La lengua española en la universidad estadounidense: las cifras

La lengua española en la universidad estadounidense: las cifras

Tema: El reciente aumento de la enseñanza de la lengua española en la educación superior de los Estados Unidos en comparación con otras lenguas.

Resumen: El español se ha situado en una posición de neto predominio con respecto a las demás lenguas extranjeras en el sistema educativo de los Estados Unidos. En este análisis se recogen los últimos indicadores sobre los estudios de lengua y literatura española (Spanish Language and Literature) en la universidad estadounidense (matrículas, titulaciones, puestos docentes y estudios en el extranjero) en sus distintas variedades, y en relación con los de otras lenguas extranjeras. La progresión reciente de los estudios universitarios relacionados con la lengua española parece augurar un predominio sostenido durante las próximas décadas, aunque para aventurar conclusiones sobre su evolución en el futuro hace falta un análisis detallado de las causas de dicha progresión.

Análisis: No pocos estudios han dado cuenta de la expansión de la lengua española en los Estados Unidos en las últimas décadas. Gracias al US Census Bureau, sabemos que 28,1 millones de personas mayores de cinco años lo hablaban en casa en 2000, un 60% más que en 1990. El segundo idioma extranjero más hablado, con 2,02 millones de hablantes, fue el chino, que adelantó en el mismo periodo al francés, al alemán y al italiano. Según una encuesta de Gallup realizada en marzo de 2001, el 26% de los estadounidenses podía mantener una conversación en otra lengua, y de ellos el 55% podían hacerlo en español, lejos de las siguientes lenguas mencionadas: el francés (17%) y el alemán (10%).

Aunque el español se habla más que cualquier otra lengua extranjera en todos menos seis Estados de la Unión (Hawai, Luisiana, Maine, las dos Dakotas y Vermont), la mayor parte de los hispanohablantes se sitúa en los Estados del sur y del oeste, donde representan alrededor de dos tercios de los hablantes de lenguas distintas del inglés. En 2000, las concentraciones más grandes de hispanohablantes se encontraban (exceptuando Puerto Rico) en California (8,1 millones), Texas (5,2 millones), Florida (2,4 millones) y Nueva York (2,4 millones). Otros Estados con densidad significativa de hispanohablantes son Nuevo México (el de mayor densidad, con el 28,7% de la población), Arizona (19,5%), Nevada (16,2%) y Nueva Jersey (12,3%). Los condados con mayores proporciones de hablantes de español se encuentran en Estados fronterizos con México, todos ellos situados en territorios de poblamiento hispanohablante anterior a su anexión a los Estados Unidos. En siete condados de Texas, el porcentaje de hablantes de español es superior al 80% de la población. En algunos distritos, como Hialeah en Florida, Laredo y Brownsville en Texas o East Los Angeles en California, los hablantes de español sobrepasan el 85%.

A causa del aumento de la población hispanohablante, alimentado por una inmigración en progresión creciente desde hace tres décadas, y su concentración en determinados territorios, hace tiempo que el uso del español ha desbordado el ámbito de las relaciones privadas y ha saltado al comercio, los medios de comunicación de masas y los servicios públicos. En lo que respecta a la enseñanza reglada, el español ha ido implantándose progresivamente en todos los niveles educativos, tanto si se tiene en cuenta la enseñanza de idiomas ligada a las políticas de integración educativa de los inmigrantes, como la enseñanza de lenguas extranjeras como segunda lengua.

Según los estudios que se han ocupado de la escuela elemental, la enseñanza de lenguas extranjeras es minoritaria en este nivel educativo. En este contexto, las fuentes apuntan a un claro predominio del español en los distintos programas de aprendizaje de idiomas, en especial en los Estados con alta densidad de inmigrantes hispanohablantes. Al parecer este predominio estaría empezando a extenderse a nivel nacional a la escuela privada, en la que tradicionalmente se ha prestado más atención a la enseñanza de lenguas extranjeras como el francés o el alemán. En las escuelas públicas de enseñanza secundaria, el español es desde los años 40 la lengua más estudiada, sobrepasando desde el año 2000 los cuatro millones de estudiantes (el 68,8% de los estudiantes de lenguas extranjeras en 2002), según un informe del American Council on the Teaching of Foreign Languagespublicado en mayo de 2002.

