Tema: En este ARI se estudian las consecuencias políticas de las elecciones legislativas de Irán celebradas en marzo y abril de 2008, así como la situación en la que quedan posicionadas las distintas facciones de cara a la elección presidencial de 2009.
Resumen: Las elecciones legislativas no implicaron grandes cambios en la conformación del Parlamento, pero han servido para ver la situación en la que quedan posicionadas las diversas facciones, tanto conservadoras como reformistas, de cara a las presidenciales de 2009, en las que el actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, buscará la reelección. También se perfilan como posibles candidatos en el bando conservador Alí Lariyani, Bagher Qalibaf y Hadad Adel. Mohamed Jatamí, aún el máximo referente del reformismo, figura entre los presidenciables, a pesar de su reiterada negativa a retornar a la vida política.
Análisis: El 14 de marzo y el 25 de abril de 2008 se llevaron a cabo las dos rondas de las octavas elecciones legislativas para definir los componentes de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán.Las listas conservadoras han sido las claras vencedoras de los comicios. El Frente Unido Fundamentalista (FUF) habría obtenido el 70% de los 285[1] diputados a elegir, mientras que las agrupaciones reformistas sólo el 16%. El resto serían independientes sin clara identificación ideológica. Los resultados no han sido sorpresivos debido al veto a gran cantidad de candidatos reformistas en los meses previos, lo que aseguró su derrota. Sin embargo, la situación política del presidente Ahmadineyad no parece haber mejorado, sino todo lo contrario. Los conservadores críticos con la gestión presidencial han obtenido gran cantidad de escaños, y los máximos referentes fundamentalistas han quedado muy bien posicionados de cara a las elecciones presidenciales de mayo de 2009 para competir con Ahmadineyad por el apoyo del establishment. Los polémicos casos de renuncia y destitución de los ministros del Interior y de Economía al finalizar el período electoral, y las críticas vertidas por importantes clérigos sobre la cuestión económica, no hacen sino corroborar el limitado apoyo de que dispone actualmente el presidente dentro de la elite política, e incluso dentro del sector conservador.
El sistema político y electoral en Irán
El sistema político iraní está compuesto de una serie de instituciones electivas y no electivas que forman un complejo entramado de controles recíprocos que evitan que una sola de esas instituciones pueda ejercer un control absoluto sobre el sistema. La Asamblea Consultiva Islámica (Parlamento iraní) es la institución electiva más representativa del sistema político iraní, a pesar de las restricciones sistémicas y coyunturales. El Consejo de Guardianes, cámara de senadores no electiva formada por 12 miembros de los cuales seis son designados por el Líder Espiritual, ejerce de filtro electoral para las candidaturas a todas las instituciones electivas, incluida la Asamblea.
Como los partidos políticos fueron disueltos en 1985, el sistema electoral prevé la presentación de candidaturas individuales a todos los puestos electivos. El ciudadano debe elegir, escribiendo de puño y letra, los nombres y códigos de todos los candidatos a elegir en la circunscripción en la que deposite su voto. En Teherán, la circunscripción más grande de Irán, cada elector debe elegir y escribir 30 nombres. El sistema electoral iraní no prevé el registro previo de electores ni un censo que determine las circunscripciones en las que debe votar cada ciudadano, por lo que cada hombre o mujer mayor de 18 años[2] puede votar en cualquier ciudad o provincia donde se encuentre en el momento de la votación. Esto dificulta enormemente la determinación de las tasas reales de participación, porque no existe elemento comparativo. También dificulta la detección de errores y fraudes electorales.
Al ser candidaturas individuales, las listas que se proponen al elector no están en realidad formadas por candidatos que han decidido presentarse conjuntamente. El sistema de votación funciona como una serie de listas de candidatos establecidas por agrupaciones permanentes o creadas ad hoc para cada proceso electoral. La mayoría de las veces estas listas incluyen muchos candidatos que coinciden con otras listas, incluso de tendencias políticas enfrentadas, y ha hecho que muchas de las facciones en disputa se autoasignaran victorias difícilmente comprobables en ambas rondas electorales. La complejidad y escasa claridad del sistema, incluso para los propios iraníes, sumada a la falta de transparencia del Ministerio del Interior a la hora de publicar los datos finales, hacen que estos datos no sirvan de mucho para entender la verdadera orientación ideológica del Parlamento ni su futuro comportamiento político.
