A un paso de la presidencia: Kamala Harris vs. JD Vance

Sede del Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C de noche. Kamala Harris y JD Vance
Sede del Capitolio de Estados Unidos en Washington D.C. Foto: barnyz (CC BY-NC-ND 2.0)

Tema

Los candidatos a la vicepresidencia en 2024 se verán sometidos a un examen minucioso en este ciclo electoral.

Resumen

Los candidatos a la vicepresidencia en 2024 serán examinados con lupa porque es probable que el ganador acabe siendo el candidato del Partido Demócrata o del Republicano en 2028. La elección del compañero para la vicepresidencia suele dar muchas pistas sobre lo que el candidato presidencial considera que hace falta para triunfar en las elecciones. El presidente Joe Biden eligió a Kamala Harris en 2020 para ganar tirón entre las mujeres y las minorías y disipar la inquietud en torno a su edad avanzada. En cambio, la elección reciente de J.D. Vance por parte del expresidente Donald Trump no supone más que redoblar la apuesta por el trumpismo y deja entrever una falta de interés en atraer a nuevos votantes para ganar las elecciones.

Análisis

1. Introducción

El presidente Joe Biden hizo campaña en 2020 como un candidato de transición, por lo que muchos votantes pensaron que se haría a un lado en 2024 para que Harris optara a la presidencia. Para muchos votantes demócratas fue una sorpresa que anunciara en abril de 2023 su intención de volver a presentarse. Su pésima actuación en el debate presidencial del pasado 27 de junio delante de 50 millones de espectadores ha dado pie a acalorados debates en privado y, cada vez más, en público entre los miembros del Partido Demócrata sobre la pertinencia de mantener a Biden como candidato. En consecuencia, se ha intensificado la atención en torno a la vicepresidenta Kamala Harris, la única persona del Partido Demócrata que podría incorporarse con rapidez a la estructura actual de la campaña, ser nombrada candidata por el partido, granjearse el apoyo de los donantes y vencer a Donald Trump. Sin embargo, Biden no ha dado ninguna muestra pública de cederle el paso.

El 15 de julio, el expresidente Donald Trump hizo pública su decisión de elegir a J.D. Vance, senador republicano de 39 años, representante de Ohio y crítico con Trump en el pasado, como su compañero de campaña. Horas después, los delegados presentes en la Convención Nacional Republicana respaldaron de forma abrumadora su nombramiento. De ser elegido, sería uno de los vicepresidentes más jóvenes de la historia de Estados Unidos (EEUU) y el más joven de la historia reciente.

La vicepresidenta Harris llamó a Vance para felicitarlo por su nombramiento y le manifestó su deseo de enfrentarse en un debate cara a cara. Aún están por decidir la fecha y la cadena de televisión, pero cabría esperar como mínimo un debate entre los candidatos antes de las elecciones de noviembre.

Los candidatos a la vicepresidencia serán objeto de un escrutinio mucho mayor en estas elecciones por distintos motivos. En primer lugar, si Biden decide ceder el testigo, Harris pasaría a ser de inmediato la candidata principal para reemplazarlo. En segundo lugar, los candidatos presidenciales –Biden y Trump– tienen 81 y 77 años respectivamente, los aspirantes de los partidos principales con más edad de toda su historia. Si son elegidos, no es descabellado pensar que quizás no lleguen al final de los cuatro años de mandato. En tercer lugar, la persona que ocupe la vicepresidencia de 2025 a 2028 tendrá todo a favor para llevar la batuta del Partido Demócrata o Republicano en las elecciones de 2028, ya que los dos candidatos a la vicepresidencia son jóvenes (Harris cumple 60 en octubre) y la Constitución prohíbe presentarse a un tercer mandato presidencial. Por último, el asesinato frustrado de Trump del pasado 13 de julio sirvió para recordar a los votantes que los vicepresidentes tienen la presidencia a tiro de piedra.

2. Semblanzas

Harris nació en California de padres inmigrantes procedentes de la India y de Jamaica. Estudió primero en la Universidad Howard y después en el Hastings College of Law, una facultad de Derecho adscrita a la Universidad de California. Cuenta en su haber con una dilatada carrera en el mundo del derecho y la política. Harris ha ocupado los cargos de fiscal del distrito de San Francisco, fiscal general de California y senadora por California. Antes de ser vicepresidenta, estaba especializada en la reforma de la justicia penal, el cambio climático, el acceso a la atención sanitaria y los derechos civiles.

