Tema: La OPEP ha cambiado el rumbo con la decisión tomada en su última reunión del día 3 de junio y vuelve a aumentar su producción.
Resumen: En los últimos meses, las elevadas cotizaciones del petróleo han reflejado las tensiones de un mercado que, en un proceso de clara expansión de la demanda, se enfrentaba a un recorte de la oferta de su mayor suministrador. Esta tensión en los mercados del crudo, probablemente alentada por la OPEP para recuperar el poder adquisitivo que perdía en sus exportaciones a la zona del euro, se ha tratado de corregir con un importante aumento de 2,5 millones de barriles/día adicionales. El mercado dirá si es suficiente cuando alcance su máxima demanda estacional en el último trimestre del año.
Análisis: El recorte de la producción de un millón de barriles/día (b/d) acordado por la OPEP en su reunión extraordinaria del 10 de febrero de 2004 fue, probablemente, la causa principal de la confusa e incontrolada situación de los precios del petróleo durante el trimestre marzo-mayo del año en curso.
En estos primeros meses del año se estaba manifestando la esperada recuperación de la economía europea y se consolidaba la mejoría de los países asiáticos, especialmente de China, cuya economía crecía a tasas muy elevadas. De éste país se afirmaba que estaba demandando un millón de barriles más diariamente que en las mismas fechas del año anterior. A su vez, los altos precios del petróleo no habían afectado al gasto en consumo de EEUU, país que es el mayor demandante mundial de productos petrolíferos.
Las implicaciones de esta tensión en el mercado no solamente supusieron un elevado coste para los países consumidores, que mantuvieron su consumo a pesar de los altos precios del petróleo, sino que sus consecuencias se trasladaron a la propia OPEP, debilitando la cohesión interna de la organización. De los diez países-miembro de la OPEP (excluida Irak), solamente había cuatro con excedente de capacidad de producción: Kuwait, los Emiratos Árabes, Argelia y Arabia Saudí. De éste último país se afirmaba que en determinados momentos superó los 9 millones de b/d frente a los 7,6 millones de b/d asignados en el acuerdo del 10 de febrero (véase Tabla 1).
Tabla 1. Cuotas de producción de los países de la OPEP
Producción (1 de abril de 2004) (millones de barriles/día) | Antes del 10 de febrero de 2004 | Después del 10 de febrero de 2004 | |
País miembro | Producción anterior | Nuevo nivel de producción | Descenso |
Argelia | 782 | 750 | 32 |
Indonesia | 1,270 | 1,218 | 52 |
Irán | 3,597 | 3,450 | 147 |
Kuwait | 1,966 | 1,886 | 80 |
Libia | 1,312 | 1,258 | 54 |
Nigeria | 2,018 | 1,936 | 82 |
Qatar | 635 | 609 | 26 |
Arabia Saudí | 7,963 | 7,638 | 325 |
Emiratos Árabes Unidos | 2,138 | 2,051 | 87 |
Venezuela | 2,819 | 2,704 | 115 |
Total | 24,500 | 23,500 | 1,000 |
Fuente: comunicado de la OPEP nº 3/2004 Argel, Argelia, 10/II/2004, 129 reunión (extraordinaria) de la conferencia de la OPEP.
La decisión errónea del 10 de febrero, que supuso reducir la producción cuando se recuperaba la demanda, ha sido rectificada en la última reunión extraordinaria de la OPEP el día 3 de junio en Beirut. Pero antes de entrar en algunos aspectos de este reciente acuerdo, quizá sería útil contestar a una pregunta: ¿Por qué la OPEP ha conseguido mantener durante más de cuatro años unos elevados precios del petróleo, hecho que no ocurría desde la primera mitad de los años 80?
La estrategia de la OPEP
Tras el derrumbamiento de los precios internacionales del crudo en los últimos años del pasado siglo, la OPEP, una vez concluida la guerra del Golfo, inició una agresiva política de precios para la que se sirvió de un seguimiento permanente del mercado, interviniendo constantemente, ya sea al alza o a la baja, sobre la producción de sus países miembros. El hecho de que esa intervención se hiciese en un mercado tradicionalmente muy rígido, tanto por parte de la demanda como de la oferta, permitió a la OPEP que con pequeñas intervenciones, la mayoría de un millón de b/d, más o menos, se consiguieran efectos inmediatos sobre los precios, a pesar de que sobre los casi 80 millones de b/d de consumo mundial, esta intervención a penas representaba el 1,5% del total.
La medida en que esta estrategia se tradujo en un fortísimo aumento de los ingresos en dólares de la OPEP se puede comprobar en la cotización del crudo de referencia de Oriente Próximo, el Arab Light, que en 1997 era de 12,52 dólares/barril, mientras que tres años más tarde, en el año 2000, se vendió a 28 dólares/barril.