En la enseñanza superior, el español ha alcanzado también una posición de predominio sobre las demás lenguas tanto en número de matriculados en cursos de lenguas extranjeras como en número de titulaciones de lengua y literatura. Sin embargo, este predominio ha sido más tardío que en la enseñanza secundaria y es decreciente cuanto más alto es el nivel universitario.

La Modern Languages Association (MLA)principal asociación de profesores de lenguas extranjeras, realiza desde hace años encuestas periódicas sobre el número de matrículas (enrolments) en esta disciplina. La última encuesta, realizada en otoño de 2002, preguntó a 2.781 instituciones universitarias por el número de alumnos matriculados en cursos de idiomas puntuables. Contestaron 2.769 instituciones (el 99,6%), de las que 2.519 afirmaron tener alumnos en al menos una lengua distinta del inglés.

Cuadro 1. Matrículas en lenguas extranjeras, 1998 y 2002

 19982002Cambio (%)
Español656.590746.26713,7
Francés199.064201.9791,5
Alemán89.02091.1002,3
Italiano49.28763.89929,6
Lenguaje de signos (1)11.42060.781432,2
Japonés43.14152.23821,1
Chino28.45634.15320,0
Latín26.14529.84114,1
Ruso23.79123.9210,5
Griego clásico16.40220.37624,2
Hebreo clásico9.09914.18355,9
Arabe5.50510.58492,3
Hebreo moderno6.7348.61928,0
Portugués6.9268.38521,1
Coreano4.4795.21116,3
Otras17.77125.71644,7

(1) Según la propia fuente, el aumento de las matrículas en cursos de American Sign Language o lenguaje de signos, se debería en parte a ciertas lagunas del método de la encuesta en años anteriores. Elizabeth B. Welles, “Foreign Language Enrollments in United States Institutions of Higher Education, Fall 2002”, ADFL Bulletin, nº 2, Winter 2004.

El cuadro 1 muestra los resultados de esta encuesta por lenguas y en comparación con los de la anterior encuesta, realizada en 1998. La enseñanza del español sobresalió sobre las demás en todos los niveles educativos y tipos de institución. En conjunto, representa el 53,4% de la matrícula total en cursos de lenguas extranjeras, el 50,2% en las instituciones de cuatro años o Four Year Colleges y el 62,9% en las de dos años o Two Year Colleges. A pesar de ser la lengua más enseñada, su demanda creció en un 13,7% entre 1998 y 2002, sensiblemente por delante de sus inmediatos seguidores, el francés y el alemán, que presentan una estabilización de su demanda después de un prolongado descenso plurianual.

En cuanto a su distribución por Estados, los datos recogidos por la MLA reproducen en buena medida, como en la enseñanza secundaria, la geografía de los hablantes de español: California registra el mayor número de matrículas (98.101), seguida de Texas (57.339), Nueva York (52.560), Carolina del Norte (36.051), Pensilvania (33.732), Illinois (26.565), Florida (25.632), Ohio (23.748), Minnesota (21.221) e Indiana (20.043).

El español es la lengua más enseñada en las instituciones de enseñanza superior desde los años 70. Las matrículas en cursos de español se multiplicaron por cuatro entre 1960 y 2002, casi doblando el crecimiento de las matrículas en lenguas extranjeras en su totalidad, que pasaron de 608.749 a 1,3 millones (figura 1). La progresión del español superó incluso al crecimiento de la matrícula universitaria global, que aumentó de 3,8 a 15,6 millones en el mismo periodo. Podemos apreciar gráficamente la evolución de los índices de crecimiento de la matrícula universitaria, la matrícula en lenguas extranjeras y la matrícula en español en la figura 2.

Las encuestas realizadas por la MLA no recogen mayor información sobre la naturaleza de estos cursos o el nivel de competencia que alcanzan los alumnos. Es de suponer que estos datos de matrícula, procedentes de departamentos e institutos de lenguas extranjeras de todos los niveles de la enseñanza superior, comprendan toda una amplia gama de enseñanzas, incluyendo cursos de lengua orientados a las competencias comunicativas, cursos de cultura o historia, de literatura o cine, proyectos de aprendizaje de lenguas a través del currículum, cursos integrados en estudios de área, culturales e interdisciplinares, cursos de español como lengua extranjera o para hispanohablantes, cursos de español para fines específicos, etc.

