en el puesto 62 se encontraba Wang Yong, presidente de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales del Consejo de Estado.
Esta clasificación importa por dos motivos. En primer lugar, la conoce el liderato chino y a sus ojos añadidamente confirma que son acertadas las políticas y la acción exterior elegidas. En segundo lugar porque esos líderes, al gestionar asuntos básicamente internos, pueden movilizar importantes proyectos con apenas oposición (si la encuentran) y con rápido impacto mundial. Esto importa particularmente a la hora de valorar la confianza como gran intangible de la expansión económico-financiera china por el mundo y en concreto en el largo plazo de la relación con España y el conjunto de Europa.
Los marcos de actuación de algunas personalidades españolas en China
En 2009 Pekín publicó la lista de los 60 personajes extranjeros que más han influido en el desarrollo chino en los últimos 60 años. En ella había un sólo español, José Antonio Samaranch, antiguo dirigente del Comité Olímpico Internacional fallecido el año pasado. Sin embargo, España, debido a sus modernizaciones y a su exitoso protagonismo internacional desplegado en la última generación, ha contado y cuenta con nombres globalmente reconocidos, de los cuales se destacan a continuación sólo algunos.
Con altísimo potencial para el diálogo político destaca claramente Javier Solana, ex alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE y el español que más puestos relevantes ha ocupado en la política internacional. En un plano cultural universal se sitúa Federico Mayor Zaragoza, antiguo director general de la UNESCO durante más de una década y que trabajó en la preservación del milenario patrimonio chino durante su mandato.
También destacan las personalidades iberoamericanas que han interactuado con líderes chinos y con contactos globales. Recuérdese que entre los acuerdos rubricados por Li Keqiang en Madrid, el de mayor valor fue el acordado en Brasil entre Repsol y Sinopec, uno de los países del continente en el que ambas compañías prevén continuar implicadas. Sobresale, entre los ejemplos más llamativos, el uruguayo-español Enrique Iglesias, secretario general de la Secretaría General Iberoamericana (con sede en Madrid). Recuérdese que durante su mandato como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) China se interesó en dicho banco, ingresando en 2008.
Además de la importancia crucial del plano político, destaca la perspectiva de relación con líderes mundiales en especialidades altamente valoradas en China. Sobresale la calidad de vida y la prevención y tratamiento de enfermedades, la vejez y la longevidad. Son asuntos altamente estratégicos, y no sólo porque China llegará a tener una población con altos índices de enfermedades cardiovasculares, y envejecida antes de alcanzar el estatus de país desarrollado, lo cual representa un alto coste para las arcas estatales. Es un asunto que, en lo personal y desde antaño, ha interesado vivamente a los líderes chinos.
En el ámbito de la cardiología destaca Valentín Fuster, una de las mayores autoridades mundiales en su especialidad y antiguo director del Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, además de Premio Príncipe de Asturias de Investigación. En tanto, en el plano de la psiquiatría sobresale Luis Rojas Marcos, antiguo director de los Servicios Psiquiátricos de la red de hospitales públicos de Nueva York. Importa este campo, y no sólo porque la estresante metrópolis del siglo XX prefigura algunas complejidades de varias urbes chinas que se le asemejan. Particularmente cuenta para China como referencia en la cuestión de la adaptación de decenas de millones de personas que han cambiado abruptamente el campo por la ciudad. Rojas Marcos, premiado con la Orden de las Artes y las Letras de España, también creó y financió los primeros programas de salud mental específicos para una serie de comunidades de inmigrantes en Nueva York que incluía a chinos además de a hispanohablantes.
Por otra parte, las salas de concierto para música clásica occidental (y ciertamente también para la famosa ópera de Pekín) no son ajenas en las relaciones culturales e incluso políticas de China con distintos países del mundo. Famosos cantantes han sido recibidos por líderes chinos. Plácido Domingo, Josep Carreras y Montserrat Caballé son perfectamente reconocidos allí por sus seguidores. Al fin y al cabo, China aspira a convertirse también en una potencia cultural en música occidental.
Aquí cabe perfectamente prever que la cultura internacional seguirá siendo favorecida por la generación de líderes que asumirá dentro de poco. No es un detalle menor que la esposa de Xi Jinping (el muy probable sucesor del actual líder chino) es la reconocidísima cantante Peng Liyuan, quien además es oficial del Ejército. En estos años Peng ha representado a su país como embajadora para la concienciación de enfermedades de alcance global.
Y en el entrecruce entre dos poderosísimas fuerzas culturales se sitúa el catalán Ferran Adrià, calificado como mejor chef de Occidente y el más innovador del mundo. En él se resumen dos aspectos claves apreciados en la China actual. Por un lado, el banquete (precondición sin la cual no hay negocios ni trato humano de profundidad de ningún tipo en China), y, por otro, la vanguardia, actitud admirada en el gigante oriental. Actualmente, Adrià proyecta su Fundació El Bulli, patrocinada por Telefónica (presente en China), además de la creación de una red de salud y alimentación apoyada por Harvard, donde también enseña.
Conclusiones:Los líderes chinos desean escuchar experiencias e ideas de personalidades mundiales por su potencial para aportar al desarrollo del país y asegurar una fluida interacción con Europa. España cuenta con una generación de líderes y figuras (quizá por mucho tiempo irrepetible) con saberes y experiencias con un claro potencial para acompañar la acción exterior española en China.
Por otro lado, en el gigante asiático han ascendido nuevos actores que inciden en la toma de decisiones en la vida nacional china y poco conocidos en Occidente.Al hilo de ello es más pertinente que antes el reforzamiento del programa “futuros líderes chinos”, un circuito de intercambio del que ya dispone España.Igualmente, cabe la colaboración en innovación institucional, un asunto en el que China necesita aprender, según ha recalcado recientemente Guo Shuqing, presidente del Banco de Construcción de China.
Por su parte, China se puede beneficiar de un intercambio más intenso con España, aprovechando la experiencia de ésta en el Mediterráneo, en Europa y América Latina, y a su vez, España podría aprender más de las implicaciones regionales y mundiales del ascenso chino. Igualmente, cabe prever que habrá más oportunidades para proyectos globales en el sector energético y en el de las energías limpias, particularmente la termosolar, en la que España es líder mundial.
Además, España puede compartir experiencias en el ámbito del mercado inmobiliario de pre-crisis, en la coyuntura de un sector análogo percibido con preocupación en China. También importa intercambiar experiencias en el ámbito urbanístico a partir del concepto de ciudades a escala humana, terreno en el que España, con la excepción de lo anterior, igualmente es una referencia mundial.
Por último, en la coyuntura de crisis financiera parecen lógicos los recortes presupuestarios anunciados en el país para proyectos y programas vinculados a Asia y China en particular. Sin embargo, si se acometen, debemos ser conscientes de que conoceremos menos de una de las realidades socioeconómicas más dinámicas relacionadas con nosotros. Y, dado el conocido vínculo entre conocimiento e intercambio, este descuido probablemente redundará en oportunidades perdidas para la relación bilateral, y por su importancia, para nuestro futuro.
Augusto Soto
Consultor y profesor en ESADE