Tema
La pandemia del COVID-19 podría estar ayudando a los cárteles mexicanos en Europa mediante una “curva de aprendizaje”, identificando dónde fracasan y por qué, ayudándolos a incrementar su eficiencia y peligrosidad.
Resumen
En los últimos dos años, distintos informes de Europol han venido advirtiendo sobre una mayor presencia de cárteles mexicanos en territorio europeo, muchos de los cuales además de traficar cocaína y heroína son reconocidos por su expertise en la elaboración de anfetaminas, metanfetaminas y fentanilo. A su vez, los mismos informes han puesto énfasis en el papel cada vez más pronunciado que distintos países de Europa están teniendo en la elaboración y distribución de drogas sintéticas. Considerando estos elementos, este análisis intentará refutar la sobrevaloración de la presencia mexicana en Europa en relación a la metanfetamina (no así del tráfico de cocaína) y responder a los siguientes interrogantes: ¿por qué las organizaciones criminales mexicanas han intensificado su presencia en el territorio europeo?; y ¿qué papel podría cumplir el Cártel de Sinaloa en la supuesta emergencia de Europa como el principal abastecedor de drogas sintéticas a nivel mundial? Ante estas posibilidades, no puede quedar al margen la influencia que la actual pandemia de SARS-CoV2 (COVID-19) está teniendo sobre el mercado ilegal de metanfetaminas y fentanilo en México.
El impacto de la pandemia puede ser decisivo para desvelar los interrogantes planteados. A partir de esta nueva situación se contemplan cuatro hipótesis preliminares: (1) que la actual contingencia podría conducir a los cárteles mexicanos a alternar los precursores químicos y/o las sustancias, tal como vienen haciendo países de la UE; (2) que la dependencia de terceros (bien sea de precursores y/o de materia prima) podría generar estancamiento y perdidas en las economías ilícitas en tiempos de excepcionalidad; (3) que la actual caída del tráfico de drogas sintéticas podría dar lugar al desarrollo de una industria química entre las organizaciones del crimen organizado mexicano; y (4) que la post-pandemia podría impulsar la ruta europea de precursores químicos para abastecer a los cárteles mexicanos, incrementando a su vez la presencia de estos en territorio europeo.
Análisis
¿Por qué la presencia mexicana es todavía residual en el mercado europeo de drogas sintéticas?
Desde 2013 distintos informes de Europol1 han estado advirtiendo sobre la amenaza que los cárteles mexicanos de la droga podrían representar para la seguridad de la UE. Sin ir más lejos, el más reciente EU Drug Markets Report de 2019 –un informe elaborado en base a información de inteligencia y monitorización de la actividad global del tráfico de drogas– afirmó de forma categórica que grupos del crimen organizado que previamente habían estado involucrados de manera marginal en el territorio de la UE –tales como los cárteles mexicanos– habían logrado intensificar su cooperación con otros grupos criminales locales, con el objetivo de orquestar el tráfico de cocaína dentro de la UE.
En esta misma línea, el informe aludió a la creciente expansión del mercado europeo de anfetaminas, éxtasis y metanfetaminas, asociándolo con el preocupante papel que los cárteles mexicanos podrían estar teniendo en la producción de este tipo de drogas. Para ejemplificar ese temor, el informe aludió al desmantelamiento en 2019 de tres grandes narco-laboratorios en Bélgica y los Países Bajos, donde ciudadanos mexicanos habían estado involucrados con grupos criminales locales en la elaboración de metanfetamina cristal. Según Europol, esta asociaciónpodría estar sugiriendo la emergencia de Europa como un abastecedor global de drogas sintéticas y una reorientación de su mercado de consumo hacia los pujantes países asiáticos.
Pero si bien la presencia de metanfetamina mexicana se viene incrementando como mínimo desde 2014, esto no significa que la presencia de narcotraficantes mexicanos operando en el territorio europeo se incremente por igual. Lo que queremos decir con esto es que la vinculación entre narcos mexicanos con bandas europeas dedicadas a la elaboración de drogas sintéticas es bastante residual. Dicho de otra forma, el bajo número de casos de conocimiento público que han confirmado un nexo entre narcos mexicanos en Europa trabajando directamente en el negocio de las metanfetaminas (Bélgica, los Países Bajos y, en mucha menor medida, España) son escasos y en consecuencia impiden cualquier generalización en este sentido. Esto obliga a tomar con cautela las declaraciones hechas por Europol en 2013, cuando sostuvo que los grupos criminales mexicanos ya se habían constituido en “coordinadores” de la producción y distribución de drogas sintéticas en el mercado europeo.