La evolución de los precios en el periodo 2002–2003 y en los cuatro primeros meses de 2004 se puede ver en la Tabla 2. Se han tomado las cotizaciones que publica el Banco de España referidas a un crudo de densidad media y que, por tanto, son inferiores a las cotizaciones de los crudos ligeros que habitualmente se manejan, como el propio Arab Light, el Brent o el Texas. En la mencionada Tabla 2 se puede comprobar que de los cuatro primeros años de este siglo, en dos de ellos (años 2001 y 2002) el precio medio anual estuvo en torno a los 25 dólares/barril, mientras que en los otros dos (años 2000 y 2003) superó los 28 dólares y en los meses transcurridos del año 2004 se han superado los 35 dólares/barril.
Tabla 2. Precio del barril en euros
Año | US$/barril (a) | US$/euro (b) | Euro/barril (c) = (a) : (b) |
1998 | 13,40 | 1,121 | 11,95 |
1999 | 18,10 | 1,066 | 16,98 |
2000 | 28,50 | 0,924 | 30,84 |
2001 | 24,60 | 0,896 | 27,46 |
2002 | 25,00 | 0,946 | 26,43 |
2003 | 28,90 | 1,131 | 25,55 |
2004 enero | 31,30 | 1,261 | 24,82 |
2004 febrero | 30,80 | 1,265 | 24,35 |
2004 marzo | 33,80 | 1,226 | 27,57 |
2004 abril | 33,40 | 1,199 | 27,86 |
Fuentes: (a) Boletín Económico del Banco de España, cuadro 2.7; (b) Boletín Estadístico del Banco de España, cuadro 19.
La depreciación del euro frente al dólar a partir de 1999 perjudicaba directamente a los países importadores de la zona euro, ya que tenían que pagar en dólares por su petróleo, y favorecía indirectamente a los países exportadores de crudo, ya que con los dólares conseguidos por sus ventas de petróleo disfrutaban de un aumento de poder adquisitivo con respecto a sus importaciones comerciales de los países del euro (un 45% de las importaciones de bienes de los países de la OPEP proceden de la zona euro). Sin embargo, esta situación cambiaría a partir del año 2002, cuando se inició una rápida depreciación del dólar y los países de la OPEP soportaron una importante reducción de su poder adquisitivo respecto a Europa, mientras que los países importadores de la zona disfrutaron de una factura de importación de petróleo, medida en euros, más baja.
Un ejemplo puede ilustrar en qué medida la depreciación del dólar frente al euro ha supuesto una pérdida de ingresos para los exportadores de crudo. En el año 2000, con un precio de 28,50 dólares/barril, su equivalencia en euros era de 30,84, es decir, 2,34 euros/barril más en euros que en dólares. Pues bien, en el mes de febrero del año en curso el barril de crudo, a 30,80 dólares, tenía un precio en euros de 24,35/barril. Por tanto, en solamente tres años el coste del barril en euros ha descendido bruscamente en 6,45 euros, a pesar de que su precio en dólares haya aumentado en 2,30 dólares/barril.
De ahí que desde mediados del año 2002 los países de la zona euro estén importando petróleo por debajo de su precio en dólares. En los cuatro primeros meses de este año la diferencia ascendía a 6.00 dólares/barril. España ha sido uno de los países más favorecidos por la apreciación del euro, ya que la participación del petróleo en la oferta de energía es del 53%, mayor que la media de los países de la OCDE. Por tanto, puede afirmarse que la apreciación del euro ha contribuido al descenso de nuestra factura exterior de energía y a mantener y alargar el favorable ciclo en que se encontraba nuestra economía.
En cuanto a la incidencia de la depreciación del dólar en los ingreses de la OPEP, se comprueba por el hecho de que en el año 2002, último año para el que la Organización da cifras anuales completas, el 22% de sus exportaciones totales (el 54,3% del total mundial de crudo) se dirigieron a Europa Occidental, casi en su totalidad a la zona euro, mientras que el 45% de las importaciones de bienes de los países de la OPEP procedieron de la zona euro. La depreciación del dólar frente al euro, entonces, representa una disminución de la capacidad adquisitiva de los países de la OPEP desde octubre de 2000 (el momento en que el dólar estaba en su valor máximo) de alrededor del 15%.
Es muy probable que el intento de recuperar sus ingresos en dólares por la revalorización del euro llevó a la OPEP a forzar la decisión de febrero de reducir su oferta de crudo. En último término, esta ha sido la causa de las tensiones en el mercado en estos últimos meses.
El acuerdo de la OPEP del 3 de junio en Beirut
La reciente rectificación de la OPEP a su política de producción, al elevarla en 2,5 millones de barriles (2 millones el 1 de julio y medio millón el 1 de agosto), ha suscitado comentarios extremos: desde que el aumento es del 11%, máximo porcentaje en la historia de la OPEP, como interpretación positiva, hasta que simplemente ha confirmado la vigente aportación al mercado por los países de la organización.
Es muy posible que ambas “lecturas” del acuerdo sean ciertas. En ambos casos son los próximos meses los que van a mostrar si este aumento ha sido suficientemente generoso, o bien si no se ha previsto la actual tendencia de la demanda, lo que llevaría a nuevas y próximas tensiones en los precios.