Al pasar de los cursos de español como lengua extranjera a los estudios curriculares de un modo u otro relacionados con el español o el mundo hispánico encontramos una diversidad semejante. Un informe de la Consejería de Educación y Ciencia de España en Estados Unidos referido al curso 1999-2000 en 50 universidades refleja con detalle la variedad de la oferta educativa superior dentro del “amplísimo campo que forman los estudios del español”. Si empleamos las herramientas de búsqueda en línea de una de las principales agencias de asesoramiento educativo para alumnos, los resultados bajo Spanish se sitúan en torno a los 70 programas de doctorado, 178 de maestrías y 530 de licenciatura; si buscamos Spanish Language and Literature resultan 52 programas superiores y 203 de licenciatura.

Por otra parte, la base de datos del hispanismo del Instituto Cervantes arroja la cifra de 1.053 departamentos universitarios en Estados Unidos, entre los que aparecen indistintamente departamentos de filología, historia o sociología entre otras disciplinas, incluyendo tanto los estudios sobre América Latina como los referidos a España. Es orientativo comparar esta cifra con la del número de departamentos en el Reino Unido (92), Brasil (90), Alemania (78), Francia (70) o Italia (64), aunque no se tienen en cuenta aquí el tamaño o el grado de especialización de los departamentos, o la dedicación de los profesores. La comparación con España (71), Argentina (60) o México (59) también es significativa, pero también más imprecisa, puesto que a menudo se incluyen en aquéllos institutos o departamentos de disciplinas de las humanidades o las ciencias sociales que no se incluyen en éstos. En todo caso, si juzgamos por estos gruesos trazos, no estaríamos muy lejos de poder afirmar que los Estados Unidos son la primera potencia mundial en lo que tradicionalmente se conoce por “hispanismo” o estudios hispánicos.

En áreas donde se pueden dar especializaciones relacionadas con Hispanoamérica o España, como la Historia o la Historia del Arte (en las que tradicionalmente existen reconocidos hispanistas), no existen estadísticas separadas que permitan siquiera aproximadamente hacerse una idea del número de titulados que pudieran tener alguna familiaridad con la lengua española. Dentro de las Ciencias Sociales, otras titulaciones en las que se puede presumir un cierto conocimiento del español por parte del estudiante son las de estudios latinoamericanos, encuadrados en la categoría de los estudios de área (cuadro 2).

Cuadro 2. Titulaciones en los principales estudios de área, por grados, 2000-2001
 LicenciadoMasterDoctorado
American studies/civilization (estudios “americanos”)1603208107
Women’s studies (estudios sobre la mujer)763914
Asian studies (estudios asiáticos)69327118
Afro-American (Black) studies (estudios afro-americanos)5995414
Latin American studies (estudios latinoamericanos)4182059
Hispanic-American studies (estudios hispanoamericanos)213350
Middle Eastern studies (estudios sobre Oriente Medio)738724

US Department of Education, National Center for Education Statistics, Integrated Postsecondary Education Data System, septiembre 2002.

Los estudios de filología española (Spanish Language and Literature), que incluyen obviamente la literatura latinoamericana, se presentan bien en departamentos independientes, bien integrados en los departamentos de lenguas románicas, y a menudo emparejados con los de portugués. En este campo, el Departamento de Educación (US Department of Education) ofrece datos diferenciados procedentes de sus encuestas sobre graduados en lenguas y literaturas extranjeras (Foreign Languages and Literatures). Según esta fuente, los titulados en español son mayoría desde los años 40, aunque el número de doctorados en español no superó a los de francés hasta los años 90 (cuadro 3). En el curso 2000-2001, los diplomas de licenciatura (bachelor´s degrees) concedidos en la especialidad de español fueron 7.164, el 47,2% de las licenciaturas en lenguas y literaturas extranjeras. Los títulos de maestría o master´s degrees en español llegaron a 716 (25,5%) y los de doctor a 185 (20,6%).