Vinculados principalmente con el tráfico de cocaína que previamente había sido dominado por los colombianos, el ingreso de los cárteles mexicanos a Europa se hizo posible gracias al establecimiento de una serie de alianzas criminales con bandas, pandillas y mafias locales. Esto dio lugar a un variado entramado criminal que le permitió a los diferentes cárteles mexicanos como Sinaloa, Tijuana, Juárez, Los Zetas, Jalisco Nueva Generación y Beltrán Leyva, abastecer a una amplia geografía europea con tráfico de cocaína y heroína sudamericana. Así, en 2013 Europol ya consideraba a los grupos criminales mexicanos como “coordinadores” del tráfico global de cocaína y de la producción y tráfico de drogas sintéticas para el mercado europeo, asiático y estadounidense. Si bien la penetración territorial dio lugar a una diversificación de actividades (por ejemplo, se reportó que Los Zetas estaban involucrados en el tráfico de personas desde el noreste de Europa hacia México y que distintos grupos criminales mexicanos traficaban armas de fuego desde el sudeste de Europa para armar a organizaciones del crimen organizado centroamericano), lo cierto es que el tráfico de cocaína siguió siendo el principal vehículo para fijar bases territoriales y plazas de distribución en buena parte del continente europeo.
Del puerto inglés de Liverpool a España pasando por Italia, Portugal, los Países Bajos y Bélgica y de allí a varios países de Europa del Este y los Balcanes, los cárteles mexicanos fueron adaptando y cambiando sus rutas al calor de sus necesidades. Actualmente, el Reino Unido es una de las plazas de mayor interés del Cártel de Sinaloa para establecer allí un centro de distribución, tráfico directo y punto de lavado, reduciendo así la triangulación con las pandillas rumanas que han estado sirviendo como nexo para ubicar la cocaína sudamericana en el mercado británico. Pero este no es el único ejemplo. En febrero de 2020 una inusual incursión del Cártel de Sinaloa con un cargamento de cocaína para ser distribuida en Italia dio lugar a una multiplicidad de especulaciones. Entre ellas, a una posible (pero poco probable hasta el momento) asociación entre los narcos de Sinaloa con la mafia siciliana de la Cosa Nostra. Que Italia ha sido muy importante en la configuración de las redes de narcotráfico a nivel global no es nuevo. De hecho, se encuentra buena evidencia en algunas investigaciones especializadas que sostienen que el puerto italiano de Palermo ha sido clave para que las organizaciones mexicanas y las mafias locales de la Cosa Nostra, la Camorra y la ‘Ndrangheta movieran las embarcaciones de droga a través del Atlántico. Otra literatura menos difundida, pero bastante informada, apunta al Cártel de Sinaloa, el del Golfo y el de Los Zetas como socios de la ‘Ndrangheta, en la Cuenca del Caribe, para consolidar esta ruta marítima y unirla con el puerto italiano de Gioia Tauro en Reggio Calabria. En 2009 el poderoso Cártel del Golfo utilizaba la ciudad norteamericana de Dallas, en el estado de Texas, como nodo intermedio para canalizar la cocaína en manos de la ‘Ndrangheta. Un año después, en 2010, distintas fuentes cubrían un supuesto pacto criminal entre esta última con Los Zetas para distribuir la droga desde Italia al resto de Europa.
En Portugal, la “Operación Octopus”, de 2007, sacó a la luz los tentáculos de los cárteles mexicanos en Europa, evidenciando cómo el Cártel de Sinaloa había establecido una base de transbordo de cocaína en la ciudad lusitana de Oporto para distribuir la droga en Europa del Norte y Central y entre traficantes rusos, portugueses y brasileños.