Al finalizar el año 2004, la demanda de petróleo habrá crecido en 3,6 millones de b/d en los tres últimos años según datos de la Agencia Internacional de la Energía (véase la Tabla 3). De esta cantidad, 1,9 millones de barriles corresponderán, según la estimación de la AIE, al año 2004. Si este razonamiento es correcto, significaría que la OPEP en su acuerdo del 3 de junio ha considerado como asumible un aumento de la demanda de 2 millones de b/d a la que harían frente sus países miembros. Pero existe una dificultad adicional. La economía mundial, en el segundo semestre del año y siguiendo las pautas del consumo de la economía de EEUU, aumenta considerablemente el consumo de petróleo en relación con el primer semestre. La Agencia Internacional de la Energía estima que la OCDE consumirá 50 millones de b/d en el cuarto trimestre de 2004, equivalente a 1,4 millones más que el promedio del primer y segundo trimestre de este mismo año. Esto significa que el acuerdo de la OPEP del 3 de junio solamente hará frente con su oferta adicional de 500.000 barriles a partir del 1 de agosto a algo más del 30% de aumento de demanda en el último trimestre de este año.
Tabla 3. Demanda mundial de petróleo
Barriles (millones/día) | 2002 | 2003 | 2004 |
Demanda OCDE | 47,8 | 48,5 | 49,0 |
Norteamérica | 24,2 | 24,6 | 25,0 |
Europa | 15,1 | 15,2 | 15,5 |
Pacifico | 8,5 | 8,6 | 8,5 |
Demanda no OCDE | 29,3 | 30,2 | 31,6 |
Total mundial | 77,0 | 78,7 | 80,6 |
Fuente: Monthly Oil Market Report, AIE, mayo de 2004.
Las perspectivas de aumento de la producción, consecuentemente de la oferta internacional de petróleo, no pueden ser optimistas ni a corto ni a medio plazo. EEUU depende del nuevo crudo procedente de Canadá y de los aumentos de su extracción de gas, ya que Méjico tiene bastante con mantener su actual producción y exportación. Tampoco Europa Occidental tiene nada adicional que ofrecer ante el previsible descenso de la producción en el Mar de Norte; ni África, donde hay nuevos yacimientos de petróleo y gas en Guinea y Angola pero al mismo tiempo se agotan los yacimientos ahora en explotación.
Las perspectivas de la mayoría de los países de la propia OPEP no están muy claras en un plazo inmediato, de ahí la radicalización en no aumentar la producción de algunos de sus países miembros. Irak era la gran esperanza hace unos años, por sus reservas y rápida capacidad de recuperación de la producción, pero la oleada terrorista ha ido encaminada a impedir que su petróleo salga al mercado. En el año 2002, Venezuela exportó 400.000 b/d menos que en el año 2001 (de 2 millones en 2001 a 1,6 millones en 2002). Irán, cuya industria petrolífera está tecnológicamente muy dañada, exportó en 2002 hasta 100.000 barriles menos que en el año anterior (de 2,2 millones b/d a 2,1 millones respectivamente). Otro tanto sucedió con Nigeria, que exportó 300.000 b/d menos en 2002 que en 2001 (1,8 millones b/d).
Si la actual situación mundial, en cuanto a oferta de petróleo, se corresponde con el panorama anteriormente esbozado no cabe duda de que la nueva oferta de petróleo en los próximas años va a depender de los cuatro países de la OPEP hoy excedentarios en capacidad de producción: Argelia, Kuwait, los Emiratos Árabes y, sobre todo, Arabia Saudí. Irak podría estar en este grupo, pero primero habrá de resolver su conflictiva evolución actual.
El hecho de que en el comunicado de la OPEP tras la reunión del día 3 de junio no se haga ninguna referencia a las nuevas cuotas de producción de los distintos países es muy significativo. ¿Quiere esto decir que los países miembros consolidan sus actuales cuotas, no las establecidas en febrero?, ¿o bien que en los próximos meses pueden ofertar según su propia capacidad de producción?
Sin duda, algo debe estar cambiando en la OPEP, que hasta ahora ha sido dirigida por los países más radicales y con mayores limitaciones en su producción. A los precios actuales, los países excedentarios deben tener serias tentaciones para aumentar su producción.
Probablemente el adelantamiento de otra reunión extraordinaria de la OPEP al 21 de julio pudiera tener una significación especial.
Conclusión: Como conclusión, se puede decir que las recientes alzas de los precios del crudo tuvieron como origen una errónea previsión de la demanda y la agresiva estrategia de la OPEP para tratar de mantener el poder adquisitivo de sus exportaciones a la zona euro. La cuantía adicional de crudo de la OPEP acordada en Beirut el día 3 de junio pone en duda el mantenimiento del sistema de cuotas de los países de la OPEP y cómo se distribuirán estos 2,5 millones de b/d en los próximos meses. Dada la situación mundial de abastecimiento de petróleo, los países consumidores dependen cada vez más de la política de producción seguida por la OPEP.
José Rodríguez de Pablo, Economista