Cuadro 3. Titulados en alemán, español y francés, por grados, años escogidos 1950-2001

 AlemánEspañolFrancés
 LMDLMDLMD
1949-50540121402.122373341.47129953
1969-702.6526691187.22613721397.6241409181
1979-801.466309944.3316851033.285513128
1989-901.437253674.1765731083.259478115
2000-011.143242737.1647161852.371376115

L: Licenciado; M: Master; D: Doctorado.

US Department of Education, National Center for Education Statistics, Higher Education General Information Survey, septiembre 2002.

Es preciso situar esta evolución del equilibrio entre los distintos estudios literarios en el contexto de un cierto declive relativo de las humanidades y las lenguas extranjeras. Si en 1960 las lenguas extranjeras representaban el 16% de las matrículas universitarias, ahora son sólo el 8,6%. Los doctorados en lenguas y literaturas extranjeras pasaron del 3,07% del total de los doctorados en 1970-1971 al 1,9% en 2000-2001. Este declive no ha dejado de afectar a la lengua y literatura inglesa, que también ha perdido peso relativo con respecto al conjunto de los campos de estudio (del 5,1 al 3,3%) y entre los estudios literarios.

Hay indicios de que predominan los cursos y disertaciones de literatura hispanoamericana sobre los de literatura peninsular en los programas de los departamentos de Spanish Language and Literature, donde a menudo se entreveran ambas especialidadesEs frecuente, pero no está generalizado, que en las descripciones que hacen los propios departamentos de los cursos que ofrecen se advierta de la exigencia de poder leer o expresarse en español. Muchos títulos de disertaciones doctorales figuran en español, pero es difícil saber si el número de tesis defendidas en español se ha reducido o si por el contrario ha aumentado en los últimos años. Al parecer se tiende en todas las titulaciones filológicas a que la enseñanza se realice en inglés con el fin de captar mayor número de alumnos.

Corroboran los datos de predominio del español sobre otras lenguas modernas los procedentes de listas de ofertas de trabajo o job listings del mercado de trabajo para titulados superiores, como puede verse en la figura 3. Aquí también, la pauta general refleja un suave pero constante declive de las lenguas y literaturas extranjeras: el número de puestos en oferta para profesores de lenguas y literaturas extranjeras bajó de 1.482 en 2000-2001 a 1.369 en 2001-2002, y a 1.367 en 2002-2003. El mercado de lengua y literatura inglesa no resultó mejor parado, previéndose una caída del 10% este año después de un retroceso del 3% el curso pasado. Los puestos de profesores de español en cualquiera de sus variedades alcanzaron el 50% del total de los puestos en 2000, después de despegarse paulatinamente de las demás lenguas desde principios de los años 80. Fuentes de la Modern Langage Association aseguran que en medio de lo que se percibe como una crisis generalizada, no falta trabajo para los profesores de español (“Faculty Jobs Fall in Foreign Languages”, The Chronicle of Higher Education, 5/2/2004). Dentro de los profesores de español, los más demandados serían los especialistas en literatura y cultura latinoamericanas contemporáneas, así como en adquisición de segunda lengua. Otras áreas aún pequeñas pero crecientes son las de español para fines profesionales, estudios transatlánticos y traducción.

Por último, encontramos nuevos datos sobre el interés de los universitarios estadounidenses por el español en el último informe del Institute of International Education sobre los países escogidos por los universitarios estadounidenses para realizar sus estancias de estudios (no necesariamente de humanidades) en el extranjero, España es el segundo destino tras el Reino Unido, y entre los 20 primeros se encuentran además México, Costa Rica, Chile, Ecuador y Cuba. La suma de los estudiantes que van a países de habla hispana queda detrás sólo de la de los países de habla inglesa.