Como bien mencionamos anteriormente, si bien la ruta de la cocaína ha sido –y continúa siendo– la principal puerta de entrada de los cárteles mexicanos a Europa, lo cierto es que de 2014 a esta parte la ruta de las drogas sintéticas comenzó a trazar una curva en alza. En los primeros meses de 2020 España fue noticia por incautar el mayor envío de metanfetamina (750 kg) en bloques de mármol. En 2019 diarios mexicanos se hacían eco del incremento de tráfico de metanfetamina mexicana a Europa y Asia y en 2014 otra incautación récord en España llevó a la pista mexicana. Estos y otros casos podrían confirmar que, más que la presencia física de los cárteles mexicanos operando en territorio europeo, lo que estamos presenciando es un aumento importante en el tráfico de metanfetamina mexicana directamente desde México hacia Europa.
En esta línea, será útil seguir la investigación que la Red de Fiscales Antidrogas de Iberoamérica (RFAI) está llevando adelante desde hace algunos meses y que podría echar más luz sobre nuestra presunción de la presencia residual (al menos hasta ahora) que están teniendo los mexicanos en el mercado europeo de metanfetaminas y otras drogas sintéticas. De acuerdo con RFAI, hay indicios sobre casos en los que se envía droga sintética desde distintos países de la UE hacia América Latina a cambio de cocaína sudamericana. Esto es lo que la investigación sostiene como un intercambio de drogas entre narcos europeos y latinoamericanos, los cuales no se estarían llevando a cabo con los cárteles mexicanos, sino con bandas sudamericanas. De aquí emergen varios interrogantes: ¿por qué si los carteles mexicanos dominan buena parte de las tierras colombianas cultivadas con coca, son los grupos criminales de América del Sur (brasileños, colombianos, etc.) los que estarían detrás de los nexos con los europeos, según la investigación? ¿Están las bandas sudamericanas (específicamente las colombianas) retomando su lugar en el transporte de cocaína a Europa en detrimento de los mexicanos? ¿Hay narcos mexicanos en esas operaciones de intercambio desde Europa a América Latina? ¿Cómo es de grande el mercado de metanfetaminas latinoamericano para que la droga europea sea necesaria para abastecerlo?
¿Qué papel podría ejercer el Cártel de Sinaloa en el mercado europeo de drogas sintéticas?
Hubo un tiempo en que los cárteles mexicanos y los colombianos se repartieron el narcotráfico global entre dos grandes polos. Mientras los actores criminales mexicanos fueron amos y señores de buena parte del demandante mercado estadounidense, los narcotraficantes colombianos dominaban las redes de tráfico de cocaína hacia Europa, el nuevo “El Dorado” al que cualquier organización dedicada al narcotráfico aspiraba a llegar por la pujanza de su mercado y su posición geoestratégica. Sin embargo, el declive de las organizaciones colombianas derivó en una reconfiguración de las redes globales de la droga que posicionó a los cárteles mexicanos en el lugar donde previamente habían reinado los colombianos, convirtiéndolos en los principales coordinadores del tráfico de droga sudamericana del mundo.
A pesar de ello, la penetración territorial de los cárteles mexicanos en Europa no sólo fue gradual, sino que también se caracterizó por ser bastante heterogénea. Mientras algunas organizaciones como Los Zetas y el Cártel del Golfo alcanzaron una base física de forma mucho más temprana, el poderoso Cártel de Sinaloa no sólo tuvo hasta hace poco una presencia marginal –representada por algunos miembros del cártel trabajando en operaciones de narcotráfico de metanfetaminas y/o cocaína– o incluso testimonial –confirmada a través de incautaciones de droga que certificaban el origen del emisor–, sino también tardía. La respuesta a la pregunta de por qué el cártel más poderoso de México y de América Latina ha retrasado su proceso de internacionalización podría encontrarse, entre otros factores, en su priorización del mercado estadounidense. En este sentido, la cooptación del Cártel de Sinaloa de la plaza norteamericana dejó a otros competidores (cárteles) mexicanos sin muchas posibilidades para disputar el mercado. Esto obligó a los “excluidos” a buscar alternativas, encontrando en Europa una buena opción.