Se considera a Harris una pionera para las mujeres de color en la política estadounidense. Aunque no tuvo éxito al presentarse como candidata a la presidencia en 2020 y abandonó la campaña en diciembre de 2019, en 2021 se convirtió en la primera mujer, la primera persona negra y la primera persona surasiática en ocupar la vicepresidencia. Son bien conocidas sus ideas progresistas en asuntos sociales, la reforma de la justicia penal y la atención sanitaria.

Por su parte, Vance nació en Ohio, en el seno de una familia de clase trabajadora. Estudió en la Universidad Estatal de Ohio y en la Escuela de Derecho de Yale. Se alistó en el Cuerpo de Marines tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y estuvo destinado en Irak. Escribió un best seller en el que examinó los problemas socioeconómicos a los que se enfrenta su localidad natal, el círculo vicioso de la pobreza que atenaza a los habitantes de la región de los Apalaches y la ineptitud del Partido Demócrata para conectar con los votantes de estas comunidades. Saltó a la fama por aportar ideas interesantes sobre el tirón de Trump en las elecciones de 2016 para los votantes blancos de clase trabajadora que vivían en zonas de EEUU donde, por un lado, la pérdida de empleos en el sector industrial y, por el otro, la crisis de los opioides habían abocado a personas concretas y familias enteras a la pobreza, al consumo de estupefacientes y a la adicción.

Tras publicar sus memorias, Vance trabajó en el sector del capital riesgo en California y regresó a Ohio para poner en marcha una organización sin ánimo de lucro para el desarrollo de tratamientos contra la adicción a los opioides.

Durante su mandato como senador, se convirtió en uno de los partidarios más firmes de Trump y el movimiento Make America Great Again (MAGA) (“Para que Estados Unidos vuelva a ser grande”). Puso el foco en la revitalización económica de las zonas de EEUU que habían acusado el desplome económico al reducir la regulación pública y afrontar la crisis de los opioides. Vance tiene opiniones conservadoras y hace hincapié en los valores tradicionales, en limitar el papel del gobierno y en políticas económicas favorables para el libre mercado. Goza de reconocimiento como portavoz de la clase trabajadora blanca, en especial en los Apalaches, y se ha valido de su historia personal para llamar la atención sobre los problemas que azotan a este grupo demográfico.

3. Posiciones políticas en torno a temas clave de la campaña

3.1. Política sobre el aborto

La campaña de Biden-Harris está haciendo del aborto una de sus banderas políticas más prominentes en 2024. En su opinión, este tema podría motivar a los votantes preocupados sobre el dictamen del Tribunal Supremo en 2022 por el que se eliminó el derecho constitucional al aborto. Harris ha lanzado este mensaje con frecuencia y ha llegado a decir que en las elecciones de noviembre “está todo en juego” para los derechos reproductivos.

En cambio, Vance es contrario al derecho al aborto incluso en casos de incesto o violación, pero cree que debería haber excepciones cuando corra riesgo la vida de la madre. En junio de 2022, aplaudió la decisión del Tribunal Supremo. No está a favor de una prohibición nacional, sino de que cada estado decida sobre este tema.

3.2. Inmigración

Biden le encargó a Harris en 2021 que dirigiera las iniciativas del gobierno estadounidense para afrontar las causas primordiales de la migración en América Central, por lo que la vicepresidenta viajó a la región para impulsar los esfuerzos destinados a incrementar las inversiones públicas y privadas. También ha respaldado abiertamente la reforma de la legislación en materia de inmigración, incluidas las iniciativas para legalizar a inmigrantes indocumentados.

Vance se opone a “cualquier intento de conceder una amnistía” a los inmigrantes indocumentados y los considera una mano de obra barata que rebaja los salarios de los trabajadores nacidos en EEUU. Apoya que se siga construyendo el muro fronterizo entre EEUU y México, y en 2022 publicó un anuncio en campaña que decía: “Las fronteras abiertas de Joe Biden están matando a los habitantes de Ohio”. Se decanta por un sistema de inmigración basado en los méritos para determinar quiénes pueden optar a los visados estadounidenses.

3.3. Comercio

Durante la Administración Biden-Harris, EEUU ha optado por un enfoque multilateral para hacer frente a los problemas comerciales, en particular con China. Se han mantenido los aranceles a las importaciones chinas que impuso el expresidente Trump. La intención ha sido impedir que Pekín accediese a tecnologías estadounidenses sensibles y recientemente se han aplicado aranceles a la importación de productos en sectores estratégicos como semiconductores, vehículos eléctricos, baterías y minerales críticos para garantizar la seguridad nacional estadounidense, luchar contra el cambio climático y reducir las desigualdades.