Algunas de las consecuencias de la aplicación de este sistema de listas y apoyos en las elecciones iraníes son:
? Que un candidato puede estar incluido en numerosas listas de apoyos, independientemente de su voluntad de estar incluido o no en ellas e incluso sin su conocimiento de estarlo.
? Que una lista electoral puede incluir a candidatos opuestos política e ideológicamente entre sí.
? Que pueden existir tantas listas de candidatos como agrupaciones se formen de manera permanente o en función de cada elección.[3]
? Que los datos de candidatos colocados por cada lista se superponen, dificultando la definición de vencedores y vencidos en la composición del Parlamento resultante.
El proceso electoral de las legislativas de 2008
El complejo sistema electoral vigente prevé el comienzo del proceso electoral más de dos meses antes del día de la votación. En este caso, el proceso comenzó el 5 de enero, con la apertura del registro de precandidaturas en las oficinas provinciales establecidas por el Ministerio del Interior. Un total de 7.129 personas (6.549 hombres y 580 mujeres) presentaron sus candidaturas. Del total, 1.278 se presentaron por la circunscripción de Teherán. El 22 de enero se dio a conocer la primera lista de admitidos y rechazados, que dejaba provisionalmente fuera de la contienda electoral a cerca del 40% de los precandidatos pero, lo que es aún más importante, al 70% de los candidatos reformistas de las agrupaciones Partido Confianza Nacional y Frente de Participación Islámica de Irán. Entre los vetados se encontraban figuras políticas destacadas como Morteza Haji(ministro de Educación con Jatamí), Elias Hazrati (ex diputado y director del periódico reformista Etemad), Behzad Nabavi (ministro de Industria con Jatamí y vicepresidente del 6? Majlis), Abdollah Naseri (jefe de la Agencia de Noticias IRNA con Jatamí y actual portavoz de la Coalición Reformista), Kasra Nouri (ex editor del periódico Irán) y Ali Eshraqi (nieto de Jomeini). Cabe destacar que entre los rechazados en primera instancia se encontraban 80 que ocupaban su escaño en el Parlamento y que fueron quienes participaron en la protesta del año 2004 en la antecámara del Majlis, precisamente por el veto masivo ocurrido en esa elección legislativa. A los vetos anteriores se sumó también la retirada de la carrera electoral de Mohammad–Reza Aref, ex vicepresidente con Jatamí, como medida de protesta, lo que dejaba a los reformistas con muy pocas opciones electorales.
Los procesos de alegaciones y revisiones ante el Ministerio del Interior y el Consejo de Guardianes se cumplimentaron en tres rondas los días 26 de enero, 22 de febrero y 3 de marzo, esta última fecha en la que se dieron a conocer las listas definitivas de candidatos que participarían de las elecciones apenas 10 días después. En estas revisiones fueron reaceptados, no sin polémicas, cerca de 500 precandidatos. Sin embargo, los aspirantes respaldados por las listas reformistas no llegaban a 340 en todo el país. Las opciones de estos se redujeron aún más por la incapacidad de designar una lista conjunta entre los dirigentes de las agrupaciones reformistas. Así, las dos listas principales presentadas en todo el país por parte de los reformistas fueron Alianza Reformista Unida, que se presentaba bajo el eslogan de “amigos de Jatamí” y con la virtual dirección deAbdollah Naseri, y el Partido Confianza Nacional, dirigido por Mehdi Karrubi, ex candidato presidencial en 2005. El ejemplo más notable de esta falta de unidad ha sido que en las dos listas de 30 candidatos presentadas en la circunscripción de Teherán, 14 nombres se repetían en ambas, dificultando la opción para aquellos electores que optaban por el reformismo, y restando votos a los demás candidatos de esas listas.[4]
En el campo conservador, las disputas internas entre las distintas facciones y agrupaciones también se han dejado ver, y en este caso de manera más notable, en función de la existencia de diversos personajes políticos clave entre sus filas. Han sido evidentes las diferencias políticas entre Ahmadineyad y Alí Lariyani (ex negociador nuclear cesado por el actual presidente), y también entre aquel y el presidente del Parlamento Golam Hadad–Adel. Sin embargo, los tres forman parte del mismo frente electoral, y Ahmadineyad y Hadad–Adel de la misma agrupación política dentro del frente, conocida como “placer del servicio”. Como resultado de las disputas por el protagonismo dentro del sector conservador, se presentaron finalmentedos listas fundamentalistas, el Frente Unido Fundamentalista y la Alianza Fundamentalista Abarcadora, con nueve candidatos en común en Teherán. Esta última también desestimó su vinculación y apoyo al tándem político formado por Alí Lariyani (finalmente candidato por Qom), Bagher Qalibaf (alcalde de Teherán) y Mohsen Rezai (ex comandante de los Pasdarán). Estos tres se perfilarían como potenciales candidatos presidenciales para las elecciones presidenciales de 2009.