El posterior declive de algunas organizaciones criminales mexicanas rivales jugó un papel clave en la internacionalización del Cártel de Sinaloa en años recientes.2 Como consecuencia, los vínculos transnacionales de la organización para abastecer con cocaína las plazas europeas comenzaron a expandirse acompañadas de una incipiente diversificación, si bien esporádica y muy aislada hacia el tráfico de metanfetaminas. De acuerdo con el más reciente Reporte Mundial de Drogas, de 2019, de la ONU, el auge de las drogas sintéticas llevó a los cárteles mexicanos en general y al de Sinaloa en particular a multiplicar los laboratorios clandestinos en territorio mexicano destinados a la elaboración de metanfetaminas y fentanilo y a exportar pequeñas cantidades a subregiones de América del Sur, Asia Oriental, el Sudeste Asiático y la UE.
Ahora bien, ¿qué papel podría jugar el Cartel de Sinaloa en la emergencia de Europa como un productor y distribuidor global de drogas sintéticas?, ¿está exportando un know-how hacia Europa? ¿Hay más migración criminal desde México hacia Europa?
Cierta evidencia sugiere que el involucramiento de mexicanos de Sinaloa en locaciones europeas destinadas a la elaboración de metanfetamina podría ser un claro indicio de que los cárteles han comenzado a producir la droga in situ, posiblemente para la comercialización en el mercado local. De ahí que algunas fuentes suelan aludir –sin mucha precisión– al nexo “mexicano-neerlandés”, para explicar una supuesta transmisión de know-how en la producción y distribución de metanfetaminas de parte de los cárteles mexicanos a los grupos criminales holandeses. Si bien no podemos descartar ni comprobar la existencia de una colusión entre ambas estructuras del crimen organizado transnacional, lo que podría estar resultando más plausible es una posible exportación del know-how mexicano de metanfetamina cristal, una variante mucho más potente que hasta el momento sólo los cárteles mexicanos han logrado fabricar y que está teniendo récords de ventas en EEUU, país diezmado por la epidemia de opiáceos. En este sentido, la vinculación con los Países Bajos podría estar asociada con haberse convertido en los últimos años en un sitio seguro para ingresar y/o trabajar la metanfetamina mexicana que luego será distribuida por el resto de Europa y traficada hacia los mercados de Asia y Oceanía.
Así, en relación al incremento de la presencia mexicana en Europa, nuestro relevamiento de información efectuado sobre datos del Observatorio Europeo de Drogas, fuentes periodísticas y la AIRCOP,3 nos hace concluir que la misma estaría más relacionada con un aumento del tráfico de metanfetamina desde México hacia Europa que con la migración criminal mexicana per se a los centros de producción europeos de drogas sintéticas. En este sentido, la concentración de unos pocos casos aislados en Bélgica, los Países Bajos y, en menor medida España, de miembros de cárteles mexicanos trabajando en la elaboración in situ de metanfetaminas, estaría desestimando a priori la hipótesis de que los narcos mexicanos están detrás de la gestión de los laboratorios de drogas sintéticas en Europa, tal cual se desprende del Reporte Mundial de Drogas de 2019. Esto quiere decir que unos pocos casos aislados (al menos, casos públicos) no pueden llevar a realizar una generalización. No obstante, el creciente tráfico de metanfetamina mexicana podría derivar en un tiempo próximo a una mayor migración criminal desde México hacia Europa y viceversa.
Crimen organizado y pandemia: ¿cómo afecta el SARS-CoV2 a los mercados de metanfetaminas?; hipótesis preliminares
En las últimas semanas se ha estado debatiendo mucho sobre los efectos que la pandemia de SARS-CoV2 está teniendo o podría tener sobre el crimen organizado en todas sus variadas formas. En la mayoría de esos debates, la idea de adaptabilidad de las organizaciones criminales y de una parte de las actividades ilícitas originadas por ellas se repite de manera constante. En el caso mexicano, por su idiosincrasia y grado de heterogeneidad, discernir un diagnóstico suele convertirse en una tarea difícil. Sin embargo, en este apartado intentaremos esbozar algunas hipótesis preliminares.