Al igual que Trump, Vance ha pedido que se impongan “aranceles generales a las mercancías procedentes de China”. A su juicio, las importaciones chinas son una amenaza injusta para el empleo, la industria y el comercio en EEUU, y considera que la aplicación de esta política serviría para “fabricar más cosas en Estados Unidos, en Pensilvania, en Ohio y en Míchigan”.

3.4. Ucrania

Harris declaró en febrero de 2023 que “Estados Unidos continuará ayudando a Ucrania y lo seguirá haciendo durante todo el tiempo que haga falta”. Según un análisis elaborado por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, el Congreso estadounidense ha aprobado cinco proyectos de ley que han servido para destinar un total de 175.000 millones de dólares a ayudar a Ucrania desde febrero de 2022. Además, Biden y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski firmaron un acuerdo bilateral de seguridad en junio para reforzar la capacidad de autodefensa de Ucrania y neutralizar futuras agresiones.

Vance ha sido una de las voces más críticas con el apoyo estadounidense a Ucrania en su guerra con Rusia. Cuando fue elegido congresista, encabezó los intentos fallidos en 2023 y 2024 de bloquear el paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 60.000 millones de dólares. En una entrevista concedida en febrero de 2024, cuestionó el empeño actual de EEUU de apoyar a Ucrania: “¿Cuánto tiempo se va a prolongar esta situación? ¿Cuánto se prevé que costará? Y lo que es más importante, ¿cómo se supone que vamos a producir el armamento necesario para ayudar a los ucranianos?”. Dos meses después, en un ensayo de opinión, afirmó: “me opongo a prácticamente cualquier propuesta que suponga que Estados Unidos siga financiando esta guerra”.

4. Puntos fuertes

Biden se decantó por Kamala Harris como compañera de campaña en la Convención Nacional Demócrata de agosto de 2020. La eligió por ser “una luchadora infatigable por los más débiles y una de las mejores servidoras públicas del país”.

Cuando ocupó el cargo en enero de 2021, Harris se convirtió en la primera mujer, la primera persona negra y la primera persona surasiática que ocupaba la vicepresidencia en EEUU. Aunque ya ha ejercido durante un mandato, sus orígenes confieren un significado histórico a la candidatura, algo que ayuda a atraer y movilizar a un amplio grupo de votantes.

Durante las campañas de 2020 y 2024, el Partido Republicano y algunos demócratas cuestionaron la edad, el vigor y la agudeza mental de Biden. En respuesta, Biden se definió a sí mismo en 2020 como una figura de transición y no se comprometió a optar por un segundo mandato en 2024. Después eligió a Harris como compañera de campaña para insuflar juventud a la candidatura, ya que Harris tenía 55 años cuando se produjo el nombramiento. En 2024, al presidente le ha costado disipar esas mismas dudas, pero los votantes saben que Harris, una líder más joven, podría recoger el testigo en caso de que Biden no pudiese continuar.

Harris cuenta con una amplia experiencia en política y servicio público. Ha ocupado los cargos de fiscal general de California, senadora de EEUU y ahora vicepresidenta del país. También se presentó a la presidencia en 2020 y vuelve a ser candidata a la vicepresidencia en 2024.

Sus credenciales son progresistas, pero con un enfoque pragmático que se ajusta al objetivo de Biden de contar con un gobierno unido y colaborativo. Sus ideas progresistas sobre atención sanitaria, reforma de la justicia penal y cambio climático conectan con el electorado, sobre todo con activistas y los votantes más jóvenes. Durante su mandato en el Senado, también dejó claro que colaboraría con el otro lado del hemiciclo.

Asimismo, es una buena comunicadora con dotes para el debate. En el Senado, gozó de reconocimiento como buena interrogadora de testigos durante las audiencias de la Comisión Judicial. En la campaña de 2020, tuvo un momento viral cuando presionó al entonces candidato Biden en torno a las políticas de autobuses y las encuestas muestran que ganó el debate contra el exvicepresidente Michael Pence.

Entre Harris y el presidente Biden hay buena química y se trata de un equipo de campaña equilibrado. Trabajaron juntos en el Senado y han servido juntos en sus cargos durante casi cuatro años. Presentan un frente común y conforman un buen equipo. Sus dotes como fiscal y su estilo asertivo al debatir sirven de complemento a las formas más empáticas y conciliadoras de Biden.