El número final de candidatos que participaron en la primera ronda fue 4.419. La segunda ronda electoral tuvo lugar el 25 de abril.Se llevó a cabo en 54 distritos electorales (de los 207 del total) en los que quedaban plazas por definir. Un total de 164 candidatos se presentaron para ocupar 82 escaños. En esta ocasión las dos listas reformistas principales respaldaron una lista de candidatos conjuntos llamada Alianza Reformista Unida, pero a la que se retiró el eslogan de “amigos de Jatamí”. Las listas conservadoras también participan unidas en el Frente Unido Fundamentalista.
El balance de los resultados
Si bien el ministro del Interior Pourmohamadi había anunciado que sólo se darían datos definitivos totales, lo que implicaba una demora de al menos una semana, apenas dos días después de la primera ronda las principales agencias de noticias iraníes y medios de información locales y extranjeros daban la victoria a los fundamentalistas, que proclamaban haber obtenido el 70% de las 290 plazas del Parlamento. Según declaraciones del propio ministro en conferencia de prensa el día 15, la participación general en todo el país había sido del 60%, y la participación en la provincia de Teherán de un 40%, sin que se ofrecieran datos concretos para corroborarlo. A pesar de que algunos líderes reformistas, como Mehdi Karrubi, habían dado por válidos los resultados publicados, desde muchas páginas web de información sobre Irán (Rooz on line, RFL/RL) se alertaba sobre la falsedad de los datos oficiales y sobre los cientos de casos de fraude electoral, presiones y otras acciones que invalidarían cualquier resultado.[5] Especial hincapié se hizo en la expulsión de interventores reformistas en el recuento definitivo de votos.
Si bien el número definitivo de candidatos que habría presentado cada lista es variable por lo que se ha explicado anteriormente, es segura en cambio la victoria de la lista del Frente Unido Fundamentalista (FUF) en todo el país, sobre todo en Teherán, otrora bastión reformista, donde obtuvo 29 de los 30 escaños posibles, frente a uno solo de los reformistas.
Sin embargo, no se puede decir que esta victoria electoral del FUF se traduzca en una del presidente Ahmadineyad. El FUF es una lista que incluye diversas personalidades del sector conservador, algunas muy críticas con Ahmadineyad. La facción del Frente aliada con el actual presidente habría conseguido 67 escaños, mientras que los fundamentalistas críticos 46. También hay que tener en cuenta que la segunda lista conservadora, la Alianza Fundamentalista Abarcadora, que incluye a otro sector crítico con Ahmadineyad, a pesar de compartir la mitad de sus candidatos de lista, también ha logrado meter a muchos de sus candidatos en el Parlamento. Miembros de esta última incluso llegaron a denunciar el fraude electoral en detrimento de sus candidatos.
La confusión en la evaluación de los resultados se acrecienta cuando se trata de los reformistas. La principal lista, la Alianza Reformista Unida, habría conseguido 30 escaños en la primera ronda, según la agencia IRNA, mientras que 42 habrían sido candidatos independientes sin filiación reconocida. Sin embargo, RFL/RL citaba a los reformistas que aseguran que al menos 14 de esos independientes serían reformistas, elevando la cifra a 44. El portavoz reformista, Abdolah Nasseri, declaraba a Fars News que la alianza habría obtenido cerca de 50 escaños, y que esperaban obtener más en la segunda ronda electoral, lo que significaría un aumento considerable en relación a los 40 escaños que los reformistas tenían en la legislatura saliente.