¿Cómo reaccionó la violencia urbana y el crimen organizado a la pandemia en México? Hasta el momento no tenemos ideas acabadas, sólo una sucesión de acontecimientos que deben ser tomados con cautela por el ambiente cambiante que estamos analizando.4 En principio, sabemos que la pandemia de SARS-CoV2 está afectando de manera diferente a la violencia y al crimen organizado en América Latina. En el caso de México, la aplicación de una cuarentena tardía y un toque de queda parcial no pareció hasta el momento frenar la tasa de homicidios violentos que alcanzó en el mes de marzo un nuevo récord, con 2.585 muertes, y tampoco estaría reduciendo las disputas entre los cárteles por el control territorial, especialmente en el estado de Guanajuato. Como en el resto de la región, la violencia en México podría agravarse aún más como consecuencia del coronavirus y los factores desencadenantes son múltiples. El grado de penetración estatal e impunidad del narco en las instituciones del país y el papel de las Fuerzas Armadas en el control de la calle durante la pandemia podrían incrementar la violencia criminal. En este sentido, hay una importante literatura que aborda cómo la violencia del crimen organizado tiende a subir cuando hay más políticas de “mano dura” implementadas. Es una demostración de fuerza, pero también de poder por parte de las organizaciones criminales.
Otra de las consecuencias que está trayendo aparejada la pandemia del COVID-19 apunta directamente a las economías ilegales. Si bien no representa la totalidad de sus ganancias, la baja de la demanda, la interrupción del tráfico de metanfetaminas y fentanilo a causa del cierre de fronteras y la consecuente paralización de envíos de precursores químicos desde la ciudad china de Wuhan para producirlas afectó gravemente la economía de algunos cárteles, como por ejemplo el de Sinaloa.
En los últimos años, la especialización del Cártel de Sinaloa en drogas sintéticas –con preponderancia del fentanilo y la metanfetamina por sus bajos costes de producción comparados con los de la heroína– obligó a la organización a importar precursores químicos desde China, donde a pesar de las presiones de EEUU para prohibirlos definitivamente, su venta sigue siendo legal en China. Sin embargo, la irrupción del SARS-CoV2 impuso un cierre total que paralizó las exportaciones, obligando a duplicar el precio de los stocks de reserva de metanfetaminas circulante de forma estrepitosa. Sumado a esto, la imposibilidad de mover a través de las fronteras la hoja de coca desde los países productores andinos hacia México complicó aún más la economía del cártel, volviendo más factible la violencia narco. ¿Cómo podría responder el Cártel de Sinaloa frente a este escenario? ¿Qué lecciones les está dando la pandemia de coronavirus a los actores criminales? Considerando estos y otros interrogantes, hemos elaborado cuatro hipótesis preliminares y tentativas. En este sentido, partimos de que la adaptación post-pandemia del Cártel de Sinaloa podría albergar algunas de estas opciones:
- La actual contingencia podría conducir a los cárteles mexicanos a alternar los precursores químicos y/o a las sustancias, tal como vienen haciendo países de la UE. De acuerdo con estimaciones del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDD) sobre el desarrollo de precursores químicos en el bloque europeo,5 los productores de drogas sintéticas ilícitas han estado introduciendo químicos alternativos –normalmente importados y que no están contemplados en las regulaciones– para luego transformarlos en precursores químicos destinados a la fabricación de drogas sintéticas. La utilidad de esto es doble: por un lado, el abaratamiento de los costes, dado que son químicos no controlados, y en segundo lugar el bajo riesgo de interdicción o penalidad por su comercialización. Los cárteles mexicanos podrían “aprender” de ello y convertir sus propios químicos.
- Que la dependencia de terceros (bien sea de precursores y/o de materia prima) podría generar estancamiento en tiempos de excepcionalidad. Desde hace algún tiempo se viene sosteniendo que la orientación hacia las drogas sintéticas podría estar relacionada con la búsqueda de independencia de la cocaína sudamericana. Si bien es difícil que el Cártel de Sinaloa se decante sólo por las metanfetaminas, la menor dependencia es un factor clave.