Cuadro 4. Estudiantes universitarios en el extranjero, por países de destino 2000/2001 y 2001/2002 (incluyendo a los de habla hispana entre los 25 primeros)

 Destino2000/20012001/2002Cambio (%)2001/2002 (%)
1-Reino Unido30.28930.143-0,518,7
2-España16.01617.1767,210,7
3-Italia16.12717.1696,510,7
4-Francia11.90512.2743,17,6
5-Australia8.0669.45617,25,9
6-México8.3608.078-3,45,0
7-Alemania5.1164.856-5,13,0
8-Irlanda3.9734.37510,12,7
9-China2.9423.91132,92,4
10-Costa Rica3.6413.7813,82,3
16-Chile1.2331.49221,00,9
18-Ecuador1.3111.4258,70,9
20-Cuba9051.27941,30,8
 Total países de habla hispana (1-25)31.46633.2315,620,6
 Total154.168160.9204,4100

Institute of International Education, Open Doors 2003, http://opendoors.iienetwork.org/?p=36524.

Conclusiones: El español es desde los años 70 la lengua extranjera más demandada en la universidad estadounidense, por delante del francés y el alemán. En 1980, el número de titulados superiores en estudios hispánicos (Spanish Language and Literature) había sobrepasado al de los graduados en francés. En la década de los 90, y en el campo de las lenguas y literaturas extranjeras, se doctoraron por primera vez más estudiantes en español que en francés.

Este cambio progresivo pero constante de la atención de la “Academia” estadounidense desde las tradicionales lenguas de estudio en la educación superior al español parece a todas luces estar en relación directa con el aumento de la población de origen hispano en los Estados Unidos. Tras un primer examen de los datos sobre el español y los estudios hispánicos en la universidad estadounidense, se advierte que la progresiva implantación del español en los sucesivos niveles educativos ha seguido una tendencia ascendente en el tiempo, que corre pareja al crecimiento de la minoría hispana. Lo que sabemos de la distribución geográfica de las matrículas de español, así como sobre el origen de los titulados en Spanish Language and Literature, apunta en la misma dirección.

Según esta tendencia, y si tenemos en cuenta las proyecciones demográficas de la población hispana, el predominio del español sobre otras lenguas en la universidad estaría asegurado al menos durante las próximas décadas. Un informe del US Census Bureau publicado el pasado 18 de marzo predice que en 2050 la minoría hispana representará el 24,4% de la población (12,6% en 2000), seguida de la negra (del 12.7% al 14,6%) y la asiática (del 3,8% al 8%). Los blancos no hispanos pasarán de representar el 69,4% de la población en 2000 a sólo el 50,1% en 2050.

Pero sería inexacto atribuir el auge del español en la universidad estadounidense únicamente al aumento de la población hispana dentro de los Estados Unidos, aunque pueda considerarse que es éste el factor aislado de más peso. Al fin y al cabo, las lenguas universitarias por excelencia (el latín, el francés, el alemán) no lo fueron en el pasado, o no sólo, por el peso demográfico de sus hablantes en Estados Unidos. En opinión de Gonzalo Gómez Dacal (Anuario del Instituto Cervantes, 2000), la situación del español en la educación superior “justifica concluir que esta situación no es coyuntural, ni está asociada a un fenómeno temporal de tipo demográfico (migraciones y crecimiento de la población hispana), ya que está hundiendo profundamente sus raíces en las estructuras académica y social de este país”.

Ahora bien, para comprobar si en efecto la situación que han alcanzado el español y los estudios hispánicos responde a algo más que a la coyuntura demográfica, es preciso analizar los factores que explicarían el auge del español en la enseñanza universitaria. En primer lugar, hay que hacer un examen más detallado de las relaciones entre la progresiva incorporación de los hispanos a la enseñanza superior y el aumento tanto de la demanda de español como lengua extranjera como de las titulaciones en estudios hispánicos. Asimismo, interesa considerar las razones por las que los estudiantes no hispanos escogen el español como lengua extranjera. Algunas de ellas están en relación con la creciente presencia hispana, y en general con la irrupción del multiculturalismo en la sociedad estadounidense; otras tienen que ver con el pragmatismo norteamericano: el interés por ampliar las posibilidades laborales o por acceder a un mercado creciente, en América Latina pero también en Estados Unidos. Por último, conviene situar la imagen de la lengua española y de la cultura o culturas que representa en el largo plazo y en relación con la evolución de las relaciones exteriores de Estados Unidos.

Jaime Otero

Investigador Principal, Área de Lengua y Cultura, Real Instituto Elcano