Más allá de lo antedicho, los datos más relevantes de este proceso electoral han sido que Gholam Ali Haddad Adel, actual presidente del Parlamento, candidato del Frente Fundamentalista pero crítico con Ahmadineyad, ha obtenido el primer encaño por Teherán al obtener más de 800.000 votos. Y Alí Lariyani, candidato por la misma lista pero enfrentado tanto a Hadad Adel como a Ahmadineyad, ha obtenido la primera plaza de Qom, al lograr más de 300.000 votos, el 70% del total. Los dos, personajes de peso en el sector conservador, se disputaron la candidatura a la presidencia del Parlamento en una reunión el 25 de mayo. El resultado fue la victoria de Lariyani con 160 votos, contra 50 de Hadad Adel. En la sesión inaugural de la legislatura dos días después, Lariyani obtuvo 232 votos de los 263 emitidos, incluyendo votos reformistas e independientes. Esta elección constituye una sorpresa para muchos analistas, ya que podría marcar el límite de las aspiraciones presidencialistas de Lariyani, allanando el camino a Haddad Adel y Ahmadineyad. Sin embargo, esto podría interpretarse también como la decisión del sector conservador de poner un límite a Ahmadineyad, teniendo en cuenta el grave enfrentamiento que existe entre ambos, y que la presidencia del Parlamento sólo sea un trampolín para la candidatura presidencial. Por lo tanto, Hadad Adel y Lariyani se mantendrían como dos precandidatos con muchos apoyos políticos en la precampaña presidencial.
Si bien aún falta mucho para definir las candidaturas, los distintos personajes y grupos políticos están anunciando su intención de presentarse. El proceso de selección es similar a las legislativas: los candidatos hacen su inscripción individual, y pasan por un proceso de selección del Consejo de Guardianes, que elabora una lista definitiva de candidatos que nunca ha superado la docena.[6] Antes de esta definición, los diferentes grupos y facciones expresarán sus respaldos políticos y tejerán sus alianzas preelectorales.
Conclusión: El reciente proceso electoral y las perspectivas de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2009 permiten elaborar una serie de conclusiones. El resultado final de las legislativas ha marcado un reforzamiento del “centro del régimen”, entendiendo por éste el grupo fundacional de la República representado principalmente por el tándem Jamenei–Rafsanyani, en detrimento de la posición de Ahmadineyad, tanto al frente del ejecutivo como dentro de la coalición conservadora. En un primer momento, Hashemi Rafsanyani hizo alguna aparición conjuntamente con Jatamí y Karrubi para solicitar la readmisión de muchos candidatos vetados, pero su ausencia de la escena pública durante todo el proceso resultó llamativa, lo que podría marcar su renuncia a participar en más contiendas electorales para posicionarse ante un futura nombramiento al puesto de Líder Espiritual para reemplazar a Jamenei cuando sea necesario.
La falta de unidad en el frente conservador es evidente. Las distintas facciones conservadoras se encuentran enfrascadas en una disputa feroz por el control de la coalición y de los diferentes estamentos del poder republicano, no sólo de cara a las presidenciales sino también en el seno de otras instituciones como la Asamblea de Expertos y el Consejo de Discernimiento, como queda reflejado a diario en los cruces de acusaciones que publica la prolífica prensa iraní afín a cada facción. Entre estas criticas cruzadas han sido notables algunas como las de los ayatolás Makarem Shirazi, Mahdavi Khani y Abdolkarim Musavi Ardebili, quienes atacaron duramente en varias ocasiones la desastrosa política económica de Ahmadineyad, mientras que el Líder Ali Jamenei salió en su respaldo, ya que el ex ministro de Finanzas había sido designado directamente por él. Otras críticas han salido de los propios aliados de Ahmadineyad, como el diputado Mohammad Khoshchehreh ?por el aumento de la inflación? o el saliente presidente del Parlamento Hadad Adel ?por ciertos manejos impropios de los asuntos legislativos?, lo que ha significado la ruptura de estas alianzas. La destitución del ministro del Interior, Pourmohamadi, apenas terminado el proceso electoral, también se habría debido a críticas expresadas sobre el manejo de la ley y el sistema electoral por parte de la Administración actual. Las críticas sobre la gestión de la diplomacia nuclear, que fueron frecuentes durante 2007 por parte incluso de los periódicos más vinculados al Líder, no se han hecho sentir en la presente coyuntura, lo que no debería entenderse como un respaldo unánime a la gestión presidencial, sino a una unanimidad en cuanto a la defensa del programa nuclear civil por parte de la totalidad de la elite política iraní.