- Que la actual caída del tráfico de drogas sintéticas podría dar lugar al desarrollo de una industria química entre las organizaciones del crimen organizado mexicano. Si bien hay algunas voces que mencionan una ya incipiente industria de precursores, lo cierto es que la actual contingencia podría impulsar aún más la necesidad de introducir grupos de expertos para la estructuración de una industria más compleja.
- Que la post-pandemia podría impulsar la ruta europea de precursores químicos para abastecer a los cárteles mexicanos, incrementando a su vez la presencia de estos en territorio europeo. ¿Podría el Cártel de Sinaloa establecer más puentes con los Países Bajos, la Republica Checa y Alemania para obtener precursores químicos? A pesar de que los costes difieren, seria plausible que el narco de Sinaloa incremente su presencia en estos países para volver más eficaz su industria de drogas sintéticas en México.
Conclusiones
La post-pandemia: ¿vuelven mejores?
Hemos analizado cómo el crecimiento y la expansión del mercado europeo de drogas sintéticas es ya un hecho comprobado, pero hemos sostenido que a pesar del incremento de la presencia del narcotráfico mexicano en algunos países de la UE su papel en la emergencia de Europa como abastecedor global de este tipo de drogas es todavía residual, aunque se estima que podría crecer en los años por venir. A su vez, hemos hecho referencia a cómo la pandemia está perjudicando la economía del Cártel de Sinaloa aludiendo a cuatro hipótesis tentativas sobre las posibles consecuencias post-pandemia en la organización.
Finalizando este análisis, sería útil remarcar que la actual pandemia de SARS-CoV2 (COVID-19) no debería ser analizada sólo a través de las ventajas y desventajas que podría dar al crimen organizado en relación a su capacidad o no de adaptarse al medio. Lo que este documento propone es analizar los efectos de la pandemia a partir de cómo la misma hace visible las falencias que afrontan los actores criminales y explorar cuál será el camino que estos grupos podrían tomar para subsanar sus fallas en la era post-pandemia. Lo que sostenemos, entonces, es que la pandemia podría estar ayudando a los grupos criminales a saber cuáles son sus fallas, dónde fracasaron y por qué, generando una suerte de “curva de aprendizaje”. El peligro que viene es que una vez que sepan dónde fracasaron, exploren y adopten mejoras que, en definitiva, tenderán a incrementar su eficiencia y su peligrosidad en términos de seguridad estatal.
Ludmila Quirós
Investigadora, Centro de Estudios sobre el Crimen Organizado Transnacional de la Universidad Nacional de La Plata | @ludmilaaq
1 Diferentes informes de agencias especializadas de la UE vienen desde 2013 a esta parte haciendo alusión a la mayor presencia del narcotráfico en territorio europeo. Europol en 2013 emitió un comunicado de prensa donde afirmaba que los poderosos sindicatos de la droga mexicanos estaban intentando hacer sus negocios en Europa. El último EU Drug Markets Report, de 2019, afirmó que los mexicanos utilizan Europa como puente hacia África y Oceanía para enviar drogas sintéticas. También aludió a la creciente presencia física de mexicanos en países europeos. Para mayor información, se recomienda leer el informe completo en EU Drug Markets Report.
2 Véase P. Cardoso (2019), “The Cartel’s colour”, Small Wars Journal, 9/VI/2019.
3 Se ha hecho un relevamiento de información desde periódicos europeos desde 2018 a la fecha. También se ha consultado el Observatorio de Drogas Europeo y el AIRCOP-UNDOC.
4 La pandemia está obligando a ser cautelosos a la hora de hacer estimaciones sobre las consecuencias que puede tener sobre el crimen organizado y/o la violencia criminal en América Latina. Un ejemplo reciente vale para ejemplificar. En El Salvador, hasta hace dos semanas se creía que las políticas del presidente Bukele sobre seguridad y re-territorialización de espacios cooptados por las Maras, sumado a las medidas de distanciamiento social y cuarentena, habían reducido los homicidios en el país. Sin embargo, el reciente rebrote de muertes intencionadas emitidos por el Ministerio de Seguridad de aquel país está refutando la relación entre pandemia y reducción de la violencia.
5 Para mayor información, consúltese la página de European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction.
Puerto industrial de Liverpool. Foto: milwardoliver (CC BY-NC-ND 2.0)