Antes de la Convención Nacional Republicana, Trump se debatía entre tres candidatos a la vicepresidencia: Doug Burgum, gobernador republicano de Dakota del Norte; Marco Rubio, senador republicano de Florida; y, por último, Vance.

Cuando Trump hizo pública su decisión en redes sociales, dijo que Vance “prestará una firme atención a la gente por la que luchó tan espléndidamente: los trabajadores y agricultores estadounidenses de Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Ohio, Minesota y otros estados”. Se prevé que varios de esos estados serán fundamentales a la hora de determinar el resultado de las elecciones de noviembre.

La trayectoria de Vance y sus memorias superventas calan en los votantes de la clase trabajadora, sobre todo en el Rust Belt, el cinturón manufacturero de EEUU. Además, su historia de superación de las adversidades encaja bien con el llamamiento de Trump a los trabajadores no cualificados en los estados bisagra más cruciales.

Trump y Vance también comparten la ideología populista. El populismo de Vance y sus críticas a las élites coinciden con la retórica política de Trump. Ambos hacen hincapié en el nacionalismo económico, el escepticismo frente a la globalización y la priorización de los trabajadores estadounidenses.

Vance es un comunicador solvente y aparece con frecuencia en los medios de comunicación. El éxito de su libro lo convirtió en una figura conocida a nivel nacional, lo que le ha ayudado a atraer más atención y generar cobertura mediática. Además, tiene elocuencia y es capaz de reformular el mensaje de Trump para ofrecer un argumento político más coherente a distintos públicos, en especial a las bases de Trump y a los votantes indecisos.

Asimismo, Trump y Vance comparten opiniones políticas similares. Ambos se muestran firmes a la hora de luchar contra la inmigración ilegal. Vance se muestra conservador en asuntos sociales como los valores familiares o la libertad religiosa, y se opone a las políticas sociales progresistas. Además, el interés de Vance en revitalizar los estados interiores de EEUU y hacer frente a la crisis de los opioides coincide con el plan económico de Trump y sus iniciativas para abordar los problemas fundamentales que afectan a las pequeñas localidades del país.

Vance es un firme partidario de Trump y un luchador nato. Fue el primer congresista en asistir a su juicio penal en Nueva York para mostrarle su apoyo. Y se contó entre los primeros políticos en hacer declaraciones el 13 de julio cuando Trump sobrevivió al ataque. Señaló que Biden y su “retórica llevaron de forma directa al intento de asesinato del presidente Trump”.

Se le considera una cara nueva en política, pero con el atractivo del outsider y mucha veteranía. Sólo lleva dos años en política, por lo que le resulta más fácil presentarse como alguien ajeno al estamento político, al igual que Trump. Sus cuatro años de servicio militar también resultan útiles para atraer a veteranos y votantes patriotas, quienes conforman una de las bases electorales de Trump.

Con 39 años de edad en 2024, Vance también podría ayudar a salvar la brecha generacional, contribuir a que Trump gane votantes entre la juventud y mitigar la inquietud generada por la avanzada edad de Trump, quien en estos momentos tiene 78 años.

5. Puntos débiles

Después de cuatro años en la vicepresidencia y de presentarse a dos campañas nacionales –una en 2020 y otra en 2024–, Harris es una cara que los votantes ya conocen.  

Los republicanos han señalado que pretenden atacarla por su falta de eficacia a la hora de atajar la inmigración irregular en EEUU. Durante la Convención Nacional Republicana, los distintos oradores fueron refiriéndose a ella como la “zarina de las fronteras”. Aunque esa línea de ataque supone malinterpretar su papel real a la hora de dirigir las iniciativas del gobierno federal para abordar las causas primordiales de la migración en América Central, no cabe duda de que el presidente Trump y el Partido Republicano intentarán culpar a Harris de los niveles récord de inmigrantes que buscan entrar de manera irregular a EEUU.

Esta línea de ataque coordinada les sirve a los republicanos para arremeter contra la inmigración y sienta las bases de futuros ataques, con independencia de que Harris siga siendo candidata a la vicepresidencia o acabe liderando la candidatura demócrata.

Pese a que goza de mucho predicamento entre los círculos demócratas, en especial entre las mujeres y la población negra, detractores no le faltan.