En cuanto a los reformistas, se han mostrado satisfechos en cuanto a los recientes resultados, e incluso argumentaron que podrían haber obtenido una victoria electoral de no haber sido vetados la mayoría de sus candidatos. Sin embargo, lo cierto es que su capacidad de incidencia en los acontecimientos políticos iraníes está cada vez más limitada. El Parlamento es la única institución importante en la que tienen cierta representación, pero el papel de éste en el sistema político iraní no le otorga una capacidad de decisión en los asuntos fundamentales del Estado.
Las perspectivas de futuro cercano, es decir las presidenciales de 2009, serían la de una nueva disputa tanto entre los reformistas como entre los conservadores. Dentro del reformismo iraní no existe por el momento una figura con mayor capacidad de convocatoria ni con tanto prestigio interno e internacional como Mohamed Jatamí. Desde diversos ámbitos sociales y políticos se busca convencer al ex presidente a que vuelva a participar en la vida política iraní, a pesar de su voluntad de permanecer al margen. El otro gran candidato reformista, Mehdi Karrubi, ya habría tocado el techo de su popularidad, lo que se resumiría en el mantenimiento de un bloque homogéneo de oposición en el Parlamento y a través del periódico partidario, pero lo alejaría de ser un candidato presidencial con opciones frente a cualquiera de los conservadores que pudieran competir. Entre estos, en cambio, los presidenciables con opciones serían numerosos. Hadad Adel habría quedado muy bien posicionado y con opciones serias, tanto por el respaldo popular como por el apoyo de cierto sector de la elite religiosa de Qom, tendiendo en cuenta el divorcio que ésta ha tenido con el actual presidente. También habría quedado bien ubicado Alí Lariyani, quien a pesar de su destitución como jefe del Consejo de Seguridad Nacional en 2007 aspiraría ahora a la presidencia de la República desde su presidencia parlamentaria, y contaría con el respaldo innegable del Líder Jamenei, además de un respaldo popular muy importante por su defensa del programa nuclear ante las organizaciones internacionales. El actual alcalde de Teherán,Bagher Qalibaf, un tecnócrata con el respaldo de Rafsanyani, sería otro candidato con grandes opciones, teniendo en cuenta que la capital es el distrito electoral con mayor número de votantes y que dispondría de la maquinaria para movilizar a gran cantidad de electores.
Luciano Zaccara,
Director del Observatorio Electoral del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos de la Universidad Autónoma de Madrid
[1] El Parlamento iraní cuenta con 290 diputados, de los cuales cinco representan a las minorías religiosas reconocidas en la Constitución. Los cristianos eligen tres diputados, los zoroastrianos uno y los judíos uno, en circunscripciones independientes.
[2] El 2 de enero de 2007, el Majlis había aprobado la decisión de elevar la edad de votación de 16 a 18 años para las elecciones legislativas de 2008, por 151 votos a favor, 30 en contra y siete abstenciones. Esta medida está siendo revisada actualmente y se prevé que vuelva a ser bajada a 16 años antes de las presidenciales de 2009, lo que ha sido duramente criticado por el recientemente destituido ministro del Interior, Mustafa Pourmohamadi.
[3] El Ministerio del Interior publica una lista de 290 asociaciones político–religiosas y profesionales en su sitio web.
[4] Un ejemplo de este lo representaba la propia portada del día 13 de marzo del periódico Ettemad–e Melli (Confianza Nacional) de Mehdi Karrubi. Allí se mostraba la publicidad de las dos listas reformistas, confundiendo a los potenciales electores reformistas sobre qué lista votar.
[5] La tasa de participación oficial dada por el Ministerio del Interior fue del 65% para la primer ronda electoral, mientras que para la oposición reformista fue de alrededor del 46%, de acuerdo a cálculos elaborados por el Centro Estadístico de Irán. Para la oposición en el exilio, la participación no habría llegado al 40%, aunque en este caso las fuentes y datos son poco claros.
[6] De las nueve elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2005, el número de candidatos definitivos ha oscilado entre dos y 12, mientras que las precandidaturas registradas han crecido exponencialmente, desde 45 en 1981 a 1014 en 2005.