Al ser una figura de perfil alto, Harris es un personaje polarizante que puede generar animadversión. Su pasado como fiscal y algunas de sus posiciones políticas han sido motivo de divergencia. Durante la campaña de 2020, algunos demócratas pensaron que no era lo suficientemente progresista. Por ejemplo, se examinó minuciosamente su historial como fiscal general de California, en especial sus políticas de “mano dura contra el crimen”. Las voces críticas señalaron que algunas de sus políticas afectaron de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias.

Como vicepresidenta, tuvo que sortear escollos desde el principio. Biden le encargó cuestiones espinosas y le costó hacerse un hueco. Las cosas empezaron a cambiar cuando el Tribunal Supremo decidió eliminar el derecho al aborto en junio de 2022. Ahí se erigió como la voz más prominente del gobierno en materia de derechos reproductivos y ha participado activamente en reuniones con defensores de estos derechos que animan a los votantes a respaldar medidas que consagren el derecho a abortar a nivel estatal.

A pesar de los numerosos puntos fuertes de Vance, también presenta flaquezas considerables. La primera y la más obvia es su giro de 180 grados con Trump. Vance se mostró crítico con Trump antes y después de su victoria en 2016. Lo llamó “Hitler estadounidense”, “desastre moral” y directamente “idiota”. Sin embargo, cuando se preparaba para presentarse al Senado en 2022, reculó y empezó a apoyar a Trump y sus políticas, hasta el punto de granjearse el respaldo del expresidente durante las primarias.

La franqueza de Vance y sus fuertes opiniones también pueden polarizar a la opinión pública. Tampoco parece dispuesto a ayudar a Trump a moderar sus opiniones o a ampliar su base electoral; de hecho, en algunos temas podría situarse más a la derecha que el expresidente. Su retórica en torno a temas como el aborto, la inmigración y la insurrección del 6 de enero de 2021 podría ahuyentar a los votantes independientes o moderados. Estas posiciones podrían ser el blanco de numerosos ataques de los demócratas en los próximos meses, en especial por lo que respecta al aborto. En 2021, afirmó que no estaba a favor del aborto ni siquiera en casos de violación o incesto, pero en 2022 respaldó una medida destinada a prohibir el aborto una vez transcurridas 15 semanas de embarazo.

También es una cara nueva en política y en puestos de gobierno, por lo que carece de la experiencia política y legislativa completa que se va acumulando con años de servicio público. Es uno de los candidatos vicepresidenciales con menos experiencia en una candidatura importante de la historia reciente.

Vance no aporta a la candidatura ni diversidad étnica ni diversidad de género. También representa a Ohio, un estado teñido de rojo republicano en los últimos tiempos, por lo que Vance no resulta necesario para obtener el voto allí. Vance es relativamente inexperto en cuanto a campañas y debates a nivel nacional. Ni él ni sus orígenes han superado todavía ninguna prueba de fuego seria.

Por último, se le considera muy ambicioso, lo que podría ser un problema para alguien como Trump a quien le gusta ser siempre el protagonista. Si Trump estima que Vance empieza a recibir demasiada atención o no se muestra suficientemente servicial, podrían surgir fricciones.

Conclusiones

En el pasado, los presidentes elegían a sus candidatos a la vicepresidencia en función de la necesidad de promover la unidad en el seno de un partido político, hacerse con un estado bisagra importante, solventar una flaqueza percibida o ayudar a un presidente advenedizo a moverse por Washington.

En 2020, el presidente Biden eligió a Harris como compañera de campaña para ganar tirón entre distintos grupos demográficos, movilizar las bases demócratas (que no parecían especialmente entusiasmadas con la idea de votar a Biden) y disipar las dudas en torno a su edad avanzada. Si Biden gana en noviembre y completa su segundo mandato de cuatro años, Harris tendría todas las papeletas para recoger el testigo y liderar la candidatura del Partido Demócrata en 2028.

En cambio, Trump se decantó por J.D. Vance para que su tirón entre los votantes blancos de la clase trabajadora, un electorado con el que Trump ya esperaba hacerse, le ayude a ganar en los estados disputados. Con esa decisión, Trump no busca ampliar el alcance del Partido Republicano, sino reforzar su apuesta por el trumpismo.

Trump no puede volver a presentarse como candidato a la presidencia en 2028, por lo que la elección de un compañero de campaña de 39 años que comparte su ideario nacionalista y populista y su concepto de America First (“Estados Unidos primero”) resulta reveladora. Si ganan Trump y Vance en noviembre, pasaría a considerarse inmediatamente a Vance como el principal candidato del Partido Republicano para las presidenciales de 2028 y daría continuidad al movimiento MAGA y al legado de